
El reporte es el primero publicado en su especialidad y ubica a nuestro país en el sexto lugar a nivel mundial entre las 57 naciones analizadas. Una alta interferencia de la industria tabacalera se traduce en entorpecimiento de políticas públicas para reducir el tabaquismo.
Lexander Loaiza Figueroa @Lexloaiza
Colombia ocupa el primer lugar a nivel de América Latina en cuanto a la interferencia de la industria tabacalera en las políticas públicas para el control del tabaco. Esto quiere decir que cuando en el país se discuten medidas para reducir el tabaquismo, la intervención de este sector manufacturero determina en muchos casos el curso de estas medidas.
La información la dio a conocer la Organización No Gubernamental Red PaPaz, que citó un estudio en el cual también participó, del conocido Índice Mundial de Interferencia de la Industria Tabacalera 2020 que en Latinoamérica fue coordinado por la Corporate Accountability y el Programa STOP, con la colaboración de organizaciones de la sociedad civil de los nueve países involucrados.
Colombia también ocupa el sexto lugar a nivel mundial, tomando como referencia a los 57 países donde se realizó el estudio. La nación obtuvo 77 puntos de 100 posibles que, según el barómetro utilizado, le da mayor incidencia a aquellos que obtienen un mayor puntaje. La estadística coloca a la nación neogranadina por encima de otras como entre Argentina, Brasil, Costa Rica, Chile, Ecuador, México, Perú, Uruguay y Colombia.

Un mayor nivel de interferencia es un obstáculo claro para redactar leyes que controlen el tabaquismo.
De acuerdo con los resultados, en lo que respecta al nivel de participación de la industria tabacalera en el desarrollo de políticas para el control del tabaco, Colombia obtuvo 15 puntos, el puntaje más alto de la región. El reporte evidencia que, en Colombia, Chile y Perú, no hay una regulación que prohíba la participación de esta industria en la discusión de políticas de salud pública relacionadas con el control del tabaco.
En referencia a los beneficios que recibe la industria tabacalera, Colombia ocupó el séptimo lugar en Latinoamérica. El informe indica que la industria se beneficia de incentivos fiscales, concesiones fiscales o acuerdos comerciales. De otra parte, en más de una oportunidad, el lobby de la industria ha llevado a posponer la aprobación de leyes o la implementación de las medidas de control de tabaco.
Otro de los hallazgos apunta a la falta de transparencia en la interacción del Estado con la industria. En esta categoría, el país ocupó el último lugar de la región, lo que indica una mayor interacción del Gobierno con la industria tabacalera; así como una ausencia de regulaciones que gobiernen las reuniones con la industria tabacalera.

Colombia ocupa el sexto lugar de 57 países que fueron sometidos al estudio de carácter independiente.
A pesar de los alarmantes resultados, Colombia aún no ha adoptado normas desarrollen el artículo 5.3 del Convenio Marco de Control de Tabaco de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el que se estipula que, al momento de establecer políticas de salud pública relativas al control del tabaco, se protegerán estas políticas y no los intereses de la industria, dificultando los esfuerzos para hacer frente a la interferencia de la industria tabacalera. Adicionalmente, este artículo prohíbe a los Estados conceder incentivos, privilegios o ventajas a este sector; sin embargo, la industria tabacalera continúa implementando estrategias para eludir regulaciones de consumo y exposición a los productos de tabaco.
Para Carolina Piñeros Ospina, directora Ejecutiva de Red PaPaz este primer puesto nos prende las alarmas y nos muestra que estamos rezagados en la transparencia y eficacia de las acciones para proteger a Colombia del nocivo efecto del consumo de tabaco. Ahora que la nicotina se disfraza de atractivas maneras y pone en riesgo a las nuevas generaciones es cuando más debe nuestro país asegurar que cumplimos a cabalidad el Convenio Marco Control Tabaco.