Un apretado resultado electoral determinó una segunda vuelta en las elecciones presidenciales de Ecuador. Rafael Correa se va a Bélgica, lejos del mundanal ruido, de donde es oriunda su esposa Anne Malherbe.
Chachareros/Deutsche Welle/EFE/AFP
Los candidatos Lenin Moreno (movimiento Alianza PAIS) alcanzó 39,4 % y Guillermo Lasso (alianza Creo-Suma) llegó a 30,5% tendrán que verse en una próxima jornada electoral el domingo 2 de abril, según el exit poll de la encuestadora Cedatos, una de las acreditadas en el proceso.
Los ecuatorianos salieron a votar el domingo en unas elecciones presidenciales que permitirían ratificar o rechazar el modelo socialista instaurado por el mandatario saliente, Rafael Correa, en medio de un alto número de indecisos.
Cifras del exit poll de Cedatos a nivel nacional
Presentados en Ecuavisa
Lenin Moreno 39,4%
Guillermo Lasso 30,5%
Cynthia Viteri 15,5%
Paco Moncayo 6%
Dalo Bucaram 4,4%
Iván Espinel 2,6%
Patricio Zuquilanda 0,9%
Washington Pesántez 0,8%
Resultados del exit poll de Market
La encuestadora Market también informó que los votos determinaron el paso a segunda vuelta de los candidatos Lenin Moreno (AP) y el candidato Guillermo Lasso (CREO-SUMA)
Lenin Moreno 36,2%
Guillermo Lasso 26,1%
Cynthia Viteri con 23,1%
Paco Moncayo 6,5%
Dalo Bucaram 3,8%
Iván Espinel 2,8%
Patricio Zuquilanda 0,8%
Washington Pesántez 06%
Ya los últimos sondeos daban ventaja al candidato oficialista y exvicepresidente de Correa, Lenin Moreno, pero que no le alcanzaba para ganar la presidencia en primera vuelta ante sus más cercanos rivales, los opositores Guillermo Lasso y Cynthia Viteri.
Resultados del exit poll de Opinión Pública
Estos datos fueron presentados por los medios incautados del Estado.
Lenin Moreno 42,9%
Guillermo Lasso 27,7%
Cynthia Viteri 14,7%
Paco Moncayo 6,1%
El no lograr la mayoría absoluta de los votos válidos o, al menos, el 40 por ciento con una ventaja de 10 puntos porcentuales sobre su rival más cercano, permitirá una segunda vuelta dentro de unos 40 días. (I)
El fin de la era Correa en Ecuador
Rafael correa termina su mandato. Este ha sido el único presidente ecuatoriano que se dio a conocer en Alemania. Cualquiera que sea el resultado de las elecciones, esto significa el fin de una era, opina Astrid Prange.
Correa es el Comandante de Ecuador. Pero también fuera de su país ha participado en debates políticos. Y así aconsejó durante su visita a Berlín en 2013 a la canciller Angela Merkel a poner menos énfasis en programas de austeridad en Europa y mantener distancia del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El aún presidente ecuatoriano Rafael Correa provoca, polariza y es polémico. Él pasó a ser un héroe en el pequeño país sudamericano, el cual gobierna desde el 15 de enero de 2007. Dos veces – en 2009 y 2013 – fue reelegido con mayoría absoluta.
En las elecciones de este domingo 19 de febrero el economista de 53 años ya no participa. La razón no ha sido del todo clara, posiblemente Correa había intuido poca aceptación de los ecuatorianos. Pero lo que queda claro es que una era política llega a su fin en el país andino. Algo inusual y atípico en las memorias de los países que rompieron las cadenas del colonizadore español hace 200 años, con las espadas de Simón Bolívar, Maceo, Martí y San Martín.
Rafael Correa, con apenas 53 años a cuestas y con una imagen, aunque desgastada muy probablemente recuperable, prefiere hacerse a un lado. Tal vez sea una jugada maestra. O de manera simple y sensata, quiere, por fin, disfrutar de una temporada paradisíaca en Bélgica al lado de su bella esposa Anne Malherbe, oriunda de aquel antiguo poderoso imperio que explotó hasta más no poder más de medio continente africano. En esta década en Quito, Anne se convirtió en el polo a tierra de su esposo. Fue la compañera fiel, comprensiva, siempre de bajo perfil, haciendo una de las tareas más brillantes para darle ánimos a aquel político joven e impetuoso que cuando lo desafiaban se convertía en un toro de casta.
También en Europa, Correa deja sus huellas políticas – lo cual es inusual en un presidente de Ecuador. En la controversia sobre la conservación del Parque Nacional Yasumi en la Amazonía ecuatoriana, Correa desafió a la conciencia ambiental de Alemania.
El petróleo que queda en el suelo
Hay que recordar que Correa se mostró dispuesto en 2007 a que las reservas de petróleo en el Parque Nacional Yasuní quedaran bajo tierra si la comunidad internacional compensaba por la no explotación. Para el único proyecto internacional de protección del clima los países desarrollados debían pagar 3.6 mil millones de dólares a un fondo.
Astrid Prange de Oliveira, periodista de DW
Pero el dinero no llegó completo. Después de difíciles negociaciones, el entonces Ministro de Desarrollo alemán, Dirk Niebel, detuvo en 2009 los pagos a la preparación del proyecto piloto. Ambas partes se echaron la culpa unos a otros por el fracaso.
Con esta disputa, Correa se sintió reivindicado en su crítica al capitalismo y que la protección al medio ambiente de los países industriales no es más que solo palabras. El Gobierno alemán, sin embargo, no confiaba en las promesas del Gobierno ecuatoriano de no extraer petróleo.
Más petróleo, menos dinero
Desde septiembre de 2016, el petróleo en el Parque Nacional Yasuní es extraído por empresas chinas. Las fuentes de petróleo en Ecuador seguían produciendo. Pero los ingresos no. Desde la caída de los precios del petróleo, los ingresos en su exportación se redujeron en un 40 por ciento.
Pero eso no es todo. En abril de 2016, Ecuador sufrió un terremoto. Esta tragedia dejó al país en la ruina. Las perdidas en bienes y mercancías alcanzaron el valor del 2 por ciento del producto bruto interno. Y en 2016 se contrajo el rendimiento de la economía en un 1,7 por ciento. Con el fin de financiar la reconstrucción, Correa decidió introducir un impuesto sobre el patrimonio.
Equilibrio amargo
La crisis del petróleo y el terremoto pararon los años de bonanza de Ecuador. Y con ello se veía amenazado el legado político de Correa: el éxito en su lucha contra la pobreza. Esta se redujo entre 2007 y 2014 de 37 al 22 por ciento -gracias a los programas sociales del Gobierno.
Sin embargo, de la «Revolución ciudadana» y el concepto del «Buen Vivir” casi nadie habla en la campaña electoral, pero si de corrupción. De acuerdo con informes de la prensa local, el hermano de Correa habría dicho que la campaña electoral de 2006 fue financiada con donaciones de la constructora brasileña Odebrecht.
De este modo, Correa sale del Palacio de Gobierno ya no como héroe, sino como un presidente con un lado oscuro. Su sucesor, que probablemente no se fije hasta después de la segunda vuelta electoral en abril, tiene la difícil tarea de defender los logros sociales de la «revolución ciudadana» en medio de la crisis económica y la recesión. Quizá el siguiente jefe de Estado tenga que trabajar nuevamente junto al FMI, a pesar de las críticas de Correa.