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Barranquilla está de luto por la muerte de Joselito Carnaval

Por Chachareros/Fayfa/Fotos María Luisa Espinosa/Video Jennifer Cabana   [video width="640" height="352" mp4="https://lachachara.org/wp-content/uploads/2019/03/2-video-Normalista.mp4"][/video] Muy vistoso fue el desfile de las estudiantes de la Escuela Normal, con mucha alegría y una admirable puesta en escena de los bailes vernáculos. Esta leyenda, que es más vieja que el Carnaval de Barranquilla, es la historia de un parrandero de tiempo completo con una virtud poco común para resistir los cuatro días de las fiestas del dios Momo, bailando, tomando cuanto trago le pusieran por delante, sin jamás inclinar la cabeza acosado por el sueño. Jamás nadie lo vio ‘dormir la pea’ ni sufrir de resaca después de los cuatro días de borrachera. Como era usual en esa época, llegaba en su burro negro de los sectores rurales cercanos a la urbe que apenas empezaba a crecer. Amarraba su cuadrúpedo en unos de los postes del salón de baile, tal como solían hacerlo todos los rumberos que se venían en su burrito de sus casas situadas monte adentro. De ahí que los centros de baile donde se celebraban los cuatro días de Carnaval eran denominados ‘Salón burrero’. Era así de simple. Tal denominación no tenía ninguna otra connotación. [video width="848" height="480" mp4="https://lachachara.org/wp-content/uploads/2019/03/3-Video-Diablos-arlequin.mp4"][/video] Una cumbiamba sobrada de lote, por la plasticidad, por el perfecto movimiento corporal para no perder el ritmo original. Sobre su prontuario, era muy poco lo que se sabía. Se hablaba de que vivía solo en un rancho rodeado de árboles frutales y cultivos de pancoger. Durante años se le conoció como el personaje alegre, mamagallista y parrandero. Amigo de todo el mundo. Respetuoso con las mujeres. Bailaba con todas. Conocidas y no conocidas. “Era un tipo que se hacía querer”, cuenta la leyenda. En alguna ocasión un anciano que envejeció cortando gajos de guineo en la llamada zona bananera, aseguró, después que Joselito murió de excesos de alegría y etílicos, que el finado no era de estas parcelas cercanas de Barranquilla. Aseguró que era de Ciénaga. Y el apellido que nunca usaba cuando le pedían que se identificara, con una sonrisa socarrona respondía: “yo me llamo Joselito Carnaval”. [caption id="attachment_100939" align="alignnone" width="702"] Sin duda alguna, los grupos grandes que desfilaron en los dos primeros días de Carnaval lo hicieron con admirable maestría y disciplina.[/caption] De acuerdo con los testimonios del anciano historiador, Joselito fue producto de un amor furtivo entre una mulata cienaguera y un ganadero de apellido Pardo, oriundo de los montes de Algarrobo y San Ángel. Joselito fue creciendo sin apellido, porque el padre que lo engendró durante un Carnaval nunca quiso reconocerlo. Alegaba que él, en cada Carnaval, dejaba a cuatro y hasta cinco hembras preñadas. Por lo cual nunca le daba el apellido al nuevo retoño engendrado en medio de la euforia carnestoléndica. Y como su mamá le dijo un día: “¿Ajá, mijo, por qué no te pones de apellido Carnaval, porque yo quedé embarazada de ti un domingo de Carnaval”? Y desde entonces todos lo conocieron como ‘Joselito Carnaval’, un personaje que recibe el homenaje póstumo todos los martes de todos los carnavales. Un día que llegó temprano al salón burrero, un compañero de tragos le preguntó: “Joselito, ¿y hoy por qué madrugaste tanto!”. “Porque quiero morir borracho el martes de Carnaval, para que todos los martes de Carnaval me guarden luto y me lloren, aunque sea con lágrimas de cocodrilo”, fue su respuesta. [caption id="attachment_100944" align="alignleft" width="490"] Como era de esperarse, todos los palcos estuvieron llenos durante los días centrales de la rumba barranquillera.[/caption] En efecto, el exceso etílico de aquel Carnaval produjo la muerte de Joselito. Y desde entonces nadie olvida aquel suceso, que tiene fecha fija en el calendario carnavalero, “El martes de Joselito Carnaval”. Por todos los rincones de la ciudad se escucha el llanto fingido de las ‘viudas de Joselito’, que son hombres –jóvenes y viejos- que recorren las calles ‘cerradas de luto’. Con trajes negros de los pies a la cabeza. En el ataúd va alguien que se ha prestado para hacerse el muerto, pero cada vez que quiere tomarse su trago, le hace la seña a su coime para que ponga la tapa del sarcófago que esconde una botella de ron. Como la historia de ‘Joselito Carnaval’ –a quien le han dedicado varios temas bailables—ha calado tanto en la memoria colectiva de Barranquilla, con frecuencia surgen personajes que, escondidos en un disfraz, escapan de la casa abandonando mujer e hijos para gozarse los cuatro días de goce infernal. Hubo un locutor al que apodaron ‘Pepe Borrachera’, porque hacía un programa radial desde un mes antes del Carnaval, y lo peculiar del espacio era que el director-locutor, antes de pedir que le abrieran micrófono, “se clavaba un petacazo de ron blanco. Al final del programa los amigos se lo llevaban a casa cargado, muerto de la pea”.

Recordando a Cécil Alfonso

[caption id="attachment_100946" align="aligncenter" width="696"] Este es el futuro imperecedero del Carnaval de Barranquilla. Niños y jóvenes, quienes a muy temprana edad reconocen lo que valen su cultura y sus ancestros.[/caption] En años más recientes hubo un célebre locutor dicharachero, cienaguero de voz potente, llamado Cécil Alfonso Pardo B. que presentaba un programa carnavalero desde dos meses antes de la fiesta central. Por su facilidad de expresión, el grueso tono de voz y su gracia para inventar cuentos de la vida cotidiana, era el indiscutible ‘comandante de las transmisiones radiales por la emisora La Voz de la Patria de don Clemente Vasallo. La emisora acababa de importar de Italia, de donde era oriundo el señor Vasallo una ‘unidad móvil´´, una camioneta bien dotada de antenas y micrófonos y un techo corredizo para que los locutores tuvieran mayor panorama visual. [caption id="attachment_100945" align="aligncenter" width="699"] Pedro Tapias, mejor conocido como ‘El Dripe’, se sobró de lote como el Rey Momo de la 44. Es uno de los más consagrados percusionistas de nuestros aires autóctonos.[/caption] Para un tercer Carnaval, don Clemente importó una segunda unidad móvil, ya con la experiencia del primer móvil de la “emisora de tonalidad perfecta” (porque todos los hijos de don clemente eran unos privilegiados en el tejemaneje que se requiere para esa proeza de emitir un sonido nítido, sin ruidos molestosos como si fuera una caja llena de cucarachas y ratones, había motivos de sobra para lograr un mejor servicio con una amplia cobertura y, esa sí, ‘sintonía total’. A Cecil le asignaron el trasmóvil recién importado. Llegó a casa eufórico. “Mija, méteme dos camisas, tres calzoncillos y otro pantalón porque don Clemente quiere que no me baje de esa vaina que acaba de importar”. Su mujer, apesadumbrada, le dijo “¡Ay mijo! Cómo te ponen tanto trabajo, sin dormir ni comer. Yo te voy a envolver unos bollos de yuca y unas dos docenas de butifarras para que te mitigues el hambre”. [caption id="attachment_100942" align="aligncenter" width="695"] La bella Sharon todavía pide el biberón antes de dormir, pero cuando su padre, Checo Acosta la monta a la tarima, se olvida de todo. Hasta del tetero. Es el orgullo de su famoso abuelo, Alci Acosta.[/caption] Cuando iba rumbo al Paseo Bolívar, que en esas calendas era la zona central del Carnaval, don Clemente le dio una contra-orden: “vete urgente a Santo Tomás porque la fábrica de licores que nos patrocina quiere hacer mucho ruido en ese pueblo que es muy carnavalero”. “Cómo no, de Clemen, lo que usted diga para mi es una orden”, ripostó Cecil pletórico de alegría y le dio un fuerte abrazo al conductor y al ayudante que le servía de control. Se fueron para Santo Tomás, y lo primera que hicieron fue presentarse ante los representantes de la licorera que estaban allí para “tomarnos el carnaval tomasino…que nadie compre otra clase de ron ni cerveza. Y ustedes no se preocupen. Los vamos a presentar como los mejores catadores de nuestro licor. Y por el regreso a Barranquilla tampoco se preocupen. Aquí tenemos una pensión alquilada solo para todo nuestro personal y amigos como ustedes”. Era sábado de Carnaval. Cecil, alentado con las palabras de que ellos serían los “mejores catadores para que la gente se entusiasme y compre más nuestro licor”. [caption id="attachment_100941" align="aligncenter" width="692"] ¡Qué bueno! En cada versión del Carnaval barranquillero vienen grupos jóvenes, a la prueba de fuego del Festival de Orquestas.[/caption] Así sábado, domingo, lunes y se avecinaba el martes, con la mala noticia que desde el sábado en la madrugada ya Cecil había perdido la portentosa voz. No se atrevía a tocar el micrófono, y en cambio se dedicó a comprobar en público que aquel era el mejor licor que, en su vida, hubiese probado. Fueron tres días de farra, de baile con amigas ocasionales, de comelonas en las fritangas de la plaza del pueblo. Hasta cuando llegó el martes. “Y ahora qué vamos a decir en Barranquilla, si tú no has transmitido un solo minuto”, le preguntó el conductor. “Hombre, no sean pendejos, decimos que el equipo de transmitir vino con un desperfecto de fábrica”. Enseguida brincó el radiotécnico. “¡No, eso ni de vainas! Porque el que va a salir clavado soy yo. Inventa otra cosa en la que nadie sea culpable”. De repente Cécil chasqueó los dedos de su mano derecha…”¡Ya tengo la solución! Tráiganme dos tarros de maicena y una gaseosa”. Se embutió como pudo los dos tarros de maicena con una kola Román, y quedó tan ronco, que apenas se le escuchaba un falsete cada vez que quería decir algo. Recogieron sus motetes, se despidieron de sus generosos anfitriones y se vinieron a Barranquilla. Pidió que lo llevaran a su casa primero “para por fin poder dormir esta pea de cuatro días”. Dos cuadras antes de llegar su hogar pararon antenas, prendieron micrófonos y los parlantes y bocinas para que lo escuchara su mujer, que ya empezaba a preocuparse por la misteriosa desaparición de su marido. No se escuchaba su transmisión. En la emisora Chichi Vasallo, el hijo mayor de don Clemente, le decía que ellos estaban en las mismas. No tenían la menor noticia de Cecil y su equipo. Ya en la puerta de su casa, Cécil sacó la cabeza por el escote del móvil, y, ya recuperada un poco la voz, empezó a narrar “señoras y señores, ¡que proeza la que hemos adelantado durante estos cuatro días sin dormir y comiendo en el móvil porque no podíamos dejar de salir al aire, ya que ese era el compromiso con nuestros patrocinadores. Amigos oyentes, ustedes perdonen que mi voz no sea la habitual, pero es que todo mi cuerpo viene como si me hubieran dado una paliza”. Cuando el móvil frenó frente a su casa, su noble mujer, sollozante de alegría de verlo vivo y no muerto de verdad como Joselito Carnaval, lo abrazó y lo metió a la ducha, lo bañó, le puso ropa nueva y le preparó un caldo con pichones de paloma y arroz de coco.

