La receptividad a una convocatoria de jóvenes cineastas logró una resonancia significativa e inesperada de los guajiros y sus instituciones.
Lexander Loaiza Figueroa @Lexloaiza
En un conocido centro comercial de la capital del departamento, se estrenaron en una función especial cuarto cortometrajes no solo realizados en La Guajira, sino que su manufactura corrió por cuenta de los miembros de varias comunidades locales que participaron en talleres cinematográficos realizados durante el año 2016.
Cada uno de los cortometrajes fue como el trabajo de grado de cada una de las cohortes que participaron en esta iniciativa motorizada por los jóvenes cineastas Guillermo Garavito Amado e Inti Martínez.
Guillermo es un joven pero experimentado guionista y director de cine colombiano que en los últimos años ha conocido muy de cerca la realidad y ha palpado el sentir de la comunidad guajira.
Su trabajo, lejos de buscar reflejar la parte ‘noticiosa’ que ha movido a los grandes medios hacia esta parte del territorio colombiano, con sus problemas de desnutrición, contrabando de gasolina y corrupción; este joven cineasta ha buscado mostrar más allá de las fronteras guajiras el verdadero pensar de esta gente.
En esa línea de trabajo está el proyecto ‘Jepirra’, una película que buscará retratar parte de esa idiosincrasia, que servirá más que conocer a los guajiros, entenderlos. Algo que muy poco se hace.
‘Jepirra’ narra la historia de un indígena que vive un dilema existencial cuando es sujeto de una transculturización, en medio de la cual cambia sus creencias religiosas al cristianismo occidental, en lugar de sus deidades ancestrales y mitológicas.
Esta encrucijada espiritual, plantea para el protagonista de la película una serie de análisis y evaluaciones que traslada a su vida cotidiana, en sus relaciones con los demás; y se convierten a su vez en el eje narrativo de la cinta, que Guillermo Garavito aspira esté lista en el año 2018.
El director del proyecto explica que cuanto tenían la historia en sus manos y comenzaron a desarrollar el guión, empezaron a tocar puertas y para su sorpresa, muchas de ellas se abrieron.
Entes como Usaid, Acdi-Voca, Allegro Films, la organización no gubertamental Topofilia, la Universidad de La Guajira, la Gobernación a través de la Secretaría de Turismo Departamental y la Casa de la Cultura, además del Fondo Mixto, están colaborando en el proyecto.
Para conseguir el apoyo de las instituciones, en especial de Usaid y la Gobernación de La Guajira, éstos pidieron a cambio que los cineastas realizaran talleres en las comunidades indígenas. Su sorpresa fue que ante la convocatoria, cientos de personas acudieron interesadas al llamado al punto que, para hacer manejables los cursos, tuvieron que dividirlos en cuatro grupos de 20 personas cada uno, y dejando de atender a muchas solicitudes de personas que incluso, vinieron de otras regiones del país.
El resultado de esa experiencia es el trabajo que mostraron en los cuatro cortos que estrenaron en los cines de Riohacha y que desde ahora comenzarán la ruta de los festivales nacionales e internacionales. Pero además todo ello sirve de cimiento para el proyecto macro que se llama ‘Jepirra’; un ambicioso proyecto cinematográfico, hecho totalmente en La Guajira, con el que quieren poner nuevamente a Colombia en el mapa mundial del séptimo arte.