No quiere meterse bajo el paraguas de ninguno de los grupos en el escenario político colombiano.

Por Rafael Sarmiento Coley

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Conversación

Alejandro Char@AlejandroCharEn el día de hoy inscribiremos el comité promotor que recolectará las firmas que respaldarán mi candidatura a la Presidencia de la República. Asimismo, manifestamos nuestra intención de participar en una consulta en marzo para escoger a un candidato presidencial de coalición.1:06 p. m. · 16 nov. 2021 de Sitionuevo, Colombia·Twitter for Android

Si durante este semana Alejandro Char Chaljub se para con una sombrilla en una esquina de cualquiera de las Supertiendas y Droguerías Olímpicas (SAO), en menos de cuatro hora sería candidato a la presidencia de la República mediante el mecanismos legal de recolección  de las 355.933.

Y le sobrarían por lo menos unas cien mil firmas para regalárselas a Enrique Peñaloza o a los otros aspirantes a ser candidatos por fuera de los amarres de los partidos que, como nunca, están más podridos que matadero público. Claro, sería, como dice Roberto Gerlein, “un toma y daca”. Un obsequio a cambio de que fueran los Vices de Alex. Porque no merecen más. No pasarán jamás de ese escalafón en donde para lo único que sirve dicho puesto es para meter la pata a cada instante como la actual ‘Vice’ Matha Lucía Ramírez. Claro. Ella no tiene la culpa. Los culpables son quienes la colocan ahí para burla, o para divertir. El asunto es tan antiquísimo, que viene de los imperios babilónicos y romanos que lo primero que designaban en el imperio era un buen Bufón. Algo que no se consigue todos los días. Al circo romano l iba superbién con el payaso de turno, papel estelar del cual ni siquiera se escapa el titular de la Casa de Nariño quien despidió al buenote difunto Carlos Holmes Trujillo García con la célebre frase: “Yo lo recordaré siempre porque mucho lo quisí, porque yo sí fue verdad que lo quirí”.

Ese fue el cálculo político de Alex Char. No amarrarse a ninguna de las maquinarias políticas vigentes hundidas hasta el cuello en desprestigio y corrupción. Y aunque el propio Alex Char no escapa a esa podredumbre, el hecho de que haya dicho “me la juego solo”, es un acto que tiene su significado. Porque si lo hace por algunos de los movimientos, partidos y sectas cómplices de estos gobiernos podridos de los últimos 25 años, le iría como a perro en misa.

Porque él, como todos, es también cucaracha de ese mismo calabazo. Con fantasmas que lo persiguen como sus vínculos con la excongresista prófuga Aida Merlano, quien ha confesado una y mil veces que la plataforma macabra denominada ‘Casa Blanca” era toda una monstruosa organización para repartir votos a diestra y siniestra para las casas Gerleín, Char y otras de menor cuantía. Aídida prendió el ventilador diabólico y no dejó títere con cabeza, hasta se atrevió a revelar disputas románticas entre dos de los principales grupos políticos que financiaban el entramado. Los amigos más allegados a Alex juran y contrarrejuran que él nunca ´gaillinaceó a Aida. Que tampoco se escondían en la parte trasera de la camioneta de Alex. Que esas son mentiras de la envidiosa oposición.

Con manos limpias

Con el mecanismo de recoger las firmas, de paso, recorre el país,  juega fútbol en Quibdó; baila salsa, toma ron blanco y algo más en los bailaderos de Cali. Regresa a su condición de ‘muchacho alegre y divertido’. Con esa sonrisa de muchacho sano, honesto y honrado, que ha sido siempre calumniado por “contradictores” políticos que a cada instante le sacan el caso del megatanque; del multimillonario dinero que le tiene Héctor Amarís Rodríguez, el popular ‘Osito Yogui’ en paraísos fiscal y en una isla privada que compraron para hacer sus bacanales.

