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Pedro Pablo Jurado se la pasa viajando

El director de Cormagdalena fue denunciado por haber cobrado $70 millones en viáticos en lo que va corrido del año.

Por Chachareros

Hasta el puerto de Barrancabermeja, su sede, tiene abandonado Cormagdalena.

Increíble, como dice la canción de Marco Aurelio Álvarez: “Río Magdalena que te la pasas viajando/en mi Barranquilla/el puente te está esperando”. Mientras los pueblos ribereños siguen siendo unos morideros y el canal de acceso a la zona portuaria de Barranquilla recibe a cuenta gotas migajas del presupuesto general de la Corporación Autónoma Regional del Río Grande del Magdalena (Cormagdalena), el enigmático director de dicha entidad, Pedro Pablo Jurado se ha gastado este año en viáticos $70 millones viajando por avión, cuando ha debido hacerlo en canoa para que pudiera mirar con sus propios ojos cómo languidece la principal arteria navegable colombiana.

Lo triste es constatar la mala suerte de Cormagdalena, uno de los logros promisorios incluidos en la Constitución de 1991, con la ilusión de que, con recursos propios y autonomía de vuelo, ahora sí se cumpliría el sueño del Libertador Simón Bolívar, quien ya desde 1.820 veía con preocupación el decaimiento, por la falta de un adecuado trabajo de limpieza y canalización, de una verdadera joya de la corona en todos los países desarrollados: una vía acuática con influencia en el 80% del territorio nacional.

Otro de los errores de los Constituyentes de 1991 fue dejarse imponer el criterio de que la sede de Cormagdalena quedara en Barrancabermeja y no en Barranquilla. Por eso es la viajadera d Pedro Pablo a la capital Atlántico.

Por esa inquietud, Bolívar, en 1828, firmó el contrato de concesión con el comodoro alemán de origen Judío, Juan Bernardo Elbers, nacido en 1776 en Mülheim, Reino unido de Prusia, y fallecido de tristeza en Bogotá en 1853 sin haber podido cumplirle el sueño para el cual lo trajo desde tan lejos el entonces presidente colombiano.

Desde luego que Juan B. Elbers no fracasó por gastarse la plata en viáticos, sino por las condiciones adversas del absoluto subdesarrollo para conseguir a tiempo los materiales que se requerían para los tablestacados que enderezaran la corriente; la leña adecuado para los vapores que dragaban y limpiaban las orillas, y la falta de recurso humano local capacitado, pues traer un ayudante desde Alemania salía por un ojo de la cara, y ni hablar de traer a un ingeniero experto en recuperación de ríos.

¡Este es el hombre!

De los 17 miembros de la junta directiva de Cormagdalena, en enero de 2019 asistieron 16 y por absoluta mayoría eligieron Pedro Pablo Jurado, convencidos de que su hoja de vida brillante como egresado de la Universidad Externado, más quince años de experiencia laboral, ahora sí habían conseguido al hombre para el puesto. No el puesto para el hombre, como ocurrió desde cuando Cormagdalena existe con fracasos estruendosos como el de Augusto García, Lucas Ariza, Alfredo Varela. Ninguno de ellos dio pies con bola. Todo lo contrario, uno de ellos, quien alcanzó a lograr el cierre financiero para el contrato de concesión con Navelena, se dice que salió multimillonario y desde entonces se da la vida de rico viajando con toda su parentela por todos los rumbeaderos del mundo donde haya licor y otros ‘cositas’ en abundancia.

Ahora este nuevo escándalo confirma que en alguna cosa fallaron los Constituyentes de 1991, al crear un Frankenstein que ha enriquecido a más de uno y el río Magdalena sigue cada día peor. Con la desgracia de que la misma Carta Magna de 1991 le entregó en bandeja de la plata a Cormagdalena todos los recursos que por cada metro concesionado en los 18 kilómetros del canal navegable desde Bocas de Ceniza hasta Sabanagrande (“Todo un jurgo de plata”), va a parar a la caja fuerte de Cormagdalena con el compromiso de mantener la profundidad necesaria en ese tramo. Pero de sobre se sabe que varias veces al año –cada año- los gremios barranquilleros tienen que poner el grito en el cielo para que el director de Cormagdalena de turno afloje la mano y no se gaste la plata paseándose por los aires en lujosos aviones, en vez de venirse en una lancha sin techo aguantando sol, calor, lluvia, hambre y mosquito.

Y es que este no es el primer escándalo que se prende. Ha habido otros peores que aún no se han aclarado del todo. Por ejemplo, el de Navelena, en donde se dice que se perdieron más de $1.500 millones. Ahora solo se habla de $70 millones  en cobros por viáticos del director de la Corporación Autónoma Regional de Magdalena – Cormagdalena. Hay quienes aseguran que esa es apenas la punta del iceberg.

Pedro Pablo Jurado jura que en todo ello hay exageraciones, por cuanto, si bien ha realizado varios viajes aéreos, es porque eran indispensables. El presidente de Cormagdalena responde además frente a las irregularidades en el dragado del acceso al puerto de Barranquilla.

Se conoció en las últimas horas que parece ser un virus “el embolate” de dineros del estado además de la MinTic, está este cercano a los $70 millones que el actual director de Cormagdalena, Pedro Pablo Jurado, ha cobrado por concepto de viáticos en lo que va corrido del año.

Según el director de Cormagdalena el cobro de esos viáticos están representados en viajes a Barranquilla, esto, muy a pesar de estar viviendo en la capital del Atlántico junto a su familia también.

En este nuevo escándalo también está la directora de gestión comercial de esa entidad, quien de igual manera ha cobrado sumas exageradas bajo el mismo concepto y bajo la misma condición habitacional del director, es decir, vive en Barranquilla.

Carlos Caicedo Omar, o ‘El Pastorcito Mentiroso’, gobernador del Magdalena que se fue volando a Europa por un supuesto atentado contra su vida por parte de las ‘Águilas Negras’, grupo que de inmediato dijo que eso no es cierto. Que Caicedo debe estar huyendo es de su propia conciencia.

Sobre el particular, la W recibió otras denuncias por la gestión del señor Jurado en la corporación, especialmente con la atención de la emergencia en Salamina. No le ha parado ni cinco de bolas, a pesar de la angustia de una población que, por la desidia de todos, ha quedado aislada, a su buena suerte, porque ni siquiera el gobernador más cercano, el del departamento del Magdalena, Carlos Caicedo Omar, se ha enterado de esa tragedia pues hace más de dos meses se inventó el cuento chimbo de que había sido declarado objetivo militar por las tales ‘Águilas Negras Gaitanistas’. Y sin dar más detalles voló más alto que las águilas negras buscando asilo en el último rincón de algún país europeo socialista que le crea el cuento del gallo capón de ser un perseguido político, mientras que en Santa Marta sus contradictores políticos aseguran que Caicedo Omar “huye es de su propia conciencia”, y la única persona que lo defiende es su eterna carnal, la Alcaldesa de Santa Marta Virna Johnson, quien dice que mete las manos “a la candela, y hasta el pelo, si es posible, por el Gobernador”. Es decir, Virna, quien lo conoce por dentro y por fuera, no se ha dado cuenta que su jefe político o socio de viajes es un ‘Pastorcito Mentiroso’.

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