Quieren que el IVA aumente del 16% al 18% dizque para salud, pensiones e infraestructura. Y que el 4 por mil se mantenga hasta el final de los siglos. Por esas y otras operaciones se ganan billones.
Por Chachareros y Terra
El sector financiero pidió al Gobierno presentar ante el Congreso de la República una reforma tributaria que provea los recursos suficientes, estimados en 15 billones de pesos, para cubrir los gastos que demandarán la salud, las pensiones y la infraestructura del país en los próximos años.
Luis Carlos Sarmiento Angulo
Para ello, la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), al igual que Fedesarrollo, propone aumentar del 16 al 18% el impuesto del IVA, elevar 3% la tarifa efectiva del Impuesto Mínimo Alternativo Nacional (Iman), prolongar el impuesto al patrimonio, el llamado 4 por mil, gravar las pensiones elevadas, entre otros.
Según observadores con experiencia en el ramo financiero, “precisamente, por el manejo de esos recaudos y ese movimiento impositivo, el sector financiero es que se gana al año cerca de $16 billones. Porque un día que permanezca en una entidad financiera el recaudo del 4 por mil o cualquier otro, significa una considerable utilidad para los banqueros”.
La misma fuente precisa que en cada debate electoral para Congreso y Presidencia el sector financiero invierte billones de pesos que reparte entre los candidatos más insólitos. “Y son los primeros en pedir la ‘mermelada’ por la ‘ayudita económica que les dieron’. Entonces la ecuación es muy sencilla: los banqueros, que son los que ganan más plata en este país y lo dicen ellos mismos a boca llena con el más impresionante cinismo, patrocinan al ejecutivo y al legislativo, que a su vez les devuelven el favor con una reforma tributaria que les permita ganar más plata y, así, tendrán asegurada la financiación de sus campañas hasta el fin del mundo. Y los banqueros seguirán ganándose cada año más de $20 billones. Y en el centro de esta macabra ecuación están los pobres que hacen malabares para sobrevivir con el salario mínimo, los desempleados, los informales, la clase media. Del bolsillo de todos ellos, como son la mayoría, salen la mayor parte de la plata de todos esos impuestos. Por ello, tal como lo dijo públicamente el hombre más rico del país, el banquero Luis Carlos Sarmiento Angulo, su grupo empresarial le entregó cuantiosos recursos a los dos candidatos que pasaron a segunda vuelta, Juan Manuel Santos (el presidente-candidato) y Óscar Iván Zuluaga (del Centro Democrático uribista). Y públicamente también dijo Sarmiento Angulo que su voto sería por Santos».
Según la Anif, el desmonte del 4 por mil, por ejemplo, representa para la Nación una disminución del PIB del 0,8%, mientras que el aumento del IVA aportaría un 1% adicional al fisco nacional. Uno de los analistas a quienes se consultó para esta nota sostiene que «lo que sucede es que casi todos los ministros salen de Hacienda para los poderosos gremios financieros, que están llenos de expertos en finanzas y se ponen al servicio de grupos como los banqueros. Como tienen el conocimiento, tienen el poder. Y como la primera acometida es hacer cabildeo por lo alto en el ejecutivo y en el legislativo, (eufemísticamente ahora llamado mermelada, mote que le puso, precisamente, un ministro de Hacienda, para borrar un poco la fea referencia que se utiliza en Estados Unidos, «repartir el barril de los marranos».
Pero en lo que más insiste el analista consultado es en que «quienes más terminan golpeados por esas mezquinas reformas tributarias son los más pobres y la clase media, cuando debía ser todo lo contrario: reformas que busquen cerrar la brecha, que cada día es más grande. Cada día los pocos ricos que hay en Colombia son más ricos; los de la clase media se van empobrecimiento hasta llegar a nivelarse con los pobres; que ya están en la pobreza absoluta, es decir, en la miseria. ¿Estos exministros de Hacienda, que se convierten en serviles del sector financiero, harán alguna vez en su vida esas reflexiones?».
Juan Carlos Echeverry
Los analistas dicen que rotundamente los exministros al servicio de Anif no reflexionan sobre lo de cerrar la brecha porque eso es «hacer política miserabilista». “A lo anterior se suman compromisos de gasto o el declive del recaudo por la ausencia de descubrimientos petroleros que pueden justificar el remanente de 0,5% del PIB por cuenta de una presión sobre el recaudo. Una vía obvia es prolongar la vigencia de esos impuestos que iban a marchitarse”, explica el exministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry.
Otro de los analistas consultados pregunta al exministro de la colita de caballo, Juan Carlos Echeverry, que «¿no habrá forma de convencer al sector financiero que done siquiera el 10% de los billones que se gana anualmente, para aliviar las afugias económicas de la Nación para que así no tenga todos los años que aumentar el IVA y acabar con el macabro 4 por mil que, cuando lo inventaron, dijeron que era por un año mientras acababan con la guerra que golpeaba al país?. Pero el 4 por mil lo han prolongado in secula seculorum (por los siglos de los siglos, amén).