Todo queda olvida. La ruina de los mototaxistas; la desgracia de quienes perdieron sus casitas en Campo Alegre; el jugoso negocio sucio con las acciones de la Triple A vendidas a precio de huevos podridos a Inassa y Reina Isabel II (Todavía los españoles saqueando a este puto país).

En efecto, recoger 355.933 firmas es menos riesgosos de exponerse a incrementar el desprestigio de 20 años de lujuria política.

Ahora no tiene amigos

Según allegados al Alejandro Char modelo 2022, aseguran que no tiene amigos sino seguidores. Sostienen que habla pestes de Álvaro Uribe, de Iván Duque y a Vargas Lleras no lo baja de prepotente amargado.

Lo que demuestra que, de manera muy hábil, Alejandro Char se quitó de encima todos esos bacalaos pesados y hediondos. Quiere iniciar una nueva vida. Como el Alejandro Char que hizo una buena tarea en el escaso año que estuvo de Gobernador cuando, por una demanda que impulsó su padre Fuad Char, tumbó del caballo en ‘Aguas Claras’ a Ventura Díaz Mejía, el popular ‘Caimán Parao’, que por poco lleva a la cárcel a Alex por una pendejada, porque durante una manifestación en Soledad le dijo “Pelo de burra”. Algo que no es un insulto ni mucho menos una ofensa, porque las burras tienen el pelo de ese color.

Ojo Christian Daes, la estatua para Alex

A pesar de todas esas travesuras de muchachito hijo de rico, a Alex Char hay que reconocerle – inclusive, hacerle una estatua más elegante que la del Pibe Valderrama—porque en el corto tiempo en el Gobernación, luego de pasar por el Concejo sin pena ni gloria, con más vergüenza que aciertos enderezó el rumbo de su vida, se dedicó más a  su bella esposa la exreina del Carnaval Katia Nule y sus dos hijos, Ale y Mariana.

Logró que los incrédulos se tragaran sus amarguras. Saneó las finanzas del Distrito. Logró que Barranquilla volviera a mirar a su razón de ser, el Río Magdalena, construyendo un moderno Centro de Ferias y Espectáculos; un malecón hermoso con una urna de cristal que le regaló su amigo fiel Christian Daes, lo que ha convertido esa zona en una hermosa estrategia de atractivo turístico.

Puso en marcha uno de los planes por los cuales más se le admira. Como fue recuperar la salud para los pobres con centenares de hospitales, centros o clínicas de pasos, pavimento calles de barrios arruinados; aceleró la titulación de viviendas para que la gente pobre que por fin tuviera algo propio donde caerse muerto; llenó a la ciudad de modernos parques de recreación y medio ambiente; emprendió una lucha tenaz y exitosa contra los fatídicos arroyos; metió en cintura a los haraganes de Cementos Argos que se volvieron archimillonarios en Barranquilla vendiendo a precio de oro tierras que compraron a precio de  butifarras podridas, haciendo urbanizaciones mezquinas, sin parques, ni arborizaciones, con calles angostas, sin andenes ni jardines. Argos explotó de manera miserable todo un inmenso sector urbanizable sin el menor respeto ni remordimiento por el daña terrible que le causaban al urbanismo y al medio ambiente barranquillero.

Char los metió en cintura y ahora se ve el cambio. Barranquilla es una ciudad de parques por doquier. De hermosos jardines. De Calles anchas, vías peatonales y, como en algunas metrópolis europeas, con ciclo vías por doquier.

Alex Char los metió en cintura y Elsa Noguera y Jaime Pumarejo Heins los terminaron de ajustar. En buena hora. Porque los paisas estaban convirtiendo a Barranquilla en el tugurio de Medellín, después de haber salvado de la quiebra al Grupo Argos, por pésimos manejos. Como la insensata inversión en Hidroituando, debajo de cuyo promontorio de hierro y cemento hay miles de seres humanos sepultados, gente humilde habitantes de Ituango, que fueron sorprendidos en una noche oscura con la caída de toneladas de escombros por pésimos cálculos de ingeniería civil, por la eterna avaricia paisa. Todo ello sin que nadie responda por nada.