Crónicas

Mi experiencia con la banda sinfónica de la Fundación Acesco – Malambo

Por: Jeisson Soto CaroTalento Onda Juvenil  [caption id="attachment_97934" align="alignright" width="301"] Jeisson Soto Caro, autor de la nota[/caption]

No soy miembro de la sinfónica, pero hoy, quiero aprovechar la oportunidad que tuve de acompañarlos como periodista del Colectivo de Comunicaciones Onda Juvenil, y la contaré en primera persona, como si yo hubiera sido uno de ellos. Aquí les va mi historia. 

Eran las 3 de la tarde, martes 11 de diciembre, una brisa fuerte con un cielo azul y despejado engalanaba el día, es uno de esos típicos días de diciembre, partimos desde Malambo hacia el Centro Comercial Buenavista, al norte de Barranquilla. Todos nos encontramos muy contentos porque íbamos a expresar lo que sentíamos por medio de una misma pasión, la música. En el transcurso, íbamos bromeando junto al profesor Juan Carlos Natera, él era quien llevaba la varita en eso de las bromas, el viaje se nos hizo corto, ya que todos estábamos muy entretenidos. En nuestra banda existen muchos noviazgos, y el profe como nosotros lo llamamos, se «agarraba» de ahí para las bromas. Él se notaba muy feliz, y es que siempre está con una sonrisa gigante de mejilla a mejilla. Cuando estábamos cerca de llegar, todos nos arreglabamos, teníamos que estar bien vestidos. Las mujeres se colocaban los tacones, se maquillaban y nosotros los hombres, nos arreglamos muy bien las corbatas, ya que al profesor nos ha enseñado que vestirse o arreglarse en el lugar es de muy mal gusto.  Al llegar, esperamos el carro con los instrumentos, todos cogimos el que nos correspondía, mientras, ayudamos a los otros con instrumentos grandes como el timbal. Ya estando en el lugar, todos nos organizamos como ya habíamos acordado, cada uno colocaba sus respectivos atriles mirando hacia el director. Iniciamos nuestro calentamiento, ahí nuestra coordinadora general, Matilde Londoño, fue la encargada de dar la apertura al concierto, Mati nos presentó, seguidamente iniciamos con el repertorio navideño que traíamos para la ocasión. Las personas allí presentes, estaban muy contenta, eso se notaba en sus rostros, y el director de la banda, que siempre ha sido muy didáctico en los conciertos, presentó algunos instrumentos, dejando que cada músico interpretara la canción que quisiera con su respectivo instrumento, divididos en tres familias maderas, cuerdas y la familia de los metales. Continuando, una niña de aproximadamente 7 años, le preguntó  al profe por qué no tenía batuta, a lo que él, muy feliz contestó: «muy buena pregunta, yo tenga muchas batutas en mi casa, pero no me dejan expresarme muy bien», añadiendo además, «tengo una idea, ven acá te voy a enseñar a dirigir una banda en 5 segundos mira bien», el profe dirigiéndose hacia un integrante de la banda, le dio la mano al músico más cercano, realizó una venia la publico, luego se puso en el centro, y moviendo sus manos, en señal para que los integrantes de la banda nos pusiéramos de pie y saludaramos al público, luego sentarnos y finalmente, otra señal, para estuviéramos en posición de tocar, le dice a la niña que lo haga todo tal cual. Al finalizar el concierto, había ciento de personas en la segunda y tercera planta del centro comercial gritando “otra, otra, otra…” a lo que no nos pudimos resistir a pesar de ser tarde, la idea era un concierto de 45 minutos y duramos 1 hora 30 minutos, cerrando con broche de oro, esa canción que nos eriza la piel, no sólo a nosotros, sino a toda Colombia. Es una canción que nosotros la consideramos nuestro himno, «Colombia Tierra querida», todas la personas presentes en el lugar, felices querían bailar, al son de nuestros instrumentos y melodías. Culminando esta canción, y llenos de mucha alegría y orgullo, por el deber cumplido, todas las espectadores, se colocaron de pie y aplaudieron, varias de esas personas, pasaban por nuestro frente y nos hacían venia, en señal de saludo respetuoso o reverencia como también es conocido este gesto. Muchos de ellos, los espectadores de nuestra presentación también se acercaron donde el profe expresándole su admiración por nuestra labor.  Ya de regreso en el bus hacia Malambo, el director o profe como muchos le decimos, nos expresó que estaba muy contento por una meta más alcanzada, y nos dijo que nos quería mucho, que él era nuestro papá en la banda, y que quería hasta a nuestros padres como a su propia familia. Él nos contó que cuando habla mucho es porque está contento, y claro, eso explica todas las bromas que nos hizo de camino a la presentación, es que estaba muy contento, y seguro sí estamos, que nada le podrá quitar esa felicidad, porque este concierto, del que les acabé de hablar había quedado, genial. 

Entrevista realizada a Matilde Londoño, coordinadora general de la Banda Sinfónica, Fundación Acesco. 

https://www.facebook.com/ondajuvenilmalambo/videos/888585334682939/

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Colectivo de comunicaciones con catorce (14) años de experiencia y 1730 jóvenes impactados. Somos un puente para la participación juvenil y funcionamos como una incubadora de talentos que promueve la colaboración, creatividad, co-creación, inclusión y compromiso social. Usamos la comunicación como una herramienta transversal para conectar a los jóvenes con oportunidades de educación y empleo y empoderarlos como agentes de cambio en sus comunidades. Nuestra misión es transformar ideas en acciones que generen impacto social, construyendo una red de jóvenes líderes comprometidos con un futuro más inclusivo y sostenible.
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