La medida unilateral decidida por el presidente Nicolás Maduro vuelve a tensar las relaciones bilaterales, fenómeno que este martes se expresó en la emisión de comunicados por parte de las cancillerías de ambos países.
Lexander Loaiza Figueroa @Lexloaiza
El nuevo cierre de la frontera venezolana con Colombia sorprendió a la canciller María Ángela Holguín en España, donde se encuentra junto al presidente Juan Manuel Santos realizando una gira europea, luego que el Mandatario recibiera el premio Nobel de la Paz.
Holguín aseguró que su país nunca fue consultado en torno a la decisión de cierre, y que solo había recibido una llamada en la víspera de parte de su homóloga venezolana, la canciller Delcy Rodríguez, en la que le comunicó la decisión. “No fue una consulta, solo se nos comunicó la decisión”, aseguró.
El cierre de la frontera con Colombia se hizo con la intención de colapsar supuestas mafias que en las ciudades de Cúcuta y Maicao, según la teoría del gobierno de Nicolás Maduro, acaparaban gran cantidad de bolívares en billetes de 100, cuya desaparición del mercado interno venezolano estaba colapsando la economía de ese país.
Pero la preocupación de Bogotá es por los comerciantes fronterizos colombianos que en los últimos meses han vendido productos a unos 50 mil venezolanos que cada día entran a este territorio para adquirir productos que no se encuentran en su país.
También los gobiernos regionales de los estados de Zulia y Táchira en Venezuela, venían implementando un ‘plan estratégico de importación de alimentos’, con autorización de Caracas, mediante el cual tractomulas cargadas con productos alimenticios y de higiene personal colombianos inundaron por meses anaqueles de automercados venezolanos en varias regiones del país. Esas compras se hacían directamente con bolívares venezolanos que ahora están en poder de comerciantes colombianos.
Holguín, pidió al Gobierno de Venezuela diálogo para que los comerciantes colombianos de la frontera no se vean perjudicados por la decisión de Caracas de cerrarla durante 72 horas, el mismo tiempo de vida que le queda al billete de 100 bolívares. «La retirada de este billete podría perjudicar a los comerciantes que no tendrían tiempo para cambiar todo ese dinero que legalmente venían aceptando», subrayó.
Por su parte Caracas también hizo público un comunicado en el que solicitaba medidas complementarias a Juan Manuel Santos para impedir que la cotización fronteriza del bolívar sea distinta a la que se presenta en Bogotá.
En el texto la Cancillería expresó su “profunda preocupación” ante el contrabando de billetes de 100 bolívares en la frontera colombo – venezolana.
El documento reitera la petición del Gobierno nacional de que se deroguen los artículos de la Resolución Nº 8 de la ley colombiana. “Los artículos fomentan la disparidad cambiaria y perturban a la economía venezolana, a través de la doble regulación sobre el intercambio de monedas, una oficial establecida por el Banco Central de Colombia y otra sólo para las fronteras sin patrones ni controles definidos”.
Para reiterar esta posición, en una rueda de prensa el presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, anunció que preparan una normativa para restringir la salida de moneda venezolana al exterior.
“Estamos sacando una normativa extremadamente importante en donde se prohíbe extraer ciertos montos y cantidades de nuestro papel y signo monetario (… ) No pueden llevarse al extranjero ni traerlo a nuestro territorio”, explicó.
De hecho, parte de esto ya lo comenzó a aplicar el gobierno venezolano, al dar cuenta este martes 13 de diciembre de 117 detenidos en la frontera con Colombia con unos 104 millones de bolívares en billetes de 100, que intentaban ingresar al país para depositarlos en bancos y evitar perder su valor.
Pero esta postura difiere abiertamente con la posición colombiana. Desde España la canciller de Holguín dijo que no han podido convencer a las autoridades venezolanas de que el pago en Colombia con estos billetes (100 bolívares) no tiene nada que ver con el diferencial del precio entre el dólar oficial y el paralelo.
Al mencionar el caso de las casas de cambio de Cúcuta (Colombia), dijo que actúan legalmente, en un espacio físico, de modo que los cambistas de la ciudad ya no operan en la calle, aunque admitió que Venezuela insiste en que los cambios que se llevan a cabo en esa ciudad afectan a la diferencia de precio del dólar.
Caracas no reconoce esta situación, ya que según denuncias del ministro de Relaciones Interiores, Néstor Reverol, las autoridades detectaron la salida de más de “300 millardos de bolívares” en efectivo a través de “organizaciones no gubernamentales contratadas por el Departamento del Tesoro del gobierno norteamericano, con la finalidad de sacar el dinero del territorio por Colombia y asfixiar el sistema financiero nacional”.