
El gran Instituto Rodríguez sólo queda en el recuerdo y en las memorias escritas de Numas Gil Olivera.
Por: Shayling Lugo & Alejandro Valencia
Fotos: Yulisa Leones
Hacen falta solo 154,7 kilómetros recorridos desde Barranquilla para sentir que esto se escribe desde la tierra de la Hamaca Grande, para escuchar a lo lejos las gaitas y sonar un bullerengue que hace llamado al alma e invita el cuerpo a bailar.
San Jacinto Bolívar, el pueblo de Los Rodríguez, Mauricio, José y «Pepe» Rodríguez, quienes durante años se dedicaron a brindarles a los sanjacinteros una educación que valga la pena y que motive a todos y cada uno a luchar por sus sueños.
Mauricio José fue Secretario de la Juventud de San Jacinto, después de haber acompañado a su abuelo y a su padre mientras estos brindaban una educación en la que no sólo se enseñaban las ciencias básicas sino que, después de la jornada, Mauricio José y José Domingo se encargaban de formar a sus alumnos casi como hijos propios y de inculcarles valores y costumbres de la tierra de la hamaca.
Nombres de personas que recibieron enseñanzas de los Rodríguez sobran. El condecorado profesor Humberto Vázquez, el Profesor Bustillo, el músico y compositor Adolfo Pacheco, Regino Martínez (El primer colombiano en la NASA); el expresidente del Senado, Lidio García; y Numas Gil Olivera, el cual ha escrito mucho acerca del Instituto Rodríguez. Estas personas son referentes de la calidad de educación que recibieron en el instituto, hombres ejemplares para la sociedad.

Foto de: El Universal
Hoy la situación educativa en San Jacinto no es la misma. Aunque aún se preservan las costumbres musicales y artesanales, la educación ha bajado de calidad a causa de que, según José Rodríguez, el Estado se ha olvidado de cuál es el deber con los jóvenes y cuál es la educación que merecen. Muchos hoy día recuerdan con nostalgia épocas de una mejor educación. Si alguien no se aprendía la séptima estrofa del Himno Nacional, debía quedarse en el colegio hasta que se la aprendiera. «Y hoy en día yo todavía me acuerdo del himno nacional completo», evoca José Rodríguez.
De eso no queda mucho, y no solo hablamos de himno, sino que de igual forma se olvidan otras costumbres y lo que se enseña es con afán de salir del colegio lo más pronto posible.
¿Culpa del Estado? ¿Culpa de los profesores? ¿Culpa de las familias? No podemos decirlo con certeza, pero tanto José Rodríguez como algunos estudiantes y maestros de la actualidad concuerdan en que es necesaria «mano dura» y atención del Estado. De esta manera podrá recuperarse la gloria que tuvo en sus días el Instituto Rodríguez.
El gran Instituto Rodríguez sólo queda en el recuerdo y en las memorias escritas de Numas Gil Olivera.
Todo lo que queda del colegio que fundó José «Pepe» Domínguez porque no quisieron aceptar a su hijo en otro colegio y por un acto de rebeldía creo el suyo propio, es una segunda sede de la Institución Educativa Técnica Agrícola.
El problema con la educación de calidad no es solo en San Jacinto, es una enfermedad generalizada del país, pero es importante hablar de municipios como éste, en donde no solo carecen de una buena educación sino también de otros recursos que beneficiarían a cada habitante en su trabajo y en su día a día.
Es triste y decepcionante ver cómo el lugar de donde salieron el Profesor Bustillo, Adolfo Pacheco, el primer colombiano en pisar la NASA, se ha convertido en la tierra del olvido en que las gaitas no cantan sino que lloran, en compañía de la ausencia de un Estado que no sale de la capital.
Es bueno saber que aun existen personas que no se olvidan de mi pueblo 👌🏼☺️
Así es Yessica el terruño llama