Medios de comunicación tan serios como Paris Matcha, Clarín o la Nación dieron por cierta una frase que el icono de la Revolución cubana jamás en su vida ha pronunciado. Ni en sus mejores años de lucidez mental.
Por Chachareros, Clarín y Nacional de Cuba
Una frase supuestamente atribuida al expresidente cubano, Fidel Castro, se ha convertido en los últimos meses en uno de los símbolos del deshielo entre Washington y La Habana, anunciado el pasado diciembre, tras 54 años de enemistad. «EU vendrá a dialogar con nosotros cuando tenga un Presidente negro y haya en el mundo un Papa Latinoamericano», habría supuestamente contestado el exmandatario de la Isla en 1973 a las preguntas de la prensa extranjera. Sin embargo, no existe ninguna prueba del pronunciamiento de esta citación anterior a 2014.
La presunta profecía de Fidel Castro ha circulado ampliamente en las redes sociales y en la prensa internacional, traducida en varios idiomas, generando estupor entre los usuarios y los lectores, asombrados por la capacidad del expresidente de prever el futuro.
Entre las fuentes más citadas para avalar las declaraciones, se encuentra el blog Maoist Rebel News o el foro sindicalista de la Isla Cuba Sindical. La anécdota llegó a publicarse hasta en el diario francés Paris Match, que la atribuye a un chiste sobre una hipotética conversación entre el exmandatario y el Che.
La leyenda urbana podría estar vinculada a una respuesta que Fidel Castro dio en 1977 a una periodista de una televisión estadounidense (Bárbara Walters, de la ABC), aunque no hiciera alusión ni a un «presidente negro» ni a un «papa latinoamericano». En esa ocasión, el entonces presidente dijo que esperaba una normalización de las relaciones diplomáticas entre La Habana y Washington en un hipotético segundo mandato del presidente Jimmy Carter, entre 1980 y 1984. Sin embargo, Carter no fue elegido por segunda vez.
La falsa predicción de 1973, en plena guerra fría

La falsa frase premonitoria habría sido pronunciada por Fidel en 1973 al regresar de un viaje por países asiáticos en guerra.
Año 1973. La guerra fría es más fría que nunca, Richard Nixon jura su segundo mandato como presidente de los Estados Unidos y la guerra de Vietnam llega a su fin. Al regreso de una visita por el país del sudeste asiático, Fidel Castro, el comandante, participaba en una de sus habituales reuniones con la prensa internacional.
En un ambiente distendido, el periodista Brian Davis, de una agencia inglesa, le preguntó: «¿Cuándo cree usted que se podrán restablecer las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, dos países tan lejanos a pesar de la cercanía geográfica?»

Fidel nunca dijo eso. Ni en los mejores años de su lucidez mental, por ejemplo, 1959 al bajar de la Sierra Maestra y era aclamado por una multitud enloquecida de la alegría.
El líder de la revolución cubana lo miró fijamente y respondió bien alto, para que le escucharan todos los que estaban en la sala. «Estados Unidos vendrá a dialogar con nosotros cuando tenga un Presidente negro y haya en el mundo un Papa Latinoamericano».
Algunos periodistas se rieron, otros, incrédulos, hicieron una mueca irónica y ninguno de los que estaba en la habitación -más preocupados por Vietnam que por cualquier otra cosa- creyó la predicción de un Castro metido en el papel de Nostradamus. Esa es la anécdota que el periodista y escritor argentino Pedro Jorge Solans rescató en un reciente viaje a la isla caribeña mientras realizaba un reportaje sobre las reabiertas relaciones entre EU. y Cuba que publicó en El Diario de Carlos Paz.
Ese episodio histórico lo explica Eduardo de la Torre, que actualmente ejerce de taxista pero que en 1973 era estudiante universitario. Por aquel entonces era imposible pensar que Barack Obama, un hombre negro, podía llegar a ser presidente del país más poderoso del mundo. Tampoco parecía muy viable que un argentino fuera elegido Papa cuando a lo largo de los siglos la mayoría de Pontífices habían nacido de Italia y, más concretamente, de Roma.
«Fíjate tú chico, nadie le creía al comandante; pero cómo no creerle al comandante que resucitó más veces que Jesucristo», le dijo De la Torre a Solans. «Con todo respeto por Jesucristo. Porque oye chico, ¿cuántas veces mataron a Fidel? Cuente en la prensa internacional cuántas veces lo mataron y te darás cuenta tú de cuántas veces resucitó», añadió en una surrealista conversación.