El homicidio del Alcalde de Santo Tomás ocurrió el 29 de abril de 2004 en Barranquilla, diagonal al extinto DAS. “La muerte de Nelson no quedará impune”: familiares.
Por Chachareros
A Dieb Maloof Cuse le cayó la roya desde cuando saltó a la política y, por unos tres o cuatro votos, perdió la curul con el narrador deportivo Edgar Perea Arias, (‘El Campeón, ¡vaya caballero!’), en la lista del Partido Liberal.
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El médico neurocirujano Dieb Maloof, analiza una escanografía en su consultorio de su clínica particula.[/caption]
El Negro Perea, como siempre, llegó al Senado con el tache en alto. Al senador opina Edgar Artunduaga lo señalaba con el mote de “Eguar Dastusnualgas”. En una ocasión, durante un debate, derramó en la curul un vaso de agua y para rematar lanzó el micrófono por los aires.
Los enemigos que nunca faltan, y Maloof que estaba allí como caimán en boca de caño, removieron el caso de los servicios prestados por Perea, como narrador de fútbol, durante unos partidos de la selección Colombia. Servicios que, según presuntamente se demostró, fueron remunerados por la cadena respectiva. Y la ley prohíbe de manera tajante que un Congresista reciba emolumentos por un servicio distinto a legislar. Para eso les pagan. Precisamente, para que no tuvieran más puestos que una buseta (como ocurría antes de la Constituyente de 1991), los Constituyentes ordenaron que se les pagara un salario similar al del Presidente de la República, lo cual a los pocos años los propios congresistas lo doblaron, y más, con pensiones multimillonarias. Y, para colmo de males, siguen recibiendo millonarias coimas de los tinterillos y cabildantes de todas las empresas y grupos empresariales interesados en que se hagan leyes a su medida, que favorezca a sus oscuros intereses. Eso no lo controla nadie. Hace años algunos congresistas de buena fe han propuesto que se reglamente el cabildeo, pero sus compañeros corruptos se ríen de eso a carcajadas, porque esa es una fuente multimillonaria de ingresos.
Produce tanta plata ese cabildeo y la ‘mermelada’ que hasta un simple concejal de Barranquilla, al año de estar en el Concejo, ya tiene finca con ganado, terrenos de 5 mil millones de pesos la hectárea y camionetas de medio millón con el más alto blindaje y guardespaldas.
Perea fue sustituido y entró Dieb Maloof Cuse en 2000 hasta el 2002. En las elecciones legislativas de 2002 Maloof se presentó por el Movimiento de Integración Popular (Mipol), que más tarde fue cooptado por Colombia Viva, el movimiento liderado en ese momento por el uribismo. Por Colombia Viva fue reelegido en 2006, y al año siguiente fue detenido por primera vez, acusado por la Corte Suprema de Justicia de tener nexos con la parapolítica, directamente con el máximo jefe en la Costa Caribe de esos grupos armados al margen de la ley, Rodrigo Tovar Pupo, alias ‘Jorge 40’. En octubre de ese año renunció a su curul para hacerle el atajo a la Corte Suprema y fue sentenciado apenas a cuatro años y 10 meses de prisión. Fue inquilino de la Picota, en donde se dedicó a la cría de pollos.
Además, dado que es médico graduado de la Universidad del Norte con una especialización en Neurocirugía de la Universidad de Buenos Aires, montó en la picota una especie de consultorio ambulante. Luego de pagar su corta condena retornó a Barranquilla y al poco tiempo se puso al frente de la Clínica la Misericordia. Allí estaba este miércoles cuando agentes de la Fiscalía llegaron con la orden de captura, lo cual le produjo un soponcio y fue internado en la Unidad de Cuidados Intensivos de su misma clínica. Ahora los médicos legistas determinarán si su caso es grave, o es leve, que le permita ser trasladado a Bogotá, en donde lo espera la Corte Suprema de Justicia, ya que el delito que sele imputa ocurrió están en el ejercicio de Senador de la República.
El caso actual que lo enreda
Maloof Cuse, nacido en Riohacha en 1964, condenado por ‘parapolìtica’, fue capturado este miércoles en Barranquilla por el delito de homicidio agravado. Maloof es requerido por el fiscal 12 de la Fiscalía Especializada de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.
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A Dieb Maloof le permitieron en la cárcel un consultorio.[/caption]
Al momento de la captura, en la clínica La Misericordia, ubicada en la calle 80 con carrera 46, el exsenador habría sufrido una afección cardíaca por lo que todavía permanece allí. Hasta el momento, el centro asistencial, de su propiedad, no ha emitido un parte oficial sobre su estado de salud.
Maloof, quien fue el primer parlamentario en ser condenado por ejercer la parapolítica, renunció a su investidura como congresista en el 2008 y se acogió a sentencia anticipada por recibir apoyo de los jefes paramilitares Rodrigo Tovar Pupo, alias ‘Jorge 40’, para lograr su escaño en el Senado.
Este nuevo llamado a la justicia obedece a un proceso en el cual Maloof habría sido el determinador del homicidio del alcalde de Santo Tomás, Nelson Mejía Sarmiento. El político fue asesinado por paramilitares el 29 de abril de 2004 en la carrera 42 con calle 65, a una cuadra de la sede del antiguo DAS en Barranquilla.
Por la autoría material del crimen, el Juzgado Quinto Penal del circuito de Barranquilla condenó, en 2006, a Jaime Rodríguez Hernández, alias El Chacal, a una pena de 28 años de prisión como autor de los delitos de homicidio agravado, fabricación, tráfico y porte de armas de fuego o municiones.
Un mal crimen nunca se olvida
Los expertos en criminología sostienen que un crimen mal planeado, por muy bien ejecutado, siempre saca a la luz pública a sus autores intelectuales y materiales. Es el caso del alcalde de Santo Tomás, Nelson Mejía Sarmiento. Fue un homicidio torpe, por una motivación mezquina y en un momento equivocado, cuando estaba en efervecencia la lucha contra el paramilitarismo que se había salido de madre. En otras palabras, fue un homicidio estúpido y en el lugar equivocado.
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Nelson Mejía admiraba al Ché Guevara y a Carlos Pizarro, pero no era un hombre de izquierda. Era un demócrata cabal.[/caption]
El día que asesinaron en Barranquilla, allí a dos cuadras del extinto DAS, a Nelson Mejía Sarmiento, alcalde de Santo Tomás, marcó un hito en la historia de aquel municipio.
Ese día el pueblo enardecido quemó parte de la alcaldía, la registraduría y varios inmuebles particulares, entre ellos la casa del veterano periodista Manuel Pérez Frutos, quien en sus escritos en el Diario La Libertad de Barranquilla le hacía algunas críticas a la administración de Mejía Sarmiento. No eran críticas virulentas ni nacidas de intenciones ocultas, porque, entre otras cosas, tal como siempre lo aclaró Pérez Frutos, “nunca obedecieron a intereses de grupos al margen de la ley”.
Pero un pueblo dolido por el magnicidio de un líder popular procede de manera ciega y con encendida pasión. Lo que más le duele a Manuel Pérez, mejor conocido como “Mañe” Pérez fue que en el incendio a su casa le quemaron el primer televisor plasma que hubo en Santo Tomás y el primer equipo de sonido ‘Neko’ del pueblo. Esos aparatos los compró en un ‘sanandresito’ al pie de las cataratas de Iguazú, cuando estuvo de actor (trabajó como el ‘Hombre Tos’) de la película ‘La Misión’, con nadie menos que Robert De Niro y Jeremyy Iron.
Los motivos del homicidio
Las investigaciones de la Fiscalía comprobaron que Nelson Mejía Sarmiento fue asesinado por negarse a entregar la contratación de la salud del municipio de Santo Tomás al frente José Pablo Díaz de las AUC, en cabeza de Édgar Ignacio Fierro Flórez, alias ‘Don Antonio’, e mismito ‘Don Antonio’ que sigue vivito y mandando desde cualquier cárcel en donde esté. El mismito ‘Don Antonio’ que tiene a Silvia Gette encarcelada y agarrada por el cuello.
Familiares y allegados al burgomaestre declararon que Mejía temía por su vida por amenazas de muerte que recibía, las cuales denunció a las autoridades.
El Tribunal Superior de Barranquilla confirmó el 15 de agosto de 2006 la condena que el Juzgado Quinto Penal del Circuito dictó en 2006 contra Jaime Rodríguez Hernández, acusado como autor material del homicidio de Mejía Sarmiento.
En versión libre rendida ante un fiscal del proceso de Justicia y Paz, Juan Carlos Rodríguez De León, alias El Gato, reconoció empero haber acribillado de cuatro tiros al alcalde.
El líder político tomasino fue baleado cuando almorzaba en el restaurante Don Efra, diagonal a lo que era la sede del DAS, ahora sede de Fiscalías contra el Crimen Organizado y de Derechos Humanos.
«Lo problemático de esta aceptación es que va en contra vía de una sentencia judicial ejecutoriada, que puso fin a un proceso penal a través del cual se determinó probatoriamente la autoría del crimen en cabeza de Jaime Rodríguez Hernández, alias El Chacal», se lee en la decisión judicial.
Y agrega que «pese a ello, si revisamos con detenimiento la prueba con base en la cual se profirió la condena, encontramos serias evidencias que muestran una posible confusión de los testigos de cargo, en torno a la identidad del sicario que acabó con la vida de Mejía Sarmiento».
Una cadena de decisiones de reciente data
La Fiscalía 12 Especializada de Derechos Humanos profirió en junio de 2013 medida de aseguramiento en cárcel en contra de siete exparamilitares presuntamente implicados en el homicidio de Mejía Sarmiento, asesinado el 29 de abril de 2004 en Barranquilla.
La decisión cobijó a Rodríguez De León, alias ‘El Gato’; Eliécer Ramón Orozco, alias ‘Coche Bala’; Luis Modesto Montero Jiménez, alias ‘Comandante Diego’; Pedro Alexander Romero Berrío; Javier Enrique Insignares Toro, alias ‘JJ’ o ‘Benjamín’, y Jair Orlando Badillo Contreras.
Todos están vinculados a la investigación en calidad de coautores del delito de homicidio agravado.
Y a Carlos Mario García Ávila, alias ‘Gonzalo’ o el ‘Médico’, exjefe político del frente José Pablo Díaz, como probable autor mediato o indirecto del mismo delito.
La vinculación de los siete desmovilizados surgió de la declaración jurada que rindieron ante la Fiscalía varios exparamilitares, entre ellos Fierro, alias ‘Don Antonio’, su exjefe.
También declaró el abogado José Humberto Torres, quien presentó un escrito ante la Corte Suprema de Justicia que reactivó la investigación por el crimen.
Debido a esto, la Fiscalía 12 compulsó copias «de las piezas procesales pertinentes con destino a la Procuraduría General de la Nación, con el fin de que si lo considera viable, inicie una acción de revisión encaminada a dejar sin efectos la sentencia proferida el 15 de agosto de 2006, por medio de la cual el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Barranquilla confirmó la condena dictada el 19 de abril de 2006 por el Juzgado Quinto Penal del Circuito».
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