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La situación inquietante de Venezuela 

Por Rafael Sarmiento Coley

Contra viento y marea Nicolás Maduro se aferra al poder en Venezuela en medio de fuertes tormentas y una férrea oposición tanto interna como externa.

El atornillamiento de Maduro en la silla presidencial ha generado un clima tenso en Venezuela.

Tal como lo aprendió de Hugo Chávez Frías (fallecido el 5 de marzo de 2013), Maduro es un hábil manipulador de las masas apelando al discurso veintijuliero que pregona la igualdad de clases y la «entrega del producto de nuestros recursos naturales (en especial el petróleo, del que tiene una de las más grandes reservas del mundo), al bienestar de las masas».

Pero según varias Organizaciones No Gubernamentales (ING), ésos dineros han sido desviados a cuentas privadas de familiares y amigos muy cercanos, en paraísos fiscales en cuentas secretas.

Lo que más preocupa a las ONG’s es la cada día más creciente emigración de la población venezolana hacia varios países del mundo, en especial vecinos como Colombia. Y desde éste país hacia Estados Unidos.

Con una población total que oscila entre los 26 y 34 millones de habitantes, se calcula que la diáspora asciende a una cuarta parte de su población, lo que refleja una grave crisis humanitaria y el estado de angustia de la población.

Todo ello refleja la angustiante situación de un país rico en petróleo pero arruinado por una clase dirigente desde hace ya varias décadas ha venido dando tumbos.

Debido al frenético movimiento comercial en las zonas de frontera entre Venezuela y Colombia ( unos 2.219 kilómetros), muchas poblaciones viven de la economía fronteriza. Se compra y se vende en ambos lados, desde Castillete y Paraguachón en el norte, hasta la Piedra del Cucuy al sur, en la frontera con Brasil.

El maridaje de las economías de Venezuela y Colombia es tal, que cuando uno de los dos estornuda, el otro se resfría.

La prueba fehaciente de ésa situación es la cantidad de personas que se suben a los buses urbanos a cantar o vender dulces con el argumento de que son venezolanos en busca de comida para ellos y sus hijos.

En Barranquilla hasta estrellas de otroras consagradas agrupaciones musicales deambulan por las calles rebuscado el pan diario tocando el saxofón o una guitarra vieja.

Son dos millones 219 kilómetros de frontera desde Castillete a, al norte colombiano, hasta la Piedra del Cucuy, colindando con La Guajira, Cesar, Norte de Santander, Arauca y Vichada.

Es una situación cambiante. En época de la bonanza venezolana, miles de colombianos viajaban «a la tierra del petróleo» por la llamada «trocha verde», es decir por zonas enmontadas para esquivar a las autoridades de uno y otro país.

Para muchas personas de ambos lados de ésa frontera caliente era un modo de ganarse la vida pues cobraban, de acuerdo con las capacidades económicas del emigrante, por «guiarlos seguros» por caminos enmarañados hasta una carretera venezolana para abordar un autobus o cualquier otro medio de transporte hasta Maracaibo o cualquier otra población.

Para intentar controlar la trashumancia las autoridades venezolanas establecieron numerosos retenes (allá llamadas «alcabalas») en donde revisaban los documentos de identidad de los viajeros. Pero quienes se ganaban la plata por dicho tráfico humano, daban propinas a los alcabaleros, quienes miraban para otro lado.

Así las cosas, no hay que mirar hacia otro lado ante esta situación actual agravada por la inestabilidad política que afronta Venezuela, no sea que la economía colombiana sufra una pulmonía.

Y quienes más deben estar atentos a la realidad venezolana son los que están viviendo en la Casa de Nariño.

Aquí están fuera de lugar solidaridades ideológicas o simpatías políticas. Por encima de todo está el pueblo colombiano que ha sido generoso al llevar a las más altas cumbres del poder a personas venidas de muy a bajo después de transitar por varias vertientes del mapa político.

About author

Director general de Lachachara.co y del programa radial La Cháchara. Con dos libros publicados, uno en producción, cuatro décadas de periodismo escrito, radial y televisivo, varios reconocimientos y distinciones a nivel nacional, regresa Rafael Sarmiento Coley para contarnos cómo observa nuestra actualidad. Email: rafaelsarmientocoley@gmail.com Móvil: 3156360238 Twitter: @BuhoColey
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