La meditación es un profundo proceso de sanación, liberación y encuentro con Dios solo cuando eres, sabes, haces, tienes y compartes tu verdadera riqueza.
Por: Angie Marcela Garcia T
Nuestro centro no es otra cosa que la Energía, los pensamientos van y vienen en el subconsciente gracias a una programación en el cerebro que nos dejaron todos nuestros antepasados. Jürguen Klaric dice que el cerebro tiene una programación aproximada del 50%, y es allí donde las abuelas nos dicen que “Hay que romper las ataduras de las malas costumbres”.
Pero resulta que el coaching explica que “Nada es bueno ni malo, todo depende del significado que le des a las cosas” y así todo un conjunto de líneas teóricas que se revisten cada vez más de teoría y que un nivel de conciencia muy bajo puede interpretar estos conceptos históricos y modernos para entrar o reforzar más el conflicto interno.
Lo trascendental en este artículo no es entrar en debate con nuestro yo interior, sino buscar y encontrar el equilibrio espiritual, de manera que nos permita desarrollar el ser, el saber, el hacer y el tener (una tarea imposible para muchos asesores de la educación tradicional poco coherentes).
Este artículo nos permite visionarnos como empresarios de la Nueva Economía, de la Nueva Educación que nos ayude a construir y disfrutar la verdadera riqueza: el éxito como un océano de valores éticos, los sueños o metas como gasolina inspiradora, el dinero como socio aliado para resolver grandes problemas con múltiples habilidades y el reconocimiento gracias al poder de influencia por el sistema educativo de liderazgo.
Hay un secreto, que ya no es secreto porque todos lo tenemos, pero no todos los apreciamos y lo ponemos a producir en beneficio colectivo.
Nuestra riqueza, el reino de los cielos, Dios, Jesús, Jehová, el amor, la prosperidad, la abundancia está dentro de nosotros, no la busquemos afuera porque la vida se frustra cuando buscamos luz tóxica, el destino lo creamos con la imaginación, de allí a que aterricemos nuestras ideas con disciplina y acción, disfrutaremos los resultados que tanto anhelábamos en noches de insomnio profundo y desesperado.
Pasos para comprender y entender el proceso
El primer punto fundamental en este proceso de riqueza es aprender a discernir oportunidades para desarrollarlas a tiempo. Para ello, debe existir el deseo de seguir adelante a través de un motor llamando sueño muy poderoso que se construye en la mente, en el subconsciente; el hecho de compartir el amor es un acto de grandeza natural, ya que el arquitecto del universo nos diseñó para crear, para creer y parar servir, pero solo desde la actitud se puede despertar esa pleya de ideas fantásticas que tenemos, por eso el Tao Te Ching dice que “Todo lo que es creído en el interno, es creado en el externo”, y es necesario para el alma comprender que de cualquier crisis en el mundo se pueden extraer infinitas oportunidades para vivir una vida abundante y llena de esperanza, libertad, familia, y recompensa.
En la meditación es necesario no hacer nada y cerrar los ojos para respirar nuestro mundo interior y sanarlo, pero la meditación también se puede utilizar como una forma de autolimpieza en la calle, en crisis o en cualquier situación. Así mismo, el hecho de retomar el Centro es detenerse, respirar profundo 3 segundos, observar todo o concentrarse en un punto fijo contemplando desde adentro hacia afuera y tomar una decisión sabia.
Cuando la razón dispara demasiado, siempre se vuelve loca, empieza a manipular y a controlar los tres cuerpos (la mente, el cuerpo y el espíritu), es por ello que el secreto es sentir, es escuchar los latidos del corazón y esperar a que la energía fluya en progreso con la meditación.
El superconciente es el espíritu de Dios, de misericordia, de gracia y poder para crear y ser ricos. Servimos mejor a Dios con riqueza, aunque el éxito sea un camino de fracasos que nos enseña a practicar a ley de la Prosperidad, la ley del Perdón en donde Aristóteles deduce que existe un plan divino que conocer.
El consejo para obtener eso que anhelamos no consiste en hacer, hacer y hacer lo que nos toca sino lo que nos gusta con profunda fe, con tranquilidad, relajación y madurez espiritual. “Espíritu Infinito, abre la puerta para que obtenga riqueza” Preguntarte en esos 3 segundos por qué Dios está dentro de nosotros, “Yo soy Dios” es la frase maestra de encontrarlo y si la reflexionas allí va a estar él acompañándote y fortaleciéndote en tu proceso de transformación para encontrar esa espiritualidad y por ende éxito integral.
¿Qué le sucede a nuestro cuerpo?
Lo primero es que sufre cambios, los cuales son químicos, por ejemplo, cuando escuchamos una conferencia de emprendimiento de media o una hora quemamos mucha energía, la cual nos llena de vitalidad cuando ponemos en práctica esas experiencias o técnicas parar ser grande. Porque en la vida hay dos clases de personas “Las que hacen cosas grandes y las que las ven hacer”.
Al analizar nuestras manifestaciones físicas, logramos sincronizar nuestro cuerpo con la mente y con el espíritu de una forma más interactiva. Alguien dijo que conocerse así mismo es el arte más difícil, pero debemos entender cómo responde nuestro cuerpo cuando le inyectamos dopamina (expresión corporal serena…), cuando le ofrecemos serotonina (euforia, alegría…), y cuando le inyectamos cortisol (señales de desespero, dolor de cabeza, ceño fruncido…), y solo cuando nos observamos en el espejo podemos entender esta parte de nosotros. Pero hay algo más fuerte que eso y es ver nuestro reflejo en otra persona que actúa parecido a nosotros para aceptar nuestros errores y admitir que hay que cambiar.
¿Quién soy?
Recordar que Yo soy Dios, porque él y yo somos uno solo, un solo cielo, un amor verdadero.
En otras palabras, Emprender es el Camino porque es el deleite del Ser con la Palabra, con la Magia de pensar y actuar en grande educándonos, nutriendo el Ser y despertando la Conciencia con respecto a la verdadera riqueza que es el Tiempo y por último el Dinero.
