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Soy el Chaco Senior

Por Ricardo Bustamante

A mí me puso Chaco el radioperiodista Jaime Jiménez con el argumento de que a los Isaac le decían Chaco, pero yo he conocido en mis casi 80 años de vida a muchos tocayos, tanto en Colombia como en Latinoamérica, y nadie los llama con ese apodo cariñoso.

A estas alturas creo que Jiménez se inventó tanto el remoquete como la tesis, de modo que se lo agradezco porque siento que los amigos y conocidos, desde siempre, me lo han dicho de manera afectuosa.

Soy barranquillero del barrio Modelo. Haber nacido y haberme criado en esa localidad tradicional y clásica de la ciudad me hace sentir barranquillerísimo. Vine a este mundo en 1944, mis nombres de pila son Isaac Camilo y mis apellidos Senior Camargo. Mis padres fueron José Camilo, a quien le decían ‘el Yoyo’, y mi madre, Gregoria Camargo; tengo una hermana de nombre Sara Esther y tengo dos hijos: Shirley, periodista, trabaja en el área de comunicaciones de Transmetro; y Ricardo, residente en España. Hace 40 años me uní a Yolanda Margarita López Daza, ella ha sido mi gran apoyo en todo y es la que maneja la casa con mano firme y disciplina. Yo la quiero mucho y le agradezco todo lo que ha hecho por mí, ya que tuvo la fuerza, voluntad y paciencia de jalarme de momentos malos y traerme a un mejor mundo.

Ahorita estoy con algunos quebrantos de salud, pero últimamente he mejorado mucho. Tomo pastillas para aliviar la próstata y la tiroides. He resistido a dos isquemia cerebrales y por la gracia de Dios aquí estoy y puedo valerme de mí mismo. El cerebro me funciona bien. Actualmente, le colaboro a Lao Herrera en su noticiero Alerta B/quilla, que se transmite por dos frecuencias de RCN Radio Uno 95.6FM y la Cariñosa 1.400A.M, en el horario de 5 a 10 a m. de lunes a viernes.

Juan Illera Palacio me descubrió

He sido locutor tanto comercial como deportivo en el béisbol y maestro de ceremonia. Estudié en el colegio Biffi, allí me hice bachiller en 1960. Hay hechos extraordinarios que le pasan a los seres humanos y el siguiente que voy a relatar es uno de ellos y me pasó en 1962:

Me invitaron a una ceremonia de grado de alumnos de secundaria de mi plantel educativo y, además, me pidieron el favor de que anunciara por el micrófono cada nombre de los graduandos. Entre el público estaba el locutor Juan Illera Palacio, a quien le llamó la atención mi voz y entonación, por lo que me convidó a un programa radial en emisoras Kalamary de Barranquilla. Allí comenzó mi carrera de locutor. Illera me descubrió y a él le debo mi iniciación en la radiodifusión.

Pocas personas saben que después de mi grado de bachiller cursé en la Universidad del Atlántico tres semestres de arquitectura, bueno, antes me referí al amigo y siempre recordado Juancho Illera, quien sin proponerse que yo me retirara de la carrera profesional, me hizo ver otros horizontes.

La lista de emisoras donde me desempeñé como locutor es numerosa: Kalamary, Riomar de Todelar, en 1970, La Voz de la Patria, cuando recuerdo mi paso por esta emisora, no me da pena decirlo ni confesarlo, se me aguan los ojos. Cómo no querer al italiano don Clemente Vasallo Manfroni, un buen señor y noble como él solo, y qué decir de sus hijos, todos unos profesionales en su campo. Cuando, aclaro que fueron pocas veces, no vayan a ser mal pensados, yo llegaba a la emisora un tanto trasnochado, don Clemente se me acercaba y me rociaba en mi cabeza Menticol para recomponer mi estado físico y ayudarme a que volviera a la sobriedad. Ahora sí es que estoy llorando. Excúsenme.

Luego trabajé con don Gabriel Forero San Miguel, me fue bien con él. Era una persona recia y disciplinada: todo un maestro de lo que sabía hacer. Me fue bien con don Gabriel. En Caracol, después de 12 años de labores, me pensioné como director de programación que equivale a lo que antes se denominaba dirección artística.

El campeón

Como gerente de emisoras admiro a don Clemente Vasallo, a Efraín Tejada y a José Pepe Carbonell, este último me dio la oportunidad en Caracol y, como dije antes, logré afortunadamente mi pensión. Como locutores, en esta ciudad y no exagero si digo en toda la Costa Atlántica, hubo dos monstruos que aún después de fallecidos no han sido igualados y ni mucho menos superados: Édgar Perea Arias y Marcos Pérez Caicedo. Con Édgar fui muy amigo, gran persona, lo único, claro, es su vida privada y nadie debe meterse, es que al hombre una falda le gustaba en demasía. Eso es bueno y hasta sabroso, pero en exceso es muy malo.

Así como pocos sabían de mi paso fugaz por una universidad, son contados los que recuerdan que yo fui beisbolista de los buenos, excusen la vanidad, pero es la verdad, por allá en 1963, 1964 y 1965, formé parte del Willard y de la Selección Atlántico, tuve como entrenadores al venezolano Antonio ‘El camello’ Briñez y a Jaime Del Valle. Participé en los Juegos Nacionales en Medellín y Barranquilla. Se me olvidaba: me desempeñé en el campo como lanzador y right fielder o jardinero derecho.

Por último, quiero contar la siguiente anécdota risible para todos, pero menos para mí: transmitiendo un partido de béisbol en el estadio Tomas Arrieta de Barranquilla, ahora se llama Édgar Rentería, tenía como voz comercial a Gilberto Estor Lara. ‘La China’ Herrera, madre del pelotero Luis ‘Chino’ Herrera se rebuscaba vendiendo fritos, yo tuve la mala idea de pedirle, en plena transmisión, una empanada, y en un momento de descuido, unos carajos, entre ellos mi compañero de locución, le echaron picante en exceso, y cuando me la llevo a la boca me atraganto con el ardor y la picazón en la lengua y en el paladar y tuve que darle bruscamente el micrófono a Estor Lara, para que siguiera el partido. Esto que estoy contando ha servido para que mis amigos me mamen gallo hasta nueva orden. Bueno, esto está muy largo. Richard, ese soy yo, Isaac Camilo Senior Camargo, el popular Chaco Senior.

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