En el Congreso se realizaba la plenaria en honor al Día Nacional a la Memoria de las Víctimas del Conflicto Armado. Se iba a escuchar a las víctimas y a los representantes de los entes del Estado para verificar los avances de las indemnizaciones. Algo salió mal.
Lexander Loaiza Figueroa @Lexloaiza
Este domingo 9 de abril la plenaria del Congreso estaba llena de voceros de las distintas organizaciones de víctimas, representantes, senadores, dirigentes sociales, periodistas e invitados especiales. Era la sesión en honor al Día Nacional a la Memoria de las Víctimas del Conflicto Armado. Un día para el análisis, la reconciliación, el perdón y los deseos para un futuro mejor. Pero después de cuatro horas de debate, el tenso ambiente solo reflejaba caras enojadas, pronunciamientos amenazantes, reclamos, acusaciones y señalamientos.
El ambiente conciliador lo comenzó el Gobierno, en la voz del ministro del Interior Juan Fernando Cristo. En su intervención, una de las primeras en la jornada, destacó que el Estado colombiano es el único a nivel mundial que ha desplegado una política para escuchar a esta población. Para Cristo, esta política del Estado ha permitido hoy por hoy tener víctimas del conflicto armado empoderadas gracias al reconocimiento y su dignificación. El Ministro también exigió al Ejército de Liberación Nacional (ELN), el reconocimiento de los hechos victimizantes en los que han estado involucrados con el fin de avanzar en las negociaciones de paz.
El presidente de la Cámara de Representantes, Miguel Ángel Pinto, habló sobre la necesidad de desentrañar la verdad de lo ocurrido durante las más de cinco décadas del conflicto armado. En su discurso, destacó que esto es indispensable si se quiere avanzar en un proceso de reconciliación verdadero. Sobre esto, recordó que la médula espinal es la búsqueda de miles de colombianos desaparecidos durante la guerra.
El ambiente comenzó a enrarecerse con la intervención del vicepresidente Oscar Naranjo, quien en su discurso afirmó que el acuerdo “que hemos construido” tiene como pilar fundamental a las víctimas del conflicto armado. Agregó que el Gobierno estaba comprometido en un proceso de reparación con dignidad para las víctimas.
El primer llamado de atención lo formuló el representante Juan Manuel Galán, quien alertó sobre la falta de financiamiento que presenta la Ley 1448 de 2011, destinada a la reparación de las víctimas del conflicto armado en Colombia.
Alertó que, al momento de redactarse el instrumento legal, se habían registrado unos 4 millones de víctimas, pero hoy en día, el grupo supera los 8,4 millones de personas. Pero el tema es peor. Galán, como presidente de la Comisión de Seguimiento de la Aplicación de la Ley de Víctimas de la Cámara de Representantes, dijo que después de seis años, de las más de 8,4 millones, solo se había reparado a 44.457 mil víctimas; es decir, un 2,4%. Esta ínfima cantidad de reparados, se había logrado con la ejecución del 91% del presupuesto asignado por el Estado a la Ley de Víctimas.
Se generó la polémica
Las acusaciones y señalamientos comenzaron entonces con Gloria Gaitán, hija de Jorge Eliécer Gaitán, en cuyo homenaje se conmemora en esta fecha (9 de abril) el Día Nacional de las Víctimas del Conflicto Armado. La dirigente social acusó al representante Juan Manuel Galán y a la senadora Clara Rojas de cambiar y modificar el espíritu de la Ley 1448, en cuya redacción final a su juicio, se burlaron las aspiraciones de las víctimas para complacer al gobierno de turno.
Gloria Gaitán tuvo reclamos también para los gobiernos encabezados por Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, a los cuales acusó de ser exactamente lo mismo en cuanto al tratamiento a las víctimas. “Practican el memoricidio”, afirmó. Habló de cambiar la democracia representativa por una directa donde el pueblo ordene y ejerza “un mandato supremo”, expuso. Instó a los presentes a promover una constituyente popular.
La intervención de la señora Gaitán entusiasmó los ánimos de los representantes de las organizaciones de víctimas que acudieron al encuentro. Un no muy entusiasta Álvaro Uribe, quien había llegado justo en el momento de la intervención de Gaitán, exigió intervenir en ese momento para replicar las acusaciones que habían sido esgrimidas en su contra.
La directiva de la Cámara se lo impidió y buena parte del foro presente reclamó a Uribe que debía esperar su turno. Ofendido, el ex presidente y senador optó por salir de la plenaria, acompañado del resto de la bancada de su partido, Centro Democrático. En el patio adyacente al salón de debates declaró brevemente a los medios, pero fue increpado por dos representantes de organizaciones de víctimas. Recibió más acusaciones. Decidió salir al exterior del Congreso, donde posó junto a sus compañeros de bancada y declaró que se le había impedido el derecho a intervención para responder a las críticas que había recibido. Criticó los términos de los acuerdos de paz que había suscrito Santos con las Farc y denunció que, desde los campamentos de este grupo guerrillero, se están enviando las armas a milicianos para seguir delinquiendo. Habló de impunidad y de revocar las políticas de su ex compañero de fórmula.

Uribe recibió acusaciones no solo de Gloria Gaitán, sino de buena parte de los invitados a la sesión.
En el debate ya los ánimos habían subido de temperatura. Con la mitad de los representantes asistentes, estaban interviniendo los dirigentes sociales en representación de las víctimas. Reclamaron visibilización, exigieron voz y voto en las decisiones que urgen tomar para resarcir a las víctimas del conflicto armado. María Medina, representante indígena en la Mesa de Víctimas dijo que la Ley 1448 ha sido incompetente en su implementación. Alejandra Gaviria de Movice pidió atención en un foro que ya estaba distraído con sus teléfonos celulares y tabletas. Reclamó mayor efectividad en la reparación de las víctimas, para que al menos tuvieran la esperanza de que algún día, algo se les pueda reconocer.
Al final del intenso día, la sensación es que el camino para la reconciliación y el perdón está todavía muy largo. Al entusiasmo que se respiraba en la mañana, se dio paso a la insatisfacción y el pesar por millones de víctimas que aún no tendrán respuesta por la desgracia que han vivido. Clara Rojas dijo a LaCháchara.co, que muchos morirán sin saber siquiera lo que es una reparación.