
La historia de Max, el perro mimado que se resistió a quedar inválido. Los ‘carromuleros’ no tienen compasión con su medio de subsistencia.
Por Chachareros/Video Nira Figueroa Turcios
Max tiene cinco años y desde cuando nació goza de los mimos de dos formidables ayas, Enith Belkis Navarro, su ‘mamá´ adoptiva, y Miriam, su ‘nana’ Video. Todo era felicidad para Max y sus dos protectoras, hasta cuando en diciembre pasado sufrió una deficiencia neurológica que la paralizó su tren trasero. Sus patas posteriores no se movieron más.
En la clínica de animales los galenos recomendaron que lo mantuvieran dormido para que sufriere menos. A lo cual Enith Belkis Navarro se opuso de manera rotunda.
Ella considera que un animal sufre y siente como un ser humano. Además, Max no solo se había convertido en la mascota de sus dos nodrizas estaban dispuestas a agotar todos los recursos posibles para lograr que su mascota pudiera continuar con su vida normal, sin someterlo a un sueño continuo, que era casi como mantenerlo en vida vegetal.
Por eso movieron cielo y tierra hasta lograr el milagro de adaptarle una silla especial ortopédica con dos ruedas muy suaves. Y ahí está Max, feliz de la vida, paseándose por los parques en compañía de sus dos ángeles de la guarda.
No más maltrato animal
La otra casa de la moneda son los llamados ‘carromuleros’ que se ganan la vida con una carretera tirada por un burro, un caballo o un mulo, vendiendo frutas, artefactos viejos, colchones, recogiendo escombros y hasta podas que en ciertos sectores se resisten a entrar a la cultura de recurrir al servicio de Aseo de la Triple.
Estos señores son unos salvajes. Mientras ellos tragan de todo durante las diez y hasta quince horas de labores continúas, a los pobres animales de vaina los dejan beber agua en algún charco en la vía.
Por ello, en una muy plausible campaña, han empezado drásticos operativos con la Policía Ambiental en contra del maltrato animal. El caso patético es el de un caballo que tiene todo el lomo lleno de llagas, sin que sus dueños tengan el menor cuidado por aplicarles un medicamento que mitigue el dolor y la prolongación del sufrimiento de estos semovientes desdichas de haber caído en manos de seres que carecen de la mínima sensibilidad frente al mundo animal.
Uno de los caballos fue decomisado. “Está en malas condiciones, con heridas y sometido a jornadas incansables”, dijo uno de los funcionarios de la oficina distrital que ha emprendida esta noble campaña, con el soporto de @policiadebarraquilla que “en todo momento nos ha brindado su colaboración y seguiremos insistiendo y acompañando para que no se presenten estos maltratos”.
Rafael sarmiento coley <rafaelsarmientocoley@gmail.com> | 17:54 (hace 0 minutos) | ![]() ![]() | |
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