Fuente: DW, EFE, EPE.
En una ceremonia cargada de simbolismo y emotividad, la llama olímpica dejó Grecia para emprender su travesía hacia Francia, país anfitrión de los Juegos Olímpicos de París 2024. A bordo del histórico velero «Belem», la llama partió desde el puerto del Pireo hacia Marsella, marcando así el inicio de su recorrido por tierras francesas antes de la tan esperada ceremonia de inauguración en París.
Después de recorrer durante 11 días diversos lugares emblemáticos de Grecia, la llama olímpica culminó su etapa helénica con una emotiva ceremonia en el estadio Panatenaico de Atenas. El acto de entrega de la llama a Francia simbolizó el hermanamiento entre ambos países y la continuidad de la tradición olímpica. La destacada presencia de deportistas como Antigoni Drisbioti y Gabriela Papadakis, así como la participación de jóvenes sacerdotisas en trajes tradicionales, resaltó la importancia histórica y cultural del evento.
El velero «Belem», un monumento histórico de la marina mercante francesa, fue el elegido para transportar la llama olímpica desde Grecia hasta Francia, en un viaje que evoca la conexión entre la antigua y la moderna Grecia. La travesía del velero, acompañado por el trirreme «Olympias» de la marina griega y otros navíos, captó la atención de decenas de personas congregadas en el puerto del Pireo para despedir a la llama olímpica.
El presidente del Comité Organizador de los Juegos de París, Tony Estanguet, destacó la significancia histórica del viaje del «Belem», que remonta a la época en que Atenas celebró los primeros Juegos Olímpicos modernos en 1896. Este simbólico traslado marítimo representa no solo el inicio de la cuenta regresiva hacia los Juegos de París, sino también la celebración de la herencia olímpica y la unión entre naciones en torno a los valores del olimpismo.
