Ex presidente Álvaro Uribe Vélez, el gran triunfador con 21 posibles senadores. El Partido Conservador, el ‘palo’ del debate. Santos se fortalece por el caudal de sus principales aliados en el Congreso.
Por Chachareros
El mapa político colombiano cambió en este debate dominical, con el rotundo éxito del ex presidente Álvaro Uribe, cuyo movimiento político Centro Democrático obtendría en su lista posiblemente 21 senadores (entre ellos el exgobernador del Atlántico Jaime Amín), según el boletín 29 de la Registraduría.
Al cierre de la edición de Lachachara.co (una de la madrugada), los partidos y movimientos más votados fueron: el Partido de la U, que podría ganar 22 curules de Senado (superando al Centro Democrático), el Partido Conservador 18 y el Partido Liberal 17. Matemáticamente, si el uribismo aumenta dos o tres curules más, lo mismo ocurriría con los otros partidos fuertes.
Así las cosas, los principales partidos y movimientos que respaldan la reelección del presidente de la República Juan Manuel Santos, tienen, en este momento, 55 curules aseguradas, contra las 21 ó 22 de Uribe.
Lo que cambia el mapa político es que, si bien Uribe ganó en las elecciones con una lista abrumada en votos, en su equipo, además de él, no hay oradores fogosos para sostener un debate caliente en el Congreso contra alguna iniciativa de Santos o contra la propia reelección inmediata en mayo.
En ese escenario Uribe tendrá que enfrentarse a quienes le enseñaron a hablar en el capitolio: Horacio Serpa y Roberto Gerlein Echeverría, por ejemplo. Como si esos dos oradores grecoromanos fueran poco, Uribe tiene otro gallo que lo puede sacar de la gallera de un plumazo: Jorge Robledo, del Polo Democrático. Y si entra Iván Cepeda, ahí sí que la gallera se le pone negra a Uribe, porque ese suele sacar trapitos al sol, que consigue de la manera más extraña de las propias entrañas de los servicios de inteligencia que les eran leales al uribismo.
De esa manera, el panorama político colombiano cambia, porque, matemáticamente, la lista de la oposición sacó el mayor número de curules. Pero los oficialistas, aplicando las ciencias matemáticas, dominan ampliamente en la contienda, salvo que Uribe sea tan hábil que logre sonsacar a alguno de los partidos de cierto número de curules. Ni así podría sacar mucho pecho, porque de todas formas la ‘mermelada’ está segura en manos de Santos. No en manos de Uribe. Y ya conocen a Santos y saben cómo trabajar con él. Uribe es quisquilloso, y cuando amanece con el tigre revuelto, lanza el frasco de la ‘mermelada’ contra la pared, sin importarle un pito la suerte del aliado político maltratado.
Ahora bien, a Uribe lo respalda la ultraderecha, los que quieren arrasar con la guerrilla. Pero el 80 por ciento de los colombianos están cansados de la guerra. Ya les sabe a cacho que unos pendejos sigan creyendo en las bancas universitarias, que los barbudos de las Farc en la selva siguen al pie de la letra las doctrinas comunistas. Ya las mandaron al diablo hace años. Y ahora son los nuevos barones de la coca.
Por eso, si bien el discurso anti-dialogo de paz con la Farc vende, es solamente para el caudillismo de Uribe y sus adláteres. A las inmensas mayorías terminará gustándole más quien sea capaz de lograr la paz. Y Santos tiene ese reto, de lograrla de manera definitiva en un próximo periodo. Pero primero tiene que ganar la reelección desde el arranque, en la primera vuelta, para mostrarle a Uribe que el pueblo colombiano no quiere más la guerra.