Por Jorge Guebely
También la Historia literaria miente sin ser asesinas como las mentiras políticas. No destruyen torres gemelas de Nueva York para justificar invasión a Irak y apoderarse del petróleo ajeno. Tampoco sobre Palestina para perpetrar un genocidio, apoderarse de la franja de Gaza, negociar con BlackRock, construir un resort, sueño de Trump. No mienten sobre habitantes del Donbás para hacer la guerra a Ucrania y apoderarse de sus riquezas naturales.
Apenas mentiras ligeras como la del mito kafkiano sobre su olvido en vida. Vivo, Kafka gozó de mesurado reconocimiento. Publicó La Metamorfosis y algunos relatos en diferentes revistas con buena acogida por sus lectores. Disfrutó diferentes ambientes literarios donde le manifestaban respeto. Se codeó con Robert Musil, autor de esa interesantísima y compleja novela, El hombre sin atributo. También con Martin Buber, filósofo anarquista, pensador religioso, destacado educador.
Nada tan falso como considerarlo un ermitaño. Su grado de introspección no era tan intenso. Le permitía asistir a eventos literarios, sostener relaciones amorosas… Mantuvo su amor celestial con Felice Bauer, y su pasión terrenal, con Milena Jesenská.
Falsa la idea de sus textos absurdos, incomprensibles. Simplemente creaciones literarias de gran quilate, plenos de símbolos en favor de la vida, en contra del trágico y cotidiano deceso del ser humano en la brutal red burocrática del poder en el nuevo orden social.
Mentira burocrática la de la ONU. Consagró el 23 de abril como el Día del Idioma. Homenajeaba a Cervantes quien murió ese día del año 1616. También a Shakespeare cuyo deceso acaeció en la misma fecha. Investigaciones develaron esta mentira. Cervantes murió el 22 de abril de 1616 y enterrado el 23. Tampoco Shakespeare falleció el 23 de abril, aún vivía para esa fecha, quizás agonizando. Murió el 3 de mayo, 10 días después de Cervantes. La diferencia de calendario explica la diferencia de fechas: Inglaterra utilizaba el juliano; y España, el gregoriano.
Dentro de las mentiras, el olvido también cuenta. Olvidó la ONU la muerte del Inca Garcilaso de la Vega, otro gran escritor del Siglo de Oro español. Falleció el 23 de abril de 1616 en la Córdoba española.
Abundan las fechas históricas donde conmemoramos sin conocer el contenido de la conmemoración. El 23 de abril festejamos el imperio colonial de la lengua castellana, también la muerte de otras lenguas de España y las originales del nuevo mundo. Razón para el inolvidable Borges cuando afirmó: “La patria es un invento. En nombre de ella se mata y se muere. En nombre de ellas se celebran vanas conmemoraciones”. Estúpidas conmemoraciones, diría yo.
