No es solo ganar o perder, no solo se juega un partido, también se siembran deportistas, se siembran soñadores.
Por Andrés Ibañez (el satírico)
El pueblo despertó temprano, a las 6 de la mañana ya había personas en las chácharas de las esquinas pronosticando un resultado para el partido. La famosa canción de Diomedes Diaz “Yo soy mundial” sonaba de fondo, todo era sonrisas, nadie se insultaba porque había ganado Duque, o porque había perdido Petro. Todo era folclor, había confianza en el ambiente porque la mayoría pensó que ganaría la selección.
Los ojos estaban puestos sobre los debutantes, quienes no tuvieron el debut soñado, a decir verdad los errores se pagaron caro, y James en un gesto de patriotismo quiso apagar un incendio japonés que ya había consumido a Colombia. La asistencia de los hinchas colombianos al estadio en Rusia fue increíble, pero no se les complació.
https://youtu.be/X0KadJrNmG0
Nunca entendí los cambios, ni el afán del técnico por ponerse a inventar cosas raras en un campeonato mundial. Se sabe que no siempre se puede ganar, pero también sabemos que pudo ser mejor. Lo que más me ha gustado de todo esto es que el tropezón con los nipones no impidió que los niños salieran a la calle a jugar un “picaíto”, en vez de estar por ahí matando el ocio con conflictos innecesarios que se toman como ejemplo de diversas situaciones. Seguramente no ganamos el partido, pero siempre se gana un soñador que seguirá buscando algún día vestir esta camiseta.