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Así se aplica la neurociencia a las empresas de hoy

Entrevista con Héctor Puche, director para Colombia de la Academia de Neurociencia y Educación.

Texto por Gabriel Moncada Figueroa  – Entrevista por Jorge Sarmiento Figueroa

Toda ciencia surge de un cuestionamiento, de la curiosidad infinita del ser humano por entender cómo funciona lo que nos rodea. Pero nada nos ha costado tanto como entendernos a nosotros mismo, y es por el simple hecho de que nuestras emociones influyen directamente en nuestras decisiones e indecisiones, algo que aún no hemos podido comprender y mucho menos controlar.
Es por ello que los doctores, en casos de ansiedad, estrés, entre otras situaciones mentales hoy comunes, por lo general se ven tentados a recetar drogas que eliminan físicamente esas sensaciones en los pacientes aunque prácticamente los dejen también en estado zombie con el fin de que la realidad se convierta en un sueño más, si es que ya no estamos en uno.
Muchos afirman que el único órgano indispensable es el cerebro y que gracias a los avances tecnológicos podríamos llegar a tener nuestra mayor parte del cuerpo con partes mecánicas, al mas puro estilo de Robocop, y uno de los más grandes retos es hacer que lo mecánico se una a lo orgánico de manera «natural», logrando hipotéticamente una prolongación de nuestro tiempo en este planeta.
Hector Puche, director para Colombia de la Academia de Neurociencia y Educación, ANE, visitó su ciudad natal, Barranquilla, para presentar esta organización y explicar en detalle los temas mencionados, que pueden ser usados en cualquier campo puesto que nos habla de la naturaleza humana en su máximo esplendor.
Para el director de la ANE, quien dio su charla esta semana a empresarios invitados por la Cámara de Comercio de Barranquilla, las empresas deben trabajar cooperativamente, no competitivamente. Al competir con nuestros colegas nunca se generará una confianza y comunicación asertiva que permita lograr un beneficio común y que trascienda en todos.
El aprendizaje parte del proceso de consolidación, el cual consiste en darle significado a las partes que unen un todo. Este sería un ejemplo práctico del proceso: 3L 31GN1F1C4DO D3 14 V1D4.
Aunque realmente este código no tenga una coherencia, lo podemos leer fácilmente gracias a nuestras experiencias pasadas que hacen que lo unamos en un todo y lo podamos interpretar. El responsable de hacerlo, por supuesto, es el cerebro, ese órgano maravilloso que ocupa el 2% de nuestro ser corporal pero que consume el 20% de nuestra energía diaria, por su importancia mayúscula.

El cerebro humano y las empresas

«El cerebro es experto en administrar, por eso es un gran ahorrador de energía, pero si lo sobrecargamos él consumirá mucho más de lo que necesita. Por eso en ambientes emocionales pesados, o en lo que hoy se llama trabajar bajo presión, los empleados rinden mucho durante un breve lapso de tiempo y luego caen enfermos y estresados», explicó Puche.
En el mundo empresarial está demostrado que el hacer feliz a los trabajadores aumenta directamente la productividad y por ende los beneficios, puesto que nuestros cerebros tienen esa chispa que hace sobresalir lo mejor de nosotros; lo grave es que en países como el nuestro aún se tiene la mentalidad que el trabajador es un activo más, lo que genera una serie de pérdidas ocultas, puesto que la rotación es alta, generando costos de capacitación, productos defectuosos, debilitamiento en el servicio al cliente y por ende menos clientes.

Neuromarketing

El marketing, la tecnología y la neurociencia van de la mano. Hoy en día, ante los ojos de los que se consideran expertos en mercadeo, somos un pulso más de información que nos conecta y está información puede ser tabulada y analizada con fines comerciales, gracias a que las redes sociales debido a la interacción constante que tenemos pueden deducir con una precisión asombrosa lo que nos gusta y lo que no nos gusta, haciendo que los productos que más queremos nos lleguen a un solo clic. Esto no es casualidad, este análisis se hace gracias a la comprensión en la neurociencia que ha entendido cómo funcionan los impulsos neuronales que ni nosotros mismo entendemos y que nos llevan a preguntarnos el por qué elegimos una marca sobre otras, porqué un producto nos llama más la atención a si sea más caro y posiblemente de menos calidad, e infinitas decisiones más que nos hacen comprar.
Sobre el autor

Freelance Ingeniero Industrial trabajando con @lachacharaco. Apasionado por el Marketing y el mejoramiento de las empresas. Twitter: G9MF
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