Asegura que permitirá el uso de la palabra a todo el mundo, que evitará camorras, que brindará todas las oportunidades que quiera el expresidente Uribe para sus debates, dentro del reglamento.
Por Chachareros y El Periódico-HSNoticias.com
José David Name Cardozo
El senador José David Name Cardozo aseguró que, de ser elegido como presidente de la Cámara Alta, no piensa en constituirse en camorrista como fórmula o argumento para enfrentar al ex presidente Álvaro Uribe. Todo lo contrario, será un líder amable y cordial con todos los congresistas, especialmente con figuras que merecen todo su respeto.
Anotó que todos los senadores recibirán el mismo trato de respeto, pero será un poco enérgico si algún parlamentario trata de desconocer los alcances del reglamento, pues, precisamente, esa es una de las causas de la mala imagen que tiene el Congreso, al producirse con frecuencias discusiones subidas de tono que no tienen razón de ser.
Recordó que el nuevo Congreso iniciará el 20 de julio una etapa de cambios, especialmente sociales, que la gente está reclamando.
¿Cuándo se define el tema del candidato para la presidencia del Senado?
–Lo que hemos definido es dejar la votación para la escogencia del candidato a la presidencia del Senado para el día 11 de Julio.
¿Porque la lucha tan fuerte por la presidencia del Senado?
–Hay tres candidatos y cada uno tiene derecho de presentarse para ese cargo. Personalmente creo que la cuestión no es determinar cuál de los tres es el que tiene la mano más dura para controlar a uno de los integrantes del Senado (Álvaro Uribe Vélez), sino que el papel debe ser el de sacar avante las iniciativas sociales que el país aguarda del nuevo Congreso. Mi deseo no es el de entablar alguna controversia o discusión con los otros dos aspirantes, sino que los tres hemos decidido que respetamos el fallo de la votación que se hará el 11 de julio.
¿En caso de que usted sea el escogido, cuáles serían los puntos o temas que tendrían relevancia en el Senado?
–Este Congreso está comprometido con las transformaciones sociales y las vamos a realizar.
Entre los retos que hay para el nuevo presidente no se puede contabilizar el cómo será el funcionamiento de la Corporación por la presencia de Uribe Vélez, sino que hay otras tareas que cumplir y que son las que el pueblo colombiano espera que hagamos.
A propósito de la presencia del ex presidente Uribe en el Senado, ¿usted cree qué se necesita mano dura para dirigir las sesiones? ¿y usted si la tiene para el manejo de las plenarias?
–Sí la tengo y la he demostrado en diferentes actuaciones como parlamentario que he llevado a cabo dentro del Congreso. Ahora, tener mano dura no significa ser irrespetuoso con los demás, lo que se debe hacer es que los debates se cumplen como se programan y que no existan acciones de distracción para evitar su realización. Ahora, dentro del tiempo que llevo en el Parlamento he tenido que defender proyectos polémicos como el de las regalías petroleras, del cual fui su ponente tanto en la Comisión como en las plenarias.
Entonces ¿cómo se catalogaría como presidente?
–Yo no voy a ser un presidente del Senado con el único propósito de armar camorra con Álvaro Uribe, eso no es así. Le aseguró que en mi presidencia todos los senadores recibirán el mismo tratamiento. Ahora, lo que sí voy a hacer es aplicar en forma rigurosa el reglamento.
Usted hable de reformas, ¿cuáles serían esas enmiendas?
–Ahí están la reforma al sistema de la salud, la cual se debe orientar a que el paciente sea el primer objetivo; la enmienda a la educación para que nuestros niños y jóvenes tengan una verdadera preparación con calidad; e igualmente dentro de ese saco de prioridades debe estar la reforma a la justicia. De ahí que el Congreso que comienza el 20 de julio tiene muchos y grandes retos que cumplir, primordialmente, en el aspecto social y sobre esos aspectos será en lo que me voy a concentrar una vez que llegue a la presidencia del Senado.
¿Por ejemplo cuál debería ser el alcance de la enmienda a la justicia?
–Aquí lo importante es buscar un consenso entre los partidos que tienen asiento en el Parlamento y con las mismas Cortes, para que sean, en últimas, ellas mismas las que se encarguen de elaborar y presentar el proyecto de enmienda. Lo que debemos buscar es contar con una justicia que realmente sea operante y se aplique con total imparcialidad y equidad, una justicia que castigue al infractor y proteja al ciudadano de bien, sea pobre o sea rico. Porque para ser un ciudadano de bien, solo hay que comportarse con respeto a los demás. Porque el ciudadano tiene derechos, pero también tiene deberes. Y eso lo consagra la Carta Magna que define a Colombia como un Estado Social de Derecho.
¿Qué debería contener la enmienda?
–Lo cierto es que la gente del común quiere un cambio y ese cambio tenemos que hacerlo partiendo de la base de que a la justicia hay que darle los recursos necesarios para su buena aplicación. Del mismo modo, además de darle recursos, hay que cortar de raíz todos esos vicios que han ocurrido en los últimos meses. Se ha denunciado una especie de puerta rotatoria y amiguismos entre magistrados que se eligen entre ellos y pasan de una corporación a otra. En fin, todo aquello que desfigure la imagen y la potestad que ante la sociedad debe mantener el Poder Judicial, hay que eliminarlo de tajo en la reforma.
Uno de las acciones que dificulta el trabajo del Congreso es el ausentismo parlamentario ¿qué va hacer para combatirlo?
–Soy uno de los convencidos de que la Ley Quinta o reglamento del Parlamento se tiene que reformar y debemos hacer una nueva Ley que permita el funcionamiento de las dos cámaras en forma más dinámica, más a tono con los tiempos. Tenemos que hacer enmiendas que acaben con viejas costumbres que no facilitan el funcionamiento ni de las comisiones ni de las plenarias de Senado y la Cámara por cuanto son normas que no están acorde con el mundo y las realidades que vivimos hoy.
¿Para usted cuál sería lo trascendental que debería hacer el Congreso a partir del 20 de julio?
–Seguramente que lo más importante a dilucidar tendrá que ver con el tratamiento de la etapa del postconflicto, etapa en la que se deben llevar a la práctica varios de los puntos que se acuerden en La Habana. Mirando las cosas desde ese punto, el Congreso se debe convertir en un factor motivador e impulsor de las transformaciones que haya que hacer. No hay que olvidar que dentro de ese proceso de posconflicto todos tenemos que aportar y ahí es donde el Parlamento se tiene que constituir en un líder que conduzca a la ciudadanía a realizar los aportes que hay que hacer para afianzar la reconciliación nacional.
Senador usted viene de una familia con tradición política. ¿Cuenta con su ayuda en esta campaña por la presidencia del Senado?
La verdad que la mejor ayuda que han dado, y no de ahora sino de siempre, es el ejemplo sobre la necesidad de tener un comportamiento digno y ejemplar y, sobre eso, ha girado parte de mi vida.
