En el Metropolitano, el local redujo a la mínima expresión al Nacional. Pero lo dejó despertar un instante. Ahora viene la batalla final.
Por Ever Mejía
Gran partido de Junior en el Roberto Meléndez. Apoyado por la afición, el equipo barranquillero se reencontró con su fútbol vistoso, por momentos reduciendo a su mínima expresión la presencia de un poderoso como Nacional.
El resultado quedó corto si analizamos la diferencia que hubo en el terreno de juego: un solo gol aventaja a Junior de cara al partido de vuelta que se jugará en Medellín. El domingo es todo o nada por la gloria.
Junior venía de eliminar a Tolima en las semifinales de la Liga Águila utilizando el sistema de tres volantes de recuperación, y si bien el equipo no jugó de la mejor manera, obtuvo los resultados deseados. Por lo que se especulaba con lo que podía plantear Alexis Mendoza en el duelo en Barranquilla ante Nacional.
El entrenador barranquillero decidió cambiar, en el medio puso a Jarlan, Cuéllar, Celis y Vladimir, y Junior volvió a ser Junior.
Los ‘tiburones’ volvieron –como casi todo el semestre- a imponer su presencia de local. Ante un rival de la envergadura de Nacional, los de Barranquilla recuperaron esas virtudes a las que nos tenían acostumbrados: asociaciones, paredes, gambetas. Un primer tiempo con un nivel superlativo disputó Junior, con rendimientos altísimos de muchos de sus jugadores.
En la segunda parte el equipo mermó su nivel debido al agotamiento y a que el club verdolaga se lanzó en busca de la igualdad.
Nacional celebró sin querer queriendo. Foto cortesía: Óscar Berrocal. Diario El Tiempo.
Justa o injustamente, lo único cierto es que el partido terminó 2-1 a favor de Junior. Y a partir de ese resultado ambos equipos tendrán que planificar el juego del domingo.
Por el lado del equipo caribeño tiene dos disposiciones posibles independientemente de los sistemas que utilice: ser atrevido y querer robarle la pelota a Nacional en la mismísima Medellín o ser reservado y aguantar en defensa para luego contragolpear. Nacional, de entrada, buscará enérgicamente dar vuelta la historia.
Sabemos que esto es “la previa” y que el fútbol tiene muchas variaciones dentro de los noventa minutos. Sin embargo, es indiscutible que cuando los dirigidos por Alexis Mendoza salten al terreno de juego del Atanasio Girardot estarán mentalizados con la aptitud de jugar de igual a igual intentando robarle el protagonismo al equipo paisa o tendrán la aptitud de resguardarse y apostar al contragolpe; no hay otra.
Ese es el dilema de Junior: con qué mentalidad sale a enfrentar a Nacional en Medellín. Después dentro del desarrollo del juego habrá una y mil circunstancias impredecibles que alteraran el rumbo del partido.
Para que la disposición de un equipo sea ofensiva o defensiva hay que poner a los jugadores que tengan esas características. En otras palabras, si Junior mete un mediocampo con Jarlan, Cuéllar, Celis, Vladimir, más dos delanteros, estaremos hablando de un equipo con una disposición de disputarle la tenencia de la pelota a Nacional. Y si por el contrario, el rojiblanco mete a tres volantes de contención, estaremos viendo un equipo con una aptitud defensiva. No hay una fórmula ganadora, salir con una u otra disposición no te asegura ser campeón; pero es una decisión que ya tendrá tomada Alexis Mendoza para convencer a sus dirigidos de que ese es el camino para alcanzar el objetivo.
Lo seguro es que para que Junior logre el resultado deseado debe contar con rendimientos muy altos como los del partido en Barranquilla. Una defensa sólida con el ‘Pecoso’ Correa como bandera. Un mediocampo que se conecte bien, con el tándem Cuéllar-Celis como eje. Y una delantera enchufada como la tuvo aquella noche el Junior con Toloza y Ovelar.
Para que eso rendimientos individuales se concreten, los jugadores tienen que estar cómodos con el sistema de juego,,además debe haber plena convicción de lo que van a plantear como equipo.
Junior y Nacional, nuevamente en una final. Los antecedentes históricos narran finales épicas que terminaron en la definición por penales, en el 2004 la gloria fue para los rojiblancos, mientras que en el 2014 festejaron los verdolagas. El domingo a todo o nada por un nuevo título local.
