Arte y CulturaOpiniónReflexión

Desventura sagrada

Por Jorge Guebely

No alcanzar jamás al origen, las leyes sagradas del Universo, motor de portentosas obras literarias. La Antígona de Sófocles quien recrimina a Creonte por considerar superior sus decretos a “… las leyes no escritas, inmutables, de los dioses.” Las Baladas Líricas de Wordsworth donde rechaza la racionalidad ilustrada para adherir a la Naturaleza. El Extranjero de Camus, decapitado por no transitar en los mandamientos sociales.

También motor literario de José Eustasio Rivera en sus tres obras. Por eso titula Tierra de Promisión al poemario. Alude a la bíblica Tierra Prometida, tierra sagrada “… que mana leche y miel”, según el Éxodo. Ante el fracaso de sus aspiraciones sagradas, “Un águila perínclita se envilece de hastío, / enamorada ilusa de un sol que no alcanza.”

Igual búsqueda en Juan Gil, ciego atrapado en un infierno psicológico, poderoso símbolo de la humanidad. Se tortura por no percibir el sol, símbolo de lo sagrado. Desconsolado, dialoga con Pilar: “¿Tú lo miras? ¿Y no te arden los ojos? ¡Quién pudiera mirarlo! ¿Hacia qué punto alumbra el sol?”

Pertinente, contundente, soneto donde confiesa haber gastado su juventud en subir a la cima prometida. Ante el fracaso, desgarrador resulta su confesión: “y aunque el sol busco aún, solo queda / tiempo para bajar hacia la sombra…”

Igual búsqueda en La Vorágine. Arturo Cova inicia su desventura en el infierno bogotano, para internarse en el premoderno del llano y desplomarse en el infierno capitalista. Con final abierto, se refunde en la selva, dejando abierta todas las interpretaciones.

Inicia la novela con una frase contundente a manera de tesis. Juega su corazón, su vida, al azar; a la sacralidad de la existencia. “El azar es el seudónimo de Dios cuando no quiere firmar», afirmaba Théophile Gautier, poeta francés, pilar del Parnasianismo. Similar Einstein cuando dijo: «La casualidad es la forma en que Dios mantiene su anonimato.»

Pero se lo “… ganó la Violencia.”, mano criminal del ser humano. No habría sido violenta la muerte de Cristo si hubiese fallecido en una cama como cualquier buen cristiano, lo insinúa Ciorán. Pero murió violentamente crucificado por los saduceos, élite económica judía de entonces. Hoy violentan al pueblo palestino por intereses similares.

En el doloroso infierno capitalista, la selva, Rivera exclama a través de Clemente Silva: “¡No sabéis del suplicio de las penumbras, viendo al sol que ilumina la playa opuesta, adonde nunca lograremos ir!”.

Enorme desventura riveriana, nihilismo según algunos críticos. No alcanzar jamás la patria original, “La virtud – según Epicuro- de vivir de acuerdo con la naturaleza», el hombre naturalizado según Marx.

jguebelyo@gmail.com

Noticias relacionadas
AgendaArte y CulturaCrónicasEntretenimientoMundo

Diosidencia al ritmo de Shakira

Arte y Cultura

Robert De Niro critica a Trump en el Festival de Cannes luego de recibir la Palma de Oro

Arte y Cultura

Así fue el 'vuelo' del mural Águila de Obregón a Uninorte

Arte y Cultura

Puente del Legado

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *