Oceanógrafos, sociólogos e ingenieros marinos advierten sobre los riesgos que significa para la zona costera del Caribe. Especial en Atlántico, según la CRA.
Por Rafael Sarmiento Coley
El sector petrolero y gasífero está muy entusiasmado por las exploraciones que distintas multinacionales extranjeras han comenzado mar adentro en las Costas del Caribe colombiano, en especial en zona del departamento del Atlántico.

Alberto Escolar, director de la CRA.
Para el director de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA), Alberto Escolar Vega, “es necesario tener muy en cuenta los estudios y la opinión que diversas instituciones de la academia y de agremiaciones de oceanógrafos físicos, ingenieros de costas, capitanes de navío, sociólogos y miembros de la Unidad Ambiental Costera (UAC), han adelantado”.
Para analizar estos temas se realizó este miércoles una rueda de prensa con Escolar Vega, los ingenieros oceanográficos Luis Jesús Otero Díaz, catedrático Ph.D. de la Universidad del Norte; el ingeniero de Costas y oceanógrafo físico Ricardo J. Molares; la biógrafa Isabel Ramos, la bióloga Luz Marina Mejía, la socióloga Zully David, la economista Priscila Celedón y la dirigente de una de las agremiaciones marina, Patricia Iriarte.

Luis Jesús Otero Díaz,OceanógrafoFísico y catedrático de la Universidad del Norte.
Una de las más duras conclusiones es que las exploraciones, al realizar grandes perforaciones, ponen en serio riesgo los llamados ‘bancos de peces’, que es en donde los pescadores de altamar logran la más exitosa pesca. Al hacerse las perforaciones, el fondo marino se revuelve, se altera y hay fuerte oleaje, lo que asusta a los peces que huyen hacia la inmensidad del mar. Entonces la pesca resultará más difícil para los pescadores.

Ahí están los misterios que encierran las profundidades marinas en la triangulación de todo el Mar Caribe.
También es un atentado para los bancos coralinos. Del mismo modo hay dudas acerca de las graves modificaciones al lecho marino por la profundidad de las excavaciones en busca de gas o petróleo.
Hasta el momento el Ministerio de Minas ha aprobado tres zonas francas que significa otorgar beneficios arancelarios e impositivos a las empresas nacionales y extranjeras que se dediquen a la exploración y explotación de hidrocarburos en vastas zonas del Caribe mar afuera, lo mismo que en algunos sectores del Pacífico colombiano.

Zully David, socióloga e investigadora marina.
Por todo lo cual las exploraciones offshore o mar abierto no son tan buenas como las pintan, y deben realizarse con el respeto de los protocolos que al respecto existen.
Es el trabajo que viene realizando la Unidad Ambiental Costera (UAC), con el fin de mejorar el Plan de Ordenamiento y Manejo Integrado de las Unidades Ambientales Costeras. Se tiene un estudio bastante avanzado, con un mapeo completo que va desde las costas mexicanas de Yucatán, y una vasta zona del Mar Caribe que incluye costas de Venezuela, Aruba, Curazao, y el Caribe colombiano.
En dichos mapas, con la colaboración de la británica National Geographic, el Servicio Metereológico de la Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos y el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) de Colombia, se puede observar, en detalles muy precisos porque son fotos satelitales, la conformación de las capas marinas y sus diversas formas, con profundos acantilados, ‘cordilleras’ altísimas, y puntos susceptibles de alteraciones.
Atlántico, Bolívar, Córdoba y Sucre son los cuatro departamentos dedicados con esmero a los estudios bien calificados, con profesionales de experiencia, tanto en la academia como en la práctica marina, con el fin de corregir a tiempo los daños que la explotación de combustibles fósiles en las costas Caribes colombianas puedan causar. La intención es mitigar esos posibles daños.
Y estudiar a fondo, al margen de las exploraciones offshore, los fenómenos naturales que ocurren en las profundidades marinas en las zonas costeras de estos cuatro departamentos. Estar atentos a inesperados movimientos de capas de sedimentos que, durante años, ha arrojado el Río Magdalena al Mar Caribe.
Estas capas han alcanzado un nivel bastante grueso, que al producirse cualquier movimiento sísmico, podrá generar un fuerte oleaje y se sentiría como un pequeño o mediano tsunami.
Cartagena es una de las ciudades más expuestas al avance del mar sobre tierras secas, debido a su nivel sobre el mar.