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Desafiando la norma, a través de la moda

Por Melissa Altamar

Las prendas de vestir no son simplemente capas de tela, son elementos que  confeccionan la expresión y las cualidades principales que constituyen las características del  género.

La relación entre la ropa y la construcción de la identidad de género es un fenómeno  que ha desencadenado debates y transformaciones en las nociones tradicionales de  masculinidad y feminidad. Desde la elección de colores hasta los cortes y estilos de ropa,  cada prenda se convierte en un lienzo donde se pinta la narrativa individual de género.

Esta  conexión profunda merece un análisis para comprender cómo las prendas de vestir influyen  y reflejan la diversidad de las identidades de género en la actualidad, y cómo esta información  afecta el imaginario cultural, creando una realidad preconcebida sobre los aspectos de la  actitud e idiosincrasia del género. 

En un mundo donde las etiquetas de identidad sexual están en constante evolución, la ropa se erige como un lenguaje visual poderoso. Comunica cualidades propias que contienen  en su presentación los aspectos de mayor afinidad hacia las propiedades físicas de un género u otro.

La elección de colores desafiantes trasciende las convenciones, manifestando una  orientación no binaria o fluida. Los cortes y estilos de ropa pueden ser medios para afirmar  o cuestionar las normas establecidas, imponiendo una forma de vestir que denote rebeldía y autodenominación con libertad de estándares.

Como afirma Judith Butler en su libro, El género en disputa: El feminismo y la subversión de la identidad:

«La ropa y su significado están profundamente arraigados en las normas de género que perpetúan la idea de que la expresión de género debe estar alineada con el sexo asignado al nacer. Romper con estas normas a través de la moda es un acto de resistencia y subversión»

Por ejemplo, una persona nacida en occidente que ha sido asignada masculina al nacer que elige usar falda, está desafiando las expectativas tradicionales de género, utilizando la ropa como un vehículo para expresar una forma de vivir su feminidad. De manera similar, la elección de trajes formales por parte de una persona asignada femenina al nacer puede ser una declaración audaz de empoderamiento ante la restricción histórica de roles de género.  

Las prendas de vestir pueden reforzar como desafiar los estereotipos de género arraigados en la sociedad. Anne Hollander comenta que, a lo largo de la historia, la moda y la vestimenta han desempeñado un papel crucial en la definición y redefinición de los roles de género. Al elegir su ropa de manera consciente, las personas desafían las expectativas convencionales de género y construyen narrativas de identidad más diversas y flexibles.

Así como la moda infantil a menudo presenta colores y diseños que corresponden a los estereotipos de género, como el rosa para las niñas y el azul para los niños. Estos estereotipos influyen en la percepción que tienen los niños de su identidad de género desde una edad temprana. Sin embargo, a medida que crecemos, nuestras elecciones de ropa pueden retar estos estereotipos y afirmar una identidad de género única. Usar prendas no acordes a las expectativas tradicionales envía un mensaje fuerte de autenticidad y autoaceptación, y contribuye a la evolución de las percepciones sociales sobre el género. 

La elección consciente de la ropa puede ser una herramienta de empoderamiento en  la expresión de la identidad de género, convirtiéndose en el instrumento para comunicar su  forma de sentir o pensar ante la sociedad. Para muchas personas, encontrar prendas que se  alineen con su identidad puede ser un paso fundamental hacia la aceptación y la  autoconfianza. Transitar por el cambio de género, a menudo implica el proceso de encontrar  una nueva relación con la ropa, donde cada elección de vestimenta se convierte en un acto de autodeterminación y afirmación, en el que se le muestra un concepto o mensaje sobre la  realidad de quien la usa.  

Sin embargo, argumentar que la no vinculación de la identidad de género a la ropa es  una verdad absoluta, es una idea extremista para este tema. La moda es una herramienta que permite construir una identidad que vaya alineada a los sentires propios de cada persona. Colocan a disposición parámetros de convivencia, ya que indica regularidades según las variables que existan en el lugar; que, una vez presentadas es de libre elección cual condensa aquello que quieres reflejar, resaltar u ocultar. La forma en este tipo de escenarios también puede erradicar discursos indirectos que animen a la idea de deconstrucción de los estereotipos interiorizados.  

En conclusión, la ropa se ha convertido en un medio poderoso para expresar y afirmar  la diversidad. Aunque esta relación puede desafiar las normas tradicionales, también es  importante recordar que la identidad de género es intrínsecamente personal y va más allá de  la superficie. La ropa es una herramienta, pero no define por completo quiénes somos. La  comprensión y el respeto de la identidad de género trascienden la vestimenta y requieren  escucha continua y diálogo respetuoso. 

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