El Diario La República confirmó que su jefe de redacción Iván Bernal Marín es el nuevo Editor General de El Heraldo. Los recuerdos de Gabo.
¡Qué bueno!
Iván Bernal. Tomada de La República.
La República, el periódico en el cual venía laborando el joven periodista y filósofo barranquillero Iván Bernal Marín, confirma la primicia de www.lachachara.co cuando adelantamos que sería el nuevo Editor General del tradicional diario barranquillero El Heraldo. Con un máster en la Universidad del Rosario, Bernal Marín es un cronista nato, un reportero que va al fondo de los temas. En fin, es una de esas especies que ya casi no se ven en este bello oficio del periodismo. Felicitaciones para Ivancho, y en especial, para la casa que lo contrata, pues la balanza de ganancias, al final, se va hacia el valor agregado del recurso humano. Desde luego, fue un cabezazo del Director Marcos Schwartz Rodacki, del presidente de la junta Francisco Posada Carbó y de Juan B. Fernández Noguera, quien en esto heredó de su padre, el director consejero Juan B. Fernández Renowitzky, el tremendo olfato para medir la calidad de un buen periodista.
Los recuerdos de Gabo y Juanchito
Juan B. Fernández Renowitzky
Fernández Renowitzky y Gabriel García Márquez estudiaron juntos la primaria en el colegio San José, cuando quedaba al lado de la iglesia del mismo nombre, que todavía está ahí clamando por una manito de pintura. Los dos pupitres estaban el uno al lado del otro. Ambos nacieron con un sentido de la ironía y el buen humor explosivo. Se pintaban caricaturas y se escribían versos burlones, el uno del otro, y viceversa.
En una de las visitas de Gabo a Barranquilla, después del boom tras la publicación de ‘100 años de soledad’, que fue cuando se disparó la fama mundial del escritor cataquero, fue, obviamente, a visitar a sus amigos más entrañables. Una de esas fue una cena en casa del difunto Alfonso Fuenmayor, cena que se prolongó hasta las tres de la madrugada, con Gustavo Vásquez como fotógrafo exclusivo. Ahí esa noche, entre vinos y pasabocas, no quedó claro de quién había sido la idea del cuento ‘El ahogado más hermoso del mundo’. Lo que sí es cierto es que entre todos aportaron un poquito. Eso fue lo único que me quedó claro esa noche.
Acordamos que la agenda (improvisada y desordenada, a propósito), al día siguiente, seguiría con la visita a El Heraldo, por el cual Gabo guarda inolcultable gratitud. Cuando estábamos todos reunidos en la mesa de tertulias, con Fernández Renowitzky presidiendo la reunión, suelta Gabito su carga de dinamita revuelta con anfor, “oye Búho, ¿y todavía El Heraldo paga los salarios de hambre que nos pagaban a nosotros cuando yo trabajé aquí?”. Al comienzo hubo silencio y un “trágame tierra” que se sentía en el aire, pero luego sobrevino la carcajada explosiva empezando por la del propio Juan B. “Hombre, Gabito, tú eres una vaina. Tú no cambias”, atinó a decir Juan B.
Nueva modalidad
Para aplaudir la nueva modalidad que ha establecido en el Concejo su actual presidente Lucho Zapata. Como hay concejales a quienes les gusta viajar mucho, y lo hacen por su cuenta, con todos sus gastos pagos, no como los honorables congresistas que hasta le pagan pasajes y viáticos a su personal de servicio de cocina privada, ha creado el mecanismo de “Concejal Viajero”. Consiste en que un concejal, como el caso del empresario Eugenio Díaz Peris, que se encuentra en Marruecos, puede presentar informes desde sus viajes. El concejal Díaz Peris informa desde allá: “Aquí el Concejo no se reúne desde hace tres años, aunque las dietas se las consignas en sus cuentas”. “Hoy desde aquí desde Dubai. Los concejales no se han podido reunir nunca porque no tienen parqueadero para parquear sus limosinas. Y pensar que nosotros en Barranquilla tenemos colegas que llegan a las sesiones en bicicleta, todos sudados y botando espuma por la boca”. La última vez que escuchamos su informe casi no se le entendía, pues su celular quedó deteriorado cuando Díaz Peris, en una becerrada en Sevilla, quiso demostrar que él era muy de sangre española. Se le metió a una novilla flacuchenta por el verano. Él pensaba que el pobre animalito caería por allá lejos con el soplo de manta. Fue todo lo contrario. Quien salió volando hasta caer al otro lado del redondel fue el honorable concejal barranquillero. Se levantó como trompo zarandete preguntándole a Diana Betancourt, su señora, «¿mija, le tomaste la placa al h.p. mototaxista que me llevó por delante?”. Esta nueva modalidad de los concejales corresponsales ha dado pie para que ciertos colegas de Díaz Peris le hayan puesto el remoquete de «Río Magdalena» porque se la pasa viajando «y en mi Barranquilla, el Concejo te está esperando».
El libro del maestro Álvaro Ruíz Hernández
Álvaro Ruiz Hernández, sentado, junto a su esposa y a Rafael Sarmiento Coley.
Envidiable acogida ha tenido el libro del narrador, libretista, locutor, director de teatro y veterano hombre de radio Álvaro Ruiz Hernández. Es un libro que se convierte en un vademécum de la radio local. Especialmente de su época de oro. Porque, la verdad sea dicha, hoy ese medio está a las puertas de un entierro de pobre, aplastado por todo este turbión de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones. Además, por culpa de los dueños de las grandes cadenas radiales, se volvió un medio vulgar, que muele música y chistes de mal gusto día y noche.
Lo más triste es que hombres talentosos como Mike Char Abdala y Rafael Paéz Rodríguez, perdieron la inspiración y se dejaron tragar de la manigua, ayudados por un filipichín de apellido Segrera que tiene un caminaito medio raro. Mike, que imponía el rumbo de la radio local, ahora se volvió un copietas. Y lo mismo hace Rafael Paéz, el popular “Nutricia”. Claro, la parte comercial es una mina de oro, según dice Segrera, el hombre a quien todo le hiede y nada le huele. ¿Será?
