Sacan cuentas los conservadores Efraín Cepeda y Armando Zabaraín. Celebra José David Name Cardozo. Julio Gerlein, calla. Y más callada, Aída Merlano.
Por Jorge Mario Sarmiento Figueroa
Se veía venir como una noticia anticipada. No solo por la realidad de vida para un hombre de 81 años, sino por el duro golpe que significó que su hermano, Julio Gerlein Echeverría, el hombre del dinero y los contratos en su Casa, decidiera llevar al Senado a la candidata Aída Merlano, que no es de su sangre pero sí de sus entrañas.
Sin embargo, Roberto Gerlein tenía todavía una cosa por hacer. En vez de retirarse callado y en solitario como hacen los elefantes, sacó la barriga del agua cual ballena azul y se descargó todo su peso sobre todos los que nadan en la piscina chiquita de la política electoral atlanticense.
Ese salto final sí que nadie se lo esperaba, y por eso su anuncio de retiro como enésimo candidato al Congreso de la República se convirtió en un tsunami. Analicemos a quiénes golpea la ola gigante de la despedida de Roberto Gerlein:
Al Partido Conservador
Todos los candidatos del Partido Conservador en el Atlántico sufren el enorme hueco que le causará no tener sus votos en la suma colectiva. La principal consecuencia tiene nombre propio: Efraín Cepeda Sarabia.
Cepeda ostenta la Presidencia del Congreso y tiene alianzas a lo largo y ancho del país que le auguran una buena votación; sin embargo, no puede dejar de mirar con resabio las fortalezas que tienen las listas de los demás Partidos, especialmente en el Atlántico donde la Casa Char se alza como todopoderosa. Los Conservadores por tradición sacaban, al menos, dos senadores en el Departamento, que durante los últimos cuatro períodos fueron justamente Roberto Gerlein y Efraín Cepeda. Esta vez las municiones del actual Presidente del Congreso se concentrarán en defender su sola curul. Y eso es una pérdida para él en el Atlántico siendo una de las actuales cabezas nacionales de los azules.
Y como si no bastara con el retiro, Roberto Gerlein decidió sacar del Partido Conservador a su fórmula a la Cámara, Roberto Rodríguez, y llevárselo para el Partido de La U. Con esto no solo nutre la votación de la competencia sino que deja solo al candidato Armando Zabaraín, fórmula de Cepeda Sarabia. Los cálculos indican que Zabaraín tendrá ahora que impulsar con sus propias fuerzas la lista a Cámara para producir 90.000 votos. Suena fácil decir la cifra, vaya y sáquela.
A la Casa Char
En el análisis que hizo el portal web La Silla Vacía, se esgrimía a la Casa Char como la directora de orquesta del fraccionamiento de la Casa Gerlein. Es decir, que tras bambalinas los Char habrían negociado con Julio Gerlein para que este dejara sin piso a su hermano Roberto, subiera a Aída Merlano al Senado, y que los votos de su candidata se fueran para la Cámara que a los Char conviniera. Pero la salida de Roberto al final no fortalece tanto a los Char, sino a José David Name Cardozo, líder de La U en el Atlántico y quien no perdona que la muerte de su padre, José Name Terán, fuera la de un león herido tras la pérdida de la gobernación en la que era fórmula en la alcaldía de Barranquilla con Alex Char. En aquel momento se habló de un reversazo de última hora que le restó fuerza electoral a Name, por eso hoy los sucesores de la Casa Name y la Casa Char no se quieren ni en pintura, así en apariencia se rindan mutua pleitesía.
A la propia Casa Gerlein
Durante los últimos años, la Casa Gerlein se proclamó como la defensora política de la moral familiar. Esta bandera llevó incluso a Roberto Gerlein a liderar a nivel nacional los debates en contra de la ideología de género. Famosa es, por ejemplo, su expresión del «sexo excremental» que usó en el año 2012 para atacar en el Capitolio la discusión del proyecto sobre el matrimonio gay. Pero más famoso se hace ahora su slogan político Primero la familia, justamente en momentos en que la relación pública con su hermano se fractura por el vínculo estrecho que este tiene con Aída Merlano, una candidata que el círculo íntimo de la familia Gerlein jamás pensó ver heredando el trono de Roberto.
«No me retiraré porque no veo un sucesor digno», había dicho Roberto Gerlein para defenderse de las críticas que le llegaron cuando anunció que se presentaría una vez más como candidato al Congreso. Esa expresión, que ya nada vale para el tesoro del presente, deja de todas maneras una pregunta consecuente para el futuro próximo de la Casa Gerlein: ¿Es Aída Merlano la sucesora digna que Julio Gerlein vio para su hermano?
La sola pregunta es un golpe de ola para la propia familia Gerlein y que en los años venideros se puede convertir en el mismo tsunami que hoy impacta a los demás.
……………………
Esa es la huella inesperada que deja un hombre cuya estampa final iba a ser la del viejo gordo dormido en los sillones del Congreso, y no esta movida de ballena azul que con su salto de despedida puede ahogar a más de uno en el mar que se abre en Puerto Mocho.
Magnifico articulo
Con el retiro de Roberto Gerlein adicional a lo que señala Sarmiento en su artículo suceden dos cosas 1-) Roberto termina la era de una generación de líderes que comandaron la política Nacional José Name T, Fuad Char, Pedro Martín Leyes, Hernan Berdugo y Abel Carbonell 2-) la familia Gerlein deja de ocupar una silla en el Capitolio que llenaban desde hace aproximadamente un siglo (100 años) y 3-) se termina de imponer don dinero como el máximo elector del Atlántico y gran parte del país, las ideológicas y liderazgos forrados en las tarimas y concentraciones populares pasaron a la historia en Colombia todo voto tiene un precio ya sea en dinero o dádivas ej: materiales de construcción o lo último jugosos contratos de los entes del estado, allí está la respuesta el porque una elección al congreso vale de $10.000 mil a 15.000 mil millones cifra ilógica y absurda en una «democracia» como la nuestra.