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Santos-Uribe, a salir del cuarto oscuro

Uribe regaña a coequipero por revelar cifras gastadas en la campaña por el NO. Ardila Lülle emite comunicado. La sociedad civil pide cambios de fondo. A pesar del lenguaje constructivo del senador Uribe a la salida de su encuentro con el primer mandatario, el progreso fue poco. 

Por Rafael Sarmiento Coley/Apoyo Semana/Fotos/Guillermo Torres

Como era de esperarse, ya empezaron a salir los trapitos al sol. De acuerdo con denuncias de parte y parte, en resumidas cuentas, los promotores de la campaña por el NO gastaron más plata en publicidad que el propio Gobierno, que promovió el voto por el SÍ.

Tanto así, que ayer a primera hora el expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez tuvo que salir a desmentir a su coequipero Juan Carlos Vélez, quien reveló cifras presuntamente invertidas por el Centro Democrático para promover el voto por el NO.

Uribe de inmediato regañó en público a Vélez y dijo que esas cosas no se pueden manejar a la ligera. A su vez el presidente de la Organización Ardila Lülle (OAL), Carlos Ardila Lülle, aclaró que, como se hace con todas las campañas electorales, se les conceden créditos blandos por pronto pago, por igual, a todos los sectores políticos.

Sumado al rifirrafe como consecuencia de la primera visita de Uribe a la Casa de Nariño después de más de seis años de ausencia, las movilizaciones sociales pidieron cambios profundos por parte del Estado. Los reclamos airados no se hicieron esperar. Lo que plantean algunos de los líderes de estas expresiones colectivas tienen toda la justificación del momento histórico que vive Colombia.

Una de las primeras solicitudes que proponen es que el llamado ‘impuesto de guerra’ (el cuatro por mil), que lo paguen “únicamente las clases altas, no las clases media ni baja, que ya no tienen casi ni con qué comer, porque se las comen toda la catarata de impuestos que cada gordifludo que llega al Ministerio de Hacienda termina incluyendo en una nueva Reforma Tributaria, que los insaciables congresistas aprueban a pupitrazos a cambio de la cantidad enorme de mermelada que reciben del Gobierno de turno. Y por eso están todos tan gordotes porque, como decía Churchill, viven comiéndose todo lo que se les tira en el barril de los marranos”.

Del mismo modo proponen que los servicios de salud retornen al Estado, y que se ejerzan controles más severos contra las entidades prestatarias de servicios como el de la energía eléctrica, el gas, agua potable, aseo y alcantarillado”. Piden a Álvaro Uribe Vélez que, en un propósito de enmienda, corrija el Frankenstein que creó con la llamada Ley 100, que es de su exclusiva paternidad y es la que ha generado el mayor desmadre que jamás en la historia del país se había registrado en el sector salud, que «ha caído en manos de verdaderas mafias, hampones de siete suela que se han robado todo mientras dejan morir a los pobres afiliados por falta de una oportuna y adecuada atención». Insisten en que dicho sector, con la anuencia de cada Gobierno de turno, ha caído en manos de «mercaderes de la muerte, ruines y miserables».

Que paguen los bancos

4-pastrana-villegasEn una de las jornadas realizadas este jueves se divulgaron varios de estos puntos, según los cuales, un empleado de la clase media o trabajador de la clase baja “termina esclavizado trabajando para el Estado. Paga los siguientes impuestos: Retención en la Fuente, Predial, Valorización, Impuesto al Valor Agregado (IVA, que ahora el actual Minhacienda Mauricio Cárdenas quiere elevar al 20%), impuesto de rodamiento, impuesto de circulación, sobretasa a la gasolina, impuesto al alumbrado público, impuesto de semaforización, impuesto por uso del espacio público, altísimas multas a los concesionarios de las cámaras reducidoras de velocidad, que se han convertido en un verdadero abuso para el sufrido empleado de la clase media que tiene un carrito viejo, el Seguro Obligatorio contra Accidente de Tránsito (Soat), el atraco que cobran las grúas por inmovilizar un carro mal parqueado y llevado a los parqueaderos usureros de unos empresarios privados dueños sempiternos de esas concesiones. La Revisión Técnicomecánica”.

Igualmente solicitan que el Gobierno acuda a todo el sector bancario y financiero para cubrir los gastos que demanda el posconflicto, pues “es uno de los sectores que más gana plata en Colombia, según propia confesión, como consecuencia de las tasas avarientas que cobran por un préstamo, mientras que las comisiones que pagan a los ahorradores son ridículas, con el agravante de que, con la complicidad de funcionarios de muchas de esas entidades, con el sistema de gota a gota – o chorro a chorro, en algunos casos—se apoderan de los pocos dineros que los ahorradores mantienen en esas cuentas”.

“Si cada conglomerado financiero se gana cada tres meses $20 billones, pues que aporte al año si quiera el 20% de esas altas ganancias para financiar, no la guerra, sino la paz, y así podrá ganar más dinero en una economía sana y confiable”.

Los ricos no quieren pagar

Otro esquema que proponen cambiar es el del impuesto a los licores. De todos es sabido que, durante más de medio siglo, una famosa cervecera nacional no pagó el impuesto al consumo de licor, porque su bufete de abogado, repartiendo plata a la lata en el Congreso, impedía que le modificaran su rango de “bebida refrescante”, siendo que con cuatro “frías” ya cualquier parroquiano quedaba tirado en un andén hasta que la “perra” se la pasara.

Ahora no solo es la fábrica de cerveza, cuyo nivel de alcohol sobrepasa los 14 grados, la que pretende seguir camuflada como “bebida refrescante”, sino que hasta las fábricas de aguardiente y de vino alegan que “no son licores fuertes. Tan es así, que lo toman los sacerdotes en la misa y el aguardientico en las mañanas, con café, para ir a misa de cinco”.

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Juan Carlos Vélez no pudo ocultar su cara de terror cuando vio que metió la pata al revelar parte de las cifras que pagaron en la campaña por el NO.

Con todas esas trampas que los ricos le hacen al Estado, habría plata de sobra para financiar un audaz y eficiente posconflicto, sin saquear el bolsillo de la gente pobre de la pobre clase media y baja.

En ese aspecto es que las clases populares que marchan por su propia cuenta y voluntad y sin buses alquilados ni ron regalado, piden al presidente Juan Manuel Santos y al senador Álvaro Uribe Vélez «salir del cuarto oscuro para que asuman con grandeza histórica los cambios que el pueblo les pide. No desaprovechen esa oportunidad de oro de ganarse un monumento si quiera en el Ubérrimo y en Anapoima o Mesa de Lleguas. Es ahí en donde se mide la grandeza de ideales de un líder, y no en los ministerios y puestos que va a repartirse en la Casa de Nariño con el mandatario de turno para salir con la boca llena y una sonrisa cínica».

La campaña ya venía

Desde antes del plebiscito del 2 de octubre se conocían voces inconforme por todo cuanto se cocinaba alrededor de estos acuerdos. Un documento que se volvió viral en las redes sociales señala: «Si le preocupa que con sus amados impuestos se les pague a los desmovilizados, y por eso no está dispuesto a votar por el SI, entienda que de ganar el no, sus impuestos se seguirán gastando en lo mismo: la guerra. Primero, para que sepa, no se les va a pagar un sueldo de dos millones de pesos. Recibirán esta suma una única vez. De ahí en adelante, recibirán un sueldo de $620.000, equivalente al 90% del  Salario Mínimo Mensual Legal Vigencia (Smmlv), durante 24 meses. Es decir, un total de $16.880.000 pesos. (Pág 67).

«Si le parece que es un sinsentido tener que pagar esa suma a un delincuente, tiene que saber que tenerlo en la cárcel, como a usted (y a todos) le gustaría, cuesta $13.336.000 al año (Semana), es decir, asumiendo que solo fuese por 2 años a la cárcel, sería 10 millones más caro apresarlo, que educarlo. De ser apresado, y ganar el no, no tendríamos que pagar, ni su sueldo, ni su manutención en la cárcel, pero tendríamos que pagar la guerra. Un día de guerra en Colombia cuesta 22.000 millones de pesos. (El Tiempo) Con un día de guerra, se le paga a 1.300 desmovilizados. Es decir, que suponiendo que las Farc tiene cerca de unos 18.000 integrantes, necesitaríamos únicamente 14 días para pagar la Tan Extraordinaria suma que Tanto nos asusta. Si lo piensa bien, quedaría una buena parte para invertir en educación, salud y calidad de vida de todos los colombianos.

Si lo que le asusta es que Timochenko sea presidente porque usted cree que le vamos a entregar el país a las Farc, tiene que saber que no se entregarán ni alcaldías, ni gobernaciones ni Abasolutamente nada a las Farc. Es lógico que quieran participación política, y la tendrán, pero ¨Las curules no son automáticas. Para acceder a ellas los miembros deberán inscribirse en un partido político con personería jurídica o con una lista única de candidatos propios (Pg 63 y 64). Para verlo en perspectiva, además, esto le daría únicamente el 4,9% de los votos del Congreso, y el 3,01% de los votos en la Cámara de Representantes. Adicionalmente, la temporalidad de dichas curules, de 2 periodos constitucionales, no solo implica que deberán ganar a pulso político de ahí en adelante, sino que tendrán que empezar a ganar apoyo popular a través de impulsar políticas de base, pues la densidad poblacional de las ZRC y de zonas donde la guerrilla tenía fuerte presencia no alcanzan el umbral de votación para elegir a un solo Senador de la República.

«Es falso que los miembros del Secretariado entren al Congreso con voz pero sin voto. Se delegarán 3 voceros (el Secretariado de las Farc actualmente tiene 6 personas), «exclusivamente para que participen en el debate de los proyectos de reforma constitucional o legal que sean tramitados mediante el Procedimiento Legislativo Especial para la Paz de que trata el Acto Legislativo 01 de 2016.» (Pg. 64). En ningún lugar se especifica que vayan a recibir sueldo. Y como dice German Vargas Mesa, ¨Afirmar que las 16 curules para las Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz (Pg 48), en zonas que hasta el momento han sido abandonadas por el Gobierno de manera sistemática, serán tomadas exclusivamente por las Farc es, por lo bajo, exagerado. A manera de ejemplo, es importante notar que el actual alcalde de San José del Guaviare, una de las Zonas Rurales de Concentración que históricamente ha tenido una fuerte presencia de la guerrilla, pertenece al Centro Democrático.

«Adicionalmente, estas Circunscripciones Transitorias son precisamente eso, transitorias, y también funcionarán solamente por 2 periodos constitucionales. Timochenko no va a ser presidente a menos que el pueblo lo elija, y si lo eligen (esperemos que la ignorancia del pueblo no nos lleve allá), es democracia. Así mismo reelegimos un fascista asesino de ultra derecha y así mismo elegimos muchos otros gobernante ineptos (casi todos).
Si lo que le preocupa es que el país se vuelva como Venezuela, y por ello está firme en el NO, entienda por favor que no se negoció la estructura social del país. En Venezuela se aprobó una ley que le permite al mandatario legislar al margen de la asamblea nacional, puede controlar los precios, los márgenes de ganancia y el uso de divisas. La inflación es Venezuela es del 56%, y la escasez del 28%. La economía de Venezuela dependía principalmente del petróleo, con la caída del precio perdieron más de 50.000 millones de dólares, la moneda se devaluó y el gobierno no puede pagar para importar los alimentos básicos. La crisis que se vive hoy en Venezuela es consecuencia de dos cosas: las reformas que hizo Maduro para controlar el mercado, que dejó al pueblo sin comida, y las continuas masacres de por parte de las fuerzas militares que atropellan todos los derechos humanos.
«Firmar la paz no tiene nada que ver con convertirnos en Venezuela. Si quiere votar NO, hágalo, solo espero que tenga más argumentos, porque si es el único, es mejor que no quede como ignorante. Guárdese el comentario que ¨Vamos a terminar como Venezuela¨, porque no tiene absolutamente nada que ver. Ilústrese.
«Solo espero que el deseo del pueblo por mejorar y comenzar a construir un país, sea mas fuerte que la filiación política que tiene polarizado el voto por la paz».

Lo que pasó en la Casa de Nari

Según relato milimétrico de Semana.com, pasadas las 4:00 de la tarde Álvaro Uribe salió de la Casa de Nariño, casi dos horas después de haber terminado la primera reunión que sostuvo con el presidente Juan Manuel Santos. Lo que sucedió esta tarde puede ser la cita más esperada de la política colombiana en la última década. Y por eso, con el pasar de las horas aumentaba la expectativa de lo que podía estar discutiéndose dentro de la Casa de Nariño. Uribe llegó puntual como siempre. Antes de las 11:30 de la mañana y ya entraba a la que fuera su sede de trabajo por años en medio de un tumulto de periodistas.

El ex presidente llegó acompañado de su más fieles escuderos y de sus aliados en la campaña del No: Alejandro Ordóñez y Marta Lucía Ramírez. Muchos pensaban que la reunión podía desarrollarse rápido, pero no fue así. La demora obedeció a que el senador del Centro Democrático (y los demás promotores del No) se sentaron a dialogar con el gobierno y definieron la redacción de un texto, el mismo que Uribe leyó de su tableta, ante las decenas de cámaras de televisión apostadas para registrar su pronunciamiento.

Se sabe que le reunión fue tensa y que la conversación no fluyó. «Complejo», le dijo uno de los presentes a Semana.com para describir el ambiente. El que más habló fue Uribe y Santos de vez en cuando le aclaraba puntos o le daba alguna respuesta.

A la salida del Palacio de Nariño, Uribe comenzó su intervención con el tono coloquial de siempre. Antes de comenzar a leer buscaba con la mirada a Marta Lucía Ramírez. Había mucha expetactiva por lo que pudiera decir pues pasaron más de seis años para que fuera posible ese encuentro. «Voy a pedirles comprensión porque solo hay una declaración no larga y escrita», comenzó diciendo.

«Agradecemos al señor presidente la cita que nos concedió hoy. Manifestamos ajustes y proposiciones iniciales que deberán introducirse a los textos de La Habana para buscar un nuevo acuerdo de paz que vincule a la totalidad de los colombianos. El presidente de la República expresó voluntad para lograrlo», aseguró.

Uribe utilizó mensajes esperables y repitió las criticas que ha tenido siempre. De su lectura no se desprendieron mayores conclusiones, pero dio un breve resumen de las inquietudes que siempre ha mantenido frente a los acuerdos firmados entre el gobierno y las Farc en La Habana. Repitió sus quejas sobre el aumento de cultivos ilícitos, las bandas criminales, la extorsión, entre otros. Y finalizó diciendo que Colombia no puede soportar otro motivo de violencia.

«Es mejor la paz para todos los colombianos que un acuerdo para la mitad», dijo. Por eso le insitió al presidente Santos en buscar «un nuevo acuerdo que vincule a todos los colombianos», pues insitió que los resultados del plebiscito reflejaron el rechazo al pacto de La Habana.

Uribe inisitió en la necesidad de que las Farc cesen sus delitos y los efectivos de la guerrilla. Mencionó los que podrían considerarse sus inamovibles, lo que llama la impunidad total para autores de delitos atroces, la elegibilidad política de los jefes del secretariado de la guerrilla, la información sobre los secuestrados, la entrega de menores reclutados, y los valores de la familia. Uribe también hizo un llamado a las Naciones Unidas para que acompañen esta «nueva etapa de la democracia colombiana».

Quizás el mayor avance fue el reconocimiento de Uribe a la voluntad de Santos de buscar un nuevo acuerdo. Sin embargo, ese reconocimiento puede basarse en un hecho que aún no es real y es que el gobierno este dispuesto a renegociar las 297 páginas del Acuerdo Final con las Farc.

Aunque no hubo decisiones concretas, informó que el diálogo está abierto, y desde este jueves los comisionados del gobierno y los del No iniciarán sus sesiones de trabajo a puertas cerradas. Uribe se fue de la Casa de Nariño en compañía de los demás promotores del No.

A pesar del tono conciliador que tuvo el ex presidente en sus declaraciones, se sabe que la reunión fue tensa. La cita se concretó de manera espontánea y hasta folclórica. Después de seis años de no hablarse y de haber mantenido la más dura guerra verbal en ese tiempo, la situación se resolvió con una llamada. Uribe se hizo filmar en el momento en que llamaba a pedir la reunión, luego de haber aceptado reunirse con el presidente en una entrevista con RCN.

Sin embargo, no es mucho lo que pueda pasar en el corto tiempo. Es claro que la reunión producía ilusión, pero no hay muchos motivos para la esperanza. En especial porque las Farc, el gobierno, el uribismo y la comunidad internacional no están en la misma línea.

Las Farc contra Uribe

Las Farc ya mostraron su escepticismo  y se fueron lanza en ristre contra el expresidente. “Si dejamos la paz en manos de Uribe, al país se lo lleva el diablo», dijo en un trino Iván Márquez. Lo que vino no fue más matizado. “Es cierto, el país atraviesa una zona gris riesgosa, un limbo peligroso, pero estará peor si ponemos la paz en manos de Uribe y de Pastrana”, escribió retomando las declaraciones de Santos. “Si Uribe se bajó del bus de la Constituyente, Chao, que le vaya bien. Ella es el camino para adecuar las instituciones a los retos de la paz”, agregó.

La canciller María Ángela Holguín tampoco dio motivos para creer en una solución pronta. «Si las Farc no abren el acuerdo, no hay nada qué hacer… no es una decisión del Gobierno, es una decisión de las Farc”, advirtió. Así, con el mensaje de los líderes de ese grupo no es automático que esa guerrilla acepte las sugerencias del uribismo y los promotores del No.

El Centro Democrático pudo mejorar su tono, pero el contenido es el mismo. Uribe dejó claro que hay cosas que le molestan, las mismas que han sido su causa toda la vida. Volvió a hablar de impunidad, y todos saben que él por esa palabra entiende cárcel, algo en lo que las Farc dificilmente cederán. José Obdulio Gaviria aseguró que «las 297 páginas del Acuerdo Final están muertas» y esa en una tesis con la que las Farc no comulgarán.

Calificó el acuerdo como un documento lleno de «sandeces, de absurdos, que conducían a Colombia a un escenario más parecido al de Venezuela». Agregó que con las votaciones del domingo era claro que los beneficios que recibirán las Farc ya no podrán suceder.

Casi fracasa

Hay un elemento adicional que pocos han contado y es que la reunión entre los dos presidentes estuvo a punto de no darse. Uribe se sintió traicionado cuando escuchó en los medios la advertencia de Santos de que el cese al fuego solo podría mantenerse hasta el 31 de octubre y las posteriores reacciones de las Farc anunciando que se replegarían en sus territorios. Hay quienes dicen que eso fue lo que provocó que la reunión no fuera de ambos en privado, sino de casi una decena de personas. Se cree que esa fue una formula para aliviar la tensión que producía un encuentro cara a cara.

La comunidad internacional, que tanto ha apostado por sacar adelante el acuerdo, intenta apoyar cualquier avance en el nuevo escenario. Luego de conocer el triunfo del No, el secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, envió a La Habana, de manera urgente, a su representante especial, Jean Arnault. Y el secretario de Estado de EE. UU., John Kerry, llamó por teléfono al presidente Santos para reafirmar el respaldo de Washington y anunciar la visita a la isla de Bernie Aronson, el enviado especial del presidente Barack Obama. Sin embargo, las Naciones Unidas han dicho de manera prudente que su papel en Colombia no puede ser infinito.

En este momento de incertidumbre, han sorprendido nuevas figuras que tienen la posibilidad de servir como puente. Por el lado de las Farc, se habla de que ese hombre podría ser Álvaro Leyva. El líder conservador se ha ganado la confianza de ese grupo guerrillero en décadas de trabajo en los procesos de paz. Pero tiene un plus adicional y es que fue el único de la mesa en insistir con vehemencia que se necesita vincular a Uribe al proceso.

Por el lado del gobierno, ha sonado otro nombre: Néstor Humberto Martínez. El fiscal general cuenta con la confianza tanto del presidente como del ex presidente.  El pasado dos de octubre, día que no cesó la horrible noche, lo pasó con Santos. Al mismo tiempo fue la persona que llamó «patriota» al presidente Uribe cuando la guerra entre ambos mandatarios estaba en su momento más intenso. Como en este momento lo que se busca es lograr una concertación, cualquier formula que avance algo en ese sentido puede resultar muy relevante.

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Director general de Lachachara.co y del programa radial La Cháchara. Con dos libros publicados, uno en producción, cuatro décadas de periodismo escrito, radial y televisivo, varios reconocimientos y distinciones a nivel nacional, regresa Rafael Sarmiento Coley para contarnos cómo observa nuestra actualidad. Email: rafaelsarmientocoley@gmail.com Móvil: 3156360238 Twitter: @BuhoColey
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