“Si este juicio político continúa, Brasil se convertirá en la república bananera más grande del mundo” procurador general de Brasil, José Eduardo Cardozo.
Por:Estela Monterrosa
Este jueves 12 de mayo los brasileros se despertaron sin presidenta, pues el senado aprobó el “impeachment”a Dilma Rousseff, quien ha sido suspendida y remplazada por el Vicepresidente Michel Temer. En una votación de 55 contra 22, los senadores aceptaron los cargos contra Rousseff que la acusaban de usar préstamos de los bancos estatales para ocultar los déficits en su presupuesto. Algunos críticos aseguran que esta maniobra presupuestaria se realizó para asegurar su reelección hace dos años. Es aquí donde nos preguntamos: ¿De que acusan exactamente a Dilma Rousseff? Podemos empezar diciendo que no es por corrupción, el delito por el que se le acusa es: “Violó normas fiscales y maquillo el déficit presupuestal”. Lástima. Rousseff, la primera mujer en ocupar la presidencia de Brasil, califica este proceso como un golpe de Estado, por lo que ha rechazado las peticiones de dimisión y ha prometido continuar su lucha para mantenerse al frente del país más grande de América Latina.
Pero esta acción viene de gobiernos anteriores, por esta razón Dilma dice que es un “golpe de estado” Varios analistas políticos han dicho que tiene pocas posibilidades de ganar el juicio y terminar los dos años y medio restantes de su mandato. Después de 20 horas de discursos, con frecuencia soporíferos, el procurador general de Brasil, José Eduardo Cardozo, tomó la palabra justo después del amanecer del jueves y le dijo a los legisladores que la historia se encargaría de juzgarlos si votaban a favor del juicio en contra de Rousseff por un delito que ella asegura que nunca cometió.
Pero si este es un panorama negro para Brasil, a menos de 100 días de los Juegos Olímpicos del 2016, los triatletas y los nadadores de aguas abiertas tendrán que competir en la bahía Guanabara y en la playa de Copacabana, ambas con elevados niveles de contaminación.
Las aguas negras, que podrían llenar 480 piscinas olímpicas, del área metropolitana de Río, con una población de 12 millones de habitantes, fluyen hacia la bahía de Guanabara todos los días. Y esas aguas de olores poco agradables desembocan en la playa de Copacabana, la sede de la competencia del maratón de natación.
Associated Press (AP, agencia norteamericana de prensa, no oficial), encargó a Fernando Rosado Spilki, un virólogo y experto en calidad de agua de la Universida de Feevale en Brasil, y cuyo informe al final es el siguiente: Identificó niveles de virus 1,7 millones de veces por encima de lo que se consideraría peligroso en las playas de California. “la cantidad de materia fecal que desemboca en las masas de agua de Brasil es extremadamente alta es muy probable que una persona que nade en estas aguas contraiga una infección”. ¡Pobres deportistas olímpicos, por primera vez en la historia de estos juegos, nadarían tragándose todo lo que defecan millones de brasileros.
La agencia de noticias también comisiono a Kristina Mena, una experta en gestión de riesgos de virus de la Universidad de Texas, que analizara los resultados de Rosado Spilki y concluyo:” los atletas que ingieran tan solo tres cucharaditas de agua de la bahía tienen un 99 por ciento de probabilidades de enfermarse”.
A estas alturas Brasil no podrá cumplir con limpiar las aguas El ministro de Deportes de Brasil renunció hace poco, y la Presidenta Dilma Rousseff se enfrenta a la destitución tras una investigación y estar separada de su cargo. Es evidente que el país no podrá cumplir su promesa de los “Juegos verdes para un planeta azul”.
Las competencias acuáticas que se van a realizar en estos sitios contaminados, se deberían realizar en otro sitio, como se hizo en Australia durante los olímpicos de 1956 cuando los eventos ecuestres se llevaron a cabo en Estocolmo. Los eventos acuáticos deberán realizarse en aguas seguras y limpias, y si estas no se encuentran en Brasil, hay que buscar un sitio donde los participantes no se sientan afectados.
Dicha maniobra puede ser la única solución hoy en día, a menos que se cancelen estas competencias. Pero eso haría trizas los sueños de los atletas que han entrenado la mayor parte de sus vidas para llegar a los juegos olímpicos. Ellos se merecen la oportunidad de competir donde el agua no los afecte. Brasil está viviendo un periodo negro, y que está afectando toda su estructura, la sociedad, la industria, el deporte y todo lo que lleva la estructura de un país, esperemos que la realización de los juegos olímpicos 2016 sea un éxito y los deportistas celebren sus triunfos de forma brillante.
Al final los deportistas de deportes acuáticos no deberían nadar en las aguas negras de Brasil.
Y en cuanto a la política del país “Temer enfrenta un problema fundamental de legitimidad”, dijo Michael Shifter, el presidente de Inter-American Dialogue. “No llegó a ser presidente como resultado de un voto popular, sino a causa de un controvertido proceso de destitución”.
Pero como la mayoría de los políticos de Brasil no se pueden acercar a la candela porque tienen “rabo de paja”, con el vicepresidente sucede lo mismo. Como muchos de los líderes políticos de Brasil, Temer tiene sus propias batallas legales. Recientemente, lo encontraron culpable de violar límites de financiamiento de campañas, un cargo que podría hacerlo inelegible para ser candidato a un puesto durante ocho años; esos conflictos han generado una nube de escándalos que cuestionan su capacidad para gobernar con autoridad. Mejor dicho, es el apaga y vá
monos.
O sea sobre Brasil está pasando no una nube viajera, sino una nube negra.
