
Alianza de la secretaría de Cultura del Atlántico y la Uniautónoma en homenaje a los cultores seccionales en el Día Mundial del Folclor.
Por Rafael Sarmiento Coley

Diana Acosta Miranda, secretaria de Cultura del Atlántico (y egresada de la facultad de Comunicación Social y Periodismo de la Uniautónoma, con posgrado en El Heraldo cuando todavía era menor de edad), y Mauricio Molinares Cañavera, rector de la Universidad Autónoma del Caribe, más la asesoría de Mónica Lindo, unieron sus energías positivas para aprovechar el Día Mundial del Folclor, rindiéndoles un merecido reconocimiento a quienes mantienen el apego al arte y la cultura en Barranquilla, el Atlántico, el Caribe, Colombia y, sin exagerar, al mundo.

Por eso consideraron que no exageraban al denominar el evento ‘Del Caribe para el Mundo’. Aunque suene grandilocuente, tiene mucho sentido.
Porque para nadie es un secreto que el Carnaval de Barranquilla es un Patrimonio de la Humanidad, y que la cumbia, el porro y el vallenato desde hace rato han echado raíces allende los mares.
El evento se llevó a cabo este viernes en horas de la tarde, en el plenamente recuperado Teatro Mario Ceballos Araujo, el nuevo Rector, Molinares Cañavera, lo ha puesto como una tacita de plata.

Los homenajeados, gente curtida en el folclor y sus distintas manifestaciones. Como son los casos de Hilton Escobar, el brillante director de la Banda Departamental de Baranoa, quien ha logrado que este grupo sea reconocido a nivel internacional.
El de Lisandro Polo, un luchador incansable por mantener viva y divulgar a nivel internacional la música de flauta de millo y sus tambores que nos quedan como herencia de la sangre africana que conforma nuestra triecnia.
Polo, un luchador incansable, ha mantenido durante casi tres décadas ‘Noche de tambó’, un espectáculo maravilloso al aire libre en donde el público de todas las razas y niveles sociales se lo goza sin pagar la boleta de entrada. Como decía el difunto comentarista deportivo y salsómano Jaime Alvear, “el único show que no tiene cover”.

Checo Acosta, el ya sempiterno Congo del Carnaval, quien aunque ya está cercano a peinar canas (algunos de sus colegas mamagallistas aseguran que es que ya se tiñe el pelo con negrumina), fue otro de los homenajeados. Un reconocimiento muy merecido para este consagrado cantante, hijo de ese legendario bolerista soledeño Alci Acosta.
Y el insuperable percusionista barranquillero Pedro ‘Dripe’ Tapias, quien se ha dado el lujo de participar en las mejores agrupaciones del país, entre ellas, la respetable orquesta del desaparecido Joe Arroyo, La Verdad. Además, ha sido miembro, en calidad de invitado, a conciertos en Miami, Nueva York y España de consagradas orquestas.
Pero el fuerte de ‘Dripe’ es “lo nuestro, la cumbia, la gaita, el pito atravesao, el mapalé, el porro, y, desde luego, la salsa”.
Fue una espectacular puesta en escena de nuestros aires vernáculos con el grupo de danzas que brillaron con luz propias y con el manojo de espermas ardientes que llevaban en su mano derecha las encantadoras bailarinas, mientras que con la mano derecha abanicaban la larga falda roja como el capote del torero en plena faena. Y el parejo, con el sombrero vueltiao alzado y abanicando la brisa, mientras la mano izquierda mantenía el pantalón blanco bien estiradito con la puntica de los dedos pulgar y anular.