“Vine a decirles que quiero ser Senador para ayudar en este momento estelar que vive el Atlántico y Barranquilla”, dijo el aspirante al Senado por Cambio Radical.
Escrito por Rafael Sarmiento Coley – Director
El exsenador y candidato a volver al Congreso Arturo Char Chaljub recordó ayer que hace algunos años, Barranquilla estaba “en un hoyo profundo, bien profundo y gracias al esfuerzo de un puñado de dirigentes que aún creen en el valor de la honestidad, de la familia y del rescate de las buenas costumbres, salió a flote”.
Arturo Char realizó ayer una maratónica jornada por varios municipios atlanticenses y cerró con una gigantesca concentración en el gran salón del hotel El Prado, en donde estuvo acompañado del representante a la Cámara Luis Eduardo Diazgranados –candidato a repetir curul- y del grupo político de la familia Herrera Iranzo y Alba Olaya de Herrera.
Recordó que la familia decidió meterse a la política cuando vio que la calidad de vida en la ciudad, el departamento y la región se deterioraba por el desdén y la desidia de los malos políticos que había en aquellos momentos, con algunas plausibles excepciones.
“Hoy vemos que Barranquilla recupera su brújula, ha saneado sus finanzas y es ejemplo nacional en muchas áreas. Eso lo tenemos que continuar. Y he venido a comprometerme aquí ante ustedes que volveré al Capitolio a luchar por mi ciudad y por mi departamento. No soy de esos candidatos a senado que van pescando voticos aquí, allá y acuyá.
Candidatos de Bogotá que vienen a pescar votos aquí y hasta al Guainía. ¿Qué puede hacer por nosotros ese Senador bogotano cuando ya tenga su credencial en el bolsillo? ¡Nada!”.
Igualmente describió que cuando estuvo en el Congreso fue el momento más crítico por la parapolítica. De 102 Senad
ores, 60 fueron procesados. Era un ambiente de desolación, de tristeza por la vergonzante situación por la cual atravesaba la política colombiana. Por eso en aquel momento se sintió arrepentido de ser Senador. Sin embargo, los tiempos han cambiado y en estos momentos está muy entusiasmado. Dice que hay que trabajar por la familia. Agradeció a quienes durante horas estuvieron allí esperando su llegada. “Yo sé lo que vale ese tiempo un domingo. Alexandra (Wagnner, su esposa) y yo sabemos lo que es eso. Tenemos cinco hijos, y para ellos el domingo es sagrado y exigen pasarlo con nosotros”.
