De cómo la ideología política se metió de lleno en la marcha de maestros en Bogotá, durante el segundo día de paro que afectó a más de 8 millones de niños colombianos. Las palabras ‘derecha’, ‘neoliberal’ y ‘oligarcas’ por momentos sustituyeron las más vinculadas a las luchas del Magisterio colombiano.
Lexander Loaiza Figueroa @Lexloaiza
En tiempos de luchas reivindicativas, los vinculados a las campañas de los candidatos se ofrecen como voluntarios para ‘apoyar’ las demandas y en el camino, lograr más simpatías para sus postulados.
En Bogotá la marcha arrancó desde el Parque Nacional y recorrió toda la carrera 26 hasta la sede del Ministerio de Educación, donde desde una tarima, el presidente de la Federación Nacional de Educadores -Fecode- Carlos Rivas pidió durante su discurso levantar el puño izquierdo “en señal de unidad y de lucha”. Ante una audiencia en el lugar de más de 6.000 docentes, instó a la ministra de Educación, Yaneth Giha, a no dudar del poder de convocatoria del gremio que, según las palabras de Rivas, ya no lucha solo por un salario sino por “la financiación de la educación pública en Colombia”.
Antes de Rivas, ya otros dirigentes sindicales habían tomado la palabra en la tarima con un verbo más o menos encendido contra la ministra, el alcalde Peñalosa y el presidente Juan Manuel Santos. Miguel Pardo, presidente de la Asociación Distrital de Educadores, acusó a Giha de mentirosa, recordando que aunque en principio afirmaba que los acuerdos suscritos en 2017 habían sido cumplidos en su mayoría, había tenido que reconocer que de los 24 compromisos iniciales, solo se habían honrado nueve.
Pardo afirmó que este paro que involucraba a unos 300 mil docentes y afectó a más de 8 millones de estudiantes en todo el país es de carácter político. “Por supuesto que es un paro político, porque el Ministro de Hacienda, la Ministra de Educación, el presidente (Santos) y sus candidatos: el ‘Innombrable’ y el del ‘Coscorrón’ -en alusión a Vargas Lleras e Iván Duque-” perjudicarían a los docentes en caso de llegar al poder.
Un discurso aún más frontal y político había antecedido a este último. El dirigente gremial Fabio Arias tomó la palabra con el sonido de un conjunto de música vallenata de fondo, y le dijo a la audiencia que se debía rechazar a todos los “candidatos de la extrema derecha”. Con un verbo encendido dijo que los candidatos que representaban a los maestros en las elecciones del próximo 27 de mayo son Gustavo Petro y Sergio Fajardo y que la concentración de este jueves 10 de mayo era una “respuesta contra los candidatos de derecha” que pretenden llegar al poder.
Ante estas palabras, los seguidores de estos candidatos que se habían apostado al frente de la marcha y junto a la tarima, corearon los apellidos de los candidatos Petro y Fajardo. Algunos pegaron afiches del abanderado izquierdista y otros portaban franelas con su rostro.
A Santrich lo bajaron de la tarima
Mientras esto ocurría junto a la tarima, muchos de los maestros que habían caminado cerca de seis kilómetros para llegar al ministerio permanecieron en silencio. Un pequeño grupo de ellos mostró su indignación cuando vieron en la tarima afiches del líder guerrillero Zeuxis Pausias Hernández Solarte, alias Jesús Santrich. Por un momento el detenido e investigado por delitos vinculados al narcotráfico se convirtió en el protagonista de una diatriba en pleno acto de los educadores.
Quienes se encargaron de subirlo a la tarima fueron los integrantes de un grupo identificado con el nombre de Tjer, quienes ataviados de negro habían acompañado toda la marcha en aparente apoyo a la lucha docente.
Pero una vez que comenzó la concentración frente al Ministerio de Educación, este grupo tomó posición en la parte superior de la tarima y comenzaron a desplegar los afiches de Santrich, lo que no cayó muy bien en parte de la audiencia.
La incomodidad generada fue tal que los simpatizantes del ex líder guerrillero tuvieron que esconder los afiches para tratar de aplacar los ánimos. Willian Valero, educador bogotano asistente a la marcha y testigo de lo ocurrido, se preguntó: ¿Qué hacen ellos en esta marcha?
Lo que sigue en la lucha
Willian Fajardo, otro de los dirigentes docentes que estuvo en la actividad, le dijo a La Cháchara que contrario a lo que se esperaba en el año 2017 tras la firma de los acuerdos, hoy los maestros están enfrentando no solo el deterioro de su calidad de vida, sino el de su entorno laboral, con la disminución del 20% de los fondos destinados a la gratuidad de la educación pública nacional.
“Este paro de 48 horas ha servido para eso”, dijo Fajardo. Recordó que el año pasado se firmó un contrato por 5 billones de pesos para atender la salud de los maestros, y ese contrato no se ha venido ejecutando como se había planteado. “Estamos en un problema de salud bastante grave”, acotó.
En total son 15 los acuerdos que el Ejecutivo ha incumplido con los docentes. También hay temas pendientes con la alimentación escolar y la jornada única decretada por el Gobierno en algunas escuelas a nivel nacional. Hasta ahora están planteadas nuevas reuniones, de lo contrario irán a un nuevo paro indefinido, según lo confirmó el propio Carlos Rivas, presidente de Fecode durante su discurso.
Por ahora, a partir del viernes 11 de mayo retornarán a las aulas de clase, pero el gremio se mantendrá en estado de alerta. “Estamos a la espera de lo que dice el Ministerio”, dijo Fajardo.
Tengo una duda, porque a los profesores no los afilian a alguna eps? Porque es diferente?
Buenas tardes. Al parecer el tema tiene que ver con regulación presupuestaria. De todas formas es un buen punto para investigar, porque ellos firmaron un contrato de salud por más de 5 billones de pesos y dicen que su cobertura es pésima.
Saludos Estimado. Definitivamente la dirigencia sindical, está llamada a construir un NUEVO MODELO SINDICAL, debemos internalizar que los Sindicatos son de los trabajadores y no de los partidos políticos, ni del gobierno ni de los patronos.
Si la dirigencia sindical se deja penetrar por los intereses políticos, pierden el foco de su verdadera lucha, que debe ser el bienestar de los trabajadores. Pero es una responsabilidad de todos, ya que los agremiados de base, deben ser fiscalizadores y cero tolerantes con ese tipo de comportamiento por parte de las directivas de los sindicatos.