Los ‘Joselitos’ de ahora

La Fundación de Arte y Folclor del Atlántico (Fayfa) es la que tiene a su cargo este martes de Carnaval de la calle 84, el desfile desde hace 22 años. La cambambería de Carolina se toma el desfile Martes de Carnaval. 5.500 artistas del Carnaval se darán cita para despedir las festividades con el tradicional desfile. *La reina del Carnaval de Barranquilla, Carolina Segebre, presidirá el recorrido con su atuendo de viuda de Joselito. _ Con su cambambería y pura alegría, la reina del Carnaval de Barranquilla, Carolina Segebre, presidirá este martes el desfile ‘Martes de Carnaval’, que desde hace 22 años organiza en la calle 84 la Fundación de Arte y Folclor del Atlántico (Fayfa). La logística y organización se encuentran listas para recibir mañana a 5.500 artistas encargados de engalanar el tradicional desfile del último día de las carnestolendas. Carolina Segebre desfilará con su atuendo de viuda para despedir a Joselito quien, a partir de mañana, se sume en un profundo sueño de 365 días para despertar cuando las notas rítmicas de los tambores y la flauta de millo anuncien el inicio de las próximas fiestas carnavaleras. La presidenta de Fayfa, Soley Del Castillo, manifestó que los 5.500 artistas de Carnaval integran 110 grupos de tradición, comparsas, disfraces y letanías. “Este desfile hace parte de las actividades que realizamos en procura de la salvaguarda del Carnaval de Barranquilla como patrimonio oral e inmaterial de la humanidad. Queremos garantizar la preservación de las tradiciones y, por ello, hemos asumido el compromiso de velar porque las nuevas generaciones identifiquen y participen en las expresiones culturales de nuestras fiestas”, afirmó Del Castillo. Indicó, además, que el desfile iniciará a la 1:00 p.m. desde la calle 84 con cra. 42H. La tradición, la alegría y el jolgorio se tomarán la calle 84 hasta la carrera 64 donde cruzarán para finalizar el recorrido en el Parque de la Electrificadora.

Festival de Orquestas Bodas de Oro

Con más de 5 mil personas en pleno corazón de Barranquilla, la Plaza de la Paz, Carnaval S.A.S., dio apertura a la celebración de los 50 años del Festival de Orquestas, una fiesta diseñada especialmente para ¡Que la baile todo el mundo!   Esta versión número 50, que rinde homenaje al maestro Adolfo Echeverría, inició con las presentaciones de los ganadores de Congo de Oro en Noche de Orquestas, evento realizado la noche anterior en el marco de Baila la Calle, la pista bailable más grande del Carnaval. Son Palenque, Súper Combo Latino, y la salsa de A 4 Varas, fueron las agrupaciones encargadas de poner a bailar y gozar a los asistentes que llegaron desde las 2 de la tarde para vivir está gran celebración musical. El folclor también se hizo presente en esta primera parte de lo que serán las Bodas de Oro del Festival, fue así como la Orquesta Los Corraleros, Los Gaiteros de San Jacinto, la Orquesta de Pacho Galán, la Banda de Nayo y Cumbia Caribe, realizaron un recorrido por la música tradicional del Caribe colombiano, logrando que el público se pusiera de pie y bailará sin parar. La cuota merenguera de la tarde estuvo en manos del Grupo RH Positivo que vino desde Bucaramanga y Kúmbele Orquesta que prepararon una tanda musical llena de mucha energía con banderas de Colombia y Venezuela como homenaje a estos países hermanos, para deleite de todos los asistentes a este evento en el marco del Carnaval de Barranquilla 2019. ‘El príncipe del Carnaval’, Checo Acosta, enloqueció al público con sus éxitos carnavaleros, insignias de nuestra fiesta, su presentación estuvo llena de mucha emoción gracias a la actuación en tarima de su hija Sharon que bailó al compás de las vitaminas, reconocidas bailarinas de su orquesta. Esta gran fiesta de 50 años del Festival de Orquestas seguirá con las presentaciones de La Nómina del Pin, Juan Piña, Poncho Zuleta, Sergio Vargas, Beto Zabaleta, Eddy Herrera, Bazurto, Jorge Oñate entre otros artistas encargados de seguir llenando de buena música esta gran celebración. Recordamos que en esta versión del Festival de Orquestas, no habrá concurso, los artistas y orquestas ganadores de Congo de Oro en la historia del Festival, realizan presentaciones especiales. Para esta ocasión, Carnaval de Barranquilla S.A.S, ha creado una estatuilla especial, el Congo de Oro del #FestiOrquestas50Años que recibe cada una de las agrupaciones y artistas inmediatamente finalizan sus presentaciones en tarima. Así mismo, los ganadores de Noche de Orquestas. Estas Bodas de Oro continuará hasta entrada la madrugada, con la energía del público a mil de revoluciones y con muchas más agrupaciones que se han unido a esta celebración, esto es solo el comienzo del Featival de Orquestas 2019, que tiene muchas sorpresas a lo largo de la noche, con excelentes presentaciones musicales. Extraordinaria presentación de Juan Piña en el Festival de Orquestas, abrió con ‘La luna de Barranquilla’, en homenaje a Esthercita Forero; siguió con un Mosaico homenaje a Adolfo Echeverría (‘Las cuatro fiestas’) y Pacho Galán (‘¡Ay! Cosita linda’), cantado por tres bellas mujeres, y cerró con ‘La tumba catre’, de Pedro Pablo Peña. Al final de la canción, Juan improvisó un coro de ‘Viva el Junior’ que desató la euforia colectiva en los asistentes a la Plaza de la Paz. El eterno ‘Niño de San Marcos’ recibió una salva de aplausos y le entregaron el honorífico Congo de Oro 50 años por su invaluable aporte al Carnaval de Barranquilla. Al final se proyectó un vídeo de Juan Piña, del año 1993, interpretando ‘La tumba catre’. ¡Honores al gran Juan Piña, carajo!
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