Escrito por: Rainiero Patiño Chacharero
La tarde del lunes 26 de agosto, en el auditorio Germán Arciniegas de la Biblioteca Nacional en Bogotá, un grupo no mayor de ocho personas vieron la proyección de La Mansión de la Araucaíma, película homónima de uno de sus cuentos y creación del cineasta Carlos Mayolo. Esa rara recreación, del aún más fascinante mundo de Álvaro Mutis.
Allí, encantados, de espaldas a un ruidoso retroproyector, durante 86 minutos se dejaron llevar por la historia de Ángela, la joven modelo y actriz principiante, que llega a romper el misterioso equilibrio de los seis personajes que habitan la vieja hacienda, encendiendo pasiones y generando caos.
“Muerta la araña, la tela se deshace”, sentencia La Machiche en un momento crítico de la obra, ella, esa ninfómana madura pero hermosa -personificada magistralmente por la primera actriz colombiana Vicky Hernández- que es el eje del equilibrio de la historia de La Mansión, dicta sentencia. Las puertas se mueven y la arena sobre el cuerpo inerte de Ángela al final de la cinta cierra un capítulo más. Las luces se encienden y el escaso público se marcha en silencio, impactado.
La proyección hizo parte del homenaje que la Biblioteca Nacional realizó durante la última semana del pasado mes de agosto, con motivo del cumpleaños número 90 de Álvaro Mutis. Tan merecido y casi póstumo.
Dos noches después, en la misma Biblioteca, esta vez en el salón Aurelio Arturo, se encontraron los también escritores William Ospina, Eduardo García Aguilar y Fernando Quiroz a hablar de la poesía y de la narrativa de Mutis. Los tres, quienes en distintas épocas compartieron momentos de la vida y de la obra con el escritor, contaron casi por dos horas su experiencia y sus conceptos sobre el mismo.
Hoy reproducimos, a modo de pequeñas pero sustanciosas cápsulas y evitando la tentación en que la coyuntura noticiosa podría provocar al plagio, algunos de sus comentarios.
William Ospina:
-“Mutis fue el gran poeta joven de los años 40 en español y el gran poeta joven de esta época”.
-“Mutis no describe paisajes si no que pone en contacto directo con ellos”.
Fernando Quiroz, quién visitó en varias oportunidades a Mutis en su casa de México y publicó una de las más celebres entrevistas que se le hayan realizado, cree que la poesía en él no es una extensión, si no que su vida misma es poesía:
-“Ha capturado momentos en fotografías de palabras”.
Sobre el Álvaro real, el ser humano, el hombre detrás del escritor, los tres coinciden en destacar sus excepcionales cualidades y su gran sentido de la amistad.
Eduardo García, un verdadero estudioso de la obra del poeta bogotano dice:
-“Mutis es el ser menos vanidoso que he conocido en mi vida”.
Fernando Quiroz: “Siempre ha sido un hombre apegado a su historia de vida y a pesar de vivir por más de 50 años fuera del país nunca olvida los años que vivió en Coello, un municipio ubicado en el centro del departamento del Tolima. Por eso tenía una mata de plátano frente al estudio donde escribía”.
William Ospina: -“Es alguien para quien la amistad es una pasión y una fiesta”.
-“Ha sido importante la amistad con García Márquez y sus diálogos por más de 50 años”.
Sentencias como que el universo lector colombiano ha sido injusto con su obra y que en ningún otro autor colombiano ese título de cajón de que nadie es profeta en su tierra, son tan ciertos con Mutis como con ningún otro. Pero en otras latitudes sus textos son verdaderos trabajos de culto, generadores de pasiones e inspiradores de noveles prosistas y poetas.
Eduardo García: -“Mutis es idolatrado en Francia, cosa que no pasa en Colombia. Sus libros son casi que obligatorios en muchas escuelas”.
-“Es un escritor atípico para Colombia porque a diferencia de muchos que fueron políticos él ha estado alejado ‘de eso’ con un profundo desprecio”.
-“Cree en la monarquía como algo que difícilmente se repetirá pero que es muy bueno”.
Sobre su personaje insigne Maqroll el Gaviero, el punto de partida y el todo para desarrollar su obra siempre se han tejido múltiples teorías: como pensar que es su alter ego.
William Ospina: -“Sus personajes son equilibristas entre el bien y el mal”.
-“Maqroll es solo un instrumento más dentro del maravilloso mundo de Mutis”.
Fernando Quiroz: -“Maqroll no se sabe quién es, además esta nombrado en un idioma desconocido. Basta decir que tiene los documentos necesarios. Un aventurero, un busca la vida, a quien le importan muy poco las leyes y las convenciones”.
Casi un mes después de ese merecido homenaje en la Biblioteca Nacional, al que por desgracia y por la situación de orden publico generada por el Paro Agrario Nacional no asistieron muchos. Casi treinta días después de cumplir noventa años Mutis parte en otro de sus viajes, quizá el último zarpando desde este mundo. Pero en cada lugar del planeta, cuando alguien se encuentre frente a uno de sus textos iniciará uno propio, entenderá que la aventura aún comienza. Y en cada lectura el Maqroll que llevamos dentro tejerá su red, allí donde los otros creen que solo hay silencio.
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