Unos pocos pasos en la capital británica hacen que se corra el velo y reluzca el colorido que su gente, calles y lugares esconden.
Por Karen Gutiérrez
Durante mis primeras horas en esta ciudad majestuosa, enseguida me sorprendió lo fácil que es transportarse de un lado para otro. Así comprobé de inmediato que la puntualidad es la reconocida anfitriona de Londres.
Los precios son bastantes altos, como toda cosmopolitan, pero los servicios son excelentes. En el aeropuerto compré una tarjeta llamada Oyster Card para transportarme en metro, tren o autobús. Hay un tren que va desde el aeropuerto de Stansted directo al centro de la ciudad, con un trayecto de 40 minutos aproximadamente.
Los recorridos son bastantes largos, sin embargo en el tren y en el metro estuve bastante distraída con los pasajeros. Tan solo mirar a mi lado pude apreciar lo multicultural de esta ciudad. Cada quien está en su mundo y el estrés es bastante palpable.
Tuve la suerte de que un amigo me diera posada en un barrio muy residencial, en la zona de Hendon. El ‘capitán Jack’, como se suele llamar por sus amistades, es un chico polaco con mucho encanto. Él ha tenido la oportunidad de viajar por Suramérica y habla muy bien el español, actualmente trabaja en Londres en el ámbito farmacéutico.
Hendon es transitado por personas de todas partes del mundo. Las personas que más resaltaron a mi vista fueron los judíos ortodoxos. Las mujeres de este grupo van vestidas con colores oscuros y son muy reservadas al andar. Hablan hebreo, eso captó mi atención al caminar cerca de ellas.
Cerca está localizada la universidad de Middlesex, situada en el noroeste. Es una de las más nuevas en la ciudad formalizada como instituto educacional en 1973. Las carreras disponibles son administración, derecho, arte y diseño, educación física y ciencias de la tecnología.
Al llegar también me ha recibido la lluvia, algo totalmente normal para los londinenses. Rápidamente estaba empapada como un pato mojado con mi cámara y mochila.
Esa misma noche tuve la oportunidad de ir a Camden Town. Es un lugar que gusta mucho por su actividad nocturna, llena de bares y lugares para ir a comer.
Al día siguiente fui a ver los lugares más emblemáticos de la ciudad tales como el Big Ben (Clock Tower), London Eye, Galerías de arte, Thames River.
Antes de viajar a Londres, quise compartir experiencias con una de mis amigas. Su nombre es Ania y es polaca, vive en Edimburgo, en el mismo Reino Unido, donde nos conocimos. Con su llegada, el viaje fue aún más interesante porque ella ya había estado antes. Es la perfecta compañera para un viaje lleno de aventuras por su alma calmada y con su buen sentido del humor.
La gastronomía en Londres
Los británicos son apasionados por la repostería y, por supuesto, tomar té, en especial con leche. A cualquier hora podrás ver a través de los ventanales de los cafés a las personas disfrutando de un buen postre y su taza de té.
Las reposterías tienen bastante competencia y se puede disfrutar de sus obras de arte mientras das un paseo.
Esta vez quise compartir con ustedes algunas imágenes que capturé durante mi fin de semana. Para deleitar con lo interesante de la bella ciudad gris.
Con Lachachara.co les dedico esta galería a todas aquellas personas que tengan el sueño de viajar y conocer el mundo, y para aquellos que disfrutan de lo visual: