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¡Alepo arde! ¿Será el principio del fin?

La que fuera la segunda ciudad más importante de Siria es desde hace cinco años un campo de batalla en el que están atrapados los civiles.

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Aumenta el drama, foto tomada el 20 de noviembre de 2016.

La batalla por el control de Alepo es la mayor en la larga guerra en Siria. Importante para el régimen y para los rebeldes, empezó a la par que la contienda en 2011, pero  se ha transformado en una guerra de desgaste sin vencedores y la población civil como gran perdedora. Los dos bandos están concentrando tropas e intentan por todos los medios apoderarse de esta localidad dividida desde el año 2012 entre los barrios del oeste, en poder del régimen, y los del este, bajo control de los insurgentes.

Este 20 de noviembre los periódicos y noticieros anunciaron uno de los peores bombardeos, que incluyó escuelas y centros médicos, dejando sin atención a los civiles heridos.

¿Quiénes libran esta guerra?

El Ejército de la Conquista (Jaish al Fateh), principal fuerza que lucha contra el régimen que aglutina a una decena de facciones yihadistas y rebeldes apoyadas por Arabia Saudita, Catar y Turquía. Del lado del régimen, la batalla de Alepo corre a cargo del ejército y de las milicias de las Fuerzas de Defensa Nacional (FDN), así como de los combatientes procedentes de Irán, de Irak y del Hezbolá libanés.

Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, explica por qué es importante esta batalla dentro de la guerra: «Se suponía que Alepo iba a ser la Bengasi siria, desde donde los rebeldes harían caer al régimen. Si la pierden completamente, sus zonas en el norte de Siria se encogen. Para el régimen, si Alepo cae, entrará en una dinámica de victoria. Retomar Alepo significa poder rodear a los rebeldes en la provincia de Idleb. Se trata de demostrar su fuerza a toda Siria».

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Cualquier medio es válido para moverse de un lugar a otro y buscar refugio.

Pero no hay palabras para describir la crueldad que se vive en Alepo, el horror que viven los civiles y la que se vive en los centros médicos, es una situación de exterminio de la población. A estas alturas ya no hay cómo atender a los heridos, pero lo peor de todo es cómo están sufriendo los niños, lo dantesco de las imágenes que se observan en los periódicos y los noticieros son más que estremecedoras. Alrededor de 300 personas han muerto en los últimos cuatro días.

En Alepo no se tienen contemplaciones con la vida, casi no queda nada en áreas y  zonas ‘neutrales’ donde deberían respetarse los derechos más básicos de los ciudadanos indefensos, como son los hospitales, escuelas y residencias de ancianos. Nada es respetado. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos cifra en 60 los muertos contabilizados sólo en las últimas 24 horas.

Según los datos, la guerra en el país árabe ha cobrado la vida de más de 280 mil personas, de las que más de 81 mil son civiles y 14 mil niños. Además, otros 4,6 millones de sirios han huido del país a causa del prolongado conflicto armado.

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Escuela en Alepo, bombardeada por los rebeldes en la mañana del 20 de noviembre.

Una gran cantidad de periodistas sirios, que son testigos de la mayor brutalidad y barbarie que ellos han podido observar, afirman que «han decidido atacar lugares estratégicos para provocar la ruptura literal de la ciudad desde su interior».

Quieren provocar la caída de Alepo lo antes posible. En estos momentos en Alepo se vive al límite cuando las tropas del presidente sirio, Bashar al Asad, se han propuesto recuperar a cualquier precio la parte que no controlan desde 2012. Tienen en sus manos el oeste de esta ciudad con un rico pasado histórico.

La red de activistas del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con fuentes en el interior del país, ha declarado que «al menos quince niños han muerto en Alepo durante las últimas 24 horas a consecuencia del intercambio de bombardeos entre rebeldes y fuerzas del Gobierno sirio en la asediada ciudad”.

Es un auténtico infierno lo que vive la población, es la muerte sin contemplación, es el ser humano destruyendo al ser humano, es la barbarie en su máxima expresión, usada para obtener el poder, es la locura mental de los dirigentes obnubilados por tener y dominar más y más tierras. Se puede palpar cuánto enferman las ansias de dominio, y el no dejar atrás las vestiduras de dirigente después de haber dimitido, es como el actor o la actriz que después de representar un papel se quedan imbuidos en el mismo y no se desprenden de él. Pero acá es la máxima expresión de crueldad que un pueblo pueda vivir y son pocos los que se pronuncian ante esta grave y dantesca situación, parece que el mundo se ha deