
El virus sigue circulando activamente y arrasando con vidas humanas.
Por: José Consuegra Bolívar
La Covid-19 es una calamidad mundial de proporciones históricas. El tránsito arrasador de la enfermedad deja ya 3.845.031 fallecidos y lo peor es que el virus se mantiene vivo. Igual catástrofe vive Colombia por los efectos fatales del tercer pico de la pandemia. Cada reporte diario de casos se convierte en un récord pues ni siquiera en los momentos más graves de la primera ola se registró una afectación como la actual. La mortalidad ya bordea las 600 víctimas diarias y en el acumulado de 15 meses de pandemia han perecido casi 99.500 personas por causa del virus, una cifra realmente devastadora.
Lamentablemente se ha vuelto común enterarse, día a día, de la muerte de un familiar, amigo o conocido en estas duras circunstancias. Es inmenso el dolor de quienes pierden la vida y el de sus familiares sin la posibilidad de compartir con los seres queridos y no poder brindarles su apoyo y calor humano para enfrentar la enfermedad, el miedo y la tristeza.
La explicación del ministro de Salud, Fernando Ruiz Gómez, apunta a que aún hay un grupo de susceptibles frente al virus, entre los que se cuentan las personas mayores y quienes padecen comorbilidades como diabetes e hipertensión, lo que mantiene latente el riesgo de contagio y muerte, como sucede en Chile, donde se retomó el confinamiento pese a que más del 50% de su población ya cuenta con sus dosis completas de vacunas. También confirmó una alta tasa de positividad, cercana al 40 %. El Ministerio también ha recalcado que los mayores de 50 años representan la mayor proporción de carga de la enfermedad en mortalidad e incidencia de casos graves.
La agresividad de este tercer pico pandémico ha ocasionado una sobredemanda hospitalaria y, en especial, de camas UCI, lo que mantiene al sector salud, en general, al borde del colapso y con inconvenientes para la atención adecuada de los afectados.
En medio de esta situación tan grave es imprescindible mantener las medidas de cuidado personal, evitar las aglomeraciones y, sobre todo, acercarse a los puntos indicados para recibir las vacunas, pues está plenamente demostrada su eficacia para disminuir la gravedad y la mortalidad por la covid-19.
Hasta ahora, este conjunto de factores constituyela única vía idónea para mantener el virus a raya, mientras se logra la inmunidad de rebaño. La vacunación es la clave para lograr inmunidad pues la que se obtiene “a través de la infección natural provocaría una pérdida colosal de vidas humanas, y mucho sufrimiento”, según detalla la cadena de noticias DW en un informe con expertos en modelación matemática de enfermedades. De hecho, como lo confirma la Organización Mundial de la Salud, los países con mayor cobertura de vacunación ya presentan un descenso significativo de casos.
Aunque a estas alturas de la pandemia el hastío, el dolor y la desesperanza nos golpeen, no podemos vacilar frente a los cuidados; el virus sigue circulando activamente y arrasando con vidas humanas. Sigamos esforzándonos, de manera mancomunada, para vencer la pandemia