
En octubre de 2020 Brianne Cotter vino desde su ciudad natal NewYork .Es profesora del colegio Marymount y vive feliz a la orilla del mar, en donde hasta novio consiguió.
Por chachareros

“La gente aquí me dice Bri. Vine como profesora. No pretensiones artísticas. No llego aquí a este país con ningún fondo artístico formal ni nada así parecido. Mi lado artístico ha sido siempre algo pasional”.
Y Bri lo reitera con mayor firmeza: “lo mío es el lado, artrítico, no comercial. Supongo que esa libertad genera un beneficio que me permite desarrollar mi trabajo artístico sin presión de nada. Mis intereses siempre han sido más académicas la lengua, la cultura, la lingüística. Estudie español 4 años la literatura hispánica. Me atrapó la lengua española y cada día quería estudiarla más a fondo.
Con ese fondo de español, ya quería conocer más cultura de esta lengua, costumbres, lenguas de distintas regiones hispánicas, modismos, neologismos que todavía no han llegado a la Real Academia de la Lengua Española. Por ejemplo ‘mochilero’, en el término que se usa en la política.

Brianne ha sido tocada por el arte y es así como este 25 de febrero hara su primera exposición » Nostalgia series» en la Alianza Francesa aquí en Barranquilla para esta nueva etapa de su vida esta utilizando la identificación. @BRIANNELOVESCOLLAGE.COM

Brianne asegura que eso ha sido algo de pasión. Su forma de ver el mundo. Lo que piensa del amor. E insiste que lo que ella hace con obra pictórica “no es en función de dinero ni pensando siempre en el lado profesional. Supongo que esa es una libertad que proporciona un enorme beneficio porque te permite crear artísticamente sin presión de nada, sin el afán de producir comercialmente o por encargo.

Me vine a Colombia después de esos cuatro años de literatura española, entonces se me abrió un mundo y quise conocer nuevas culturas, nuevas comidas.
Yo estudié en una Universidad pequeña de mi país (Estados Unidos), en Ohio. Y alcance a ganarme una beca del gobierno de mi país para venir a Colombia a especializarme en la lengua hispa. Pero entonces surgió la pandemia. No me detuve. Busqué otras opciones y apareció el Marymount.
Ya aquí, viví en la ciudad porque mi ilusión era vivir en la playa, comer mojarra, sentir la brisa del Mar Caribe, vivir esa vida tranquila, y, con el tiempo me fue a donde una amiga en Puerto, y ella, poco después una amiga me presentó a unos muchos practicantes de deportes náuticos y, paradójicamente, era algo con lo que soñé desde niñe. Y me metí de cabeza en ese mundo. Me sentí la mujer más feliz, porque pensaba que lo tenía todo a la mano, especialmente el trabajo, a quince minutos. Y después empecé a conocer a los amigos, Julián Andrés, El Tete y Gabriel ‘El Míster’ Bocacanegra entre otros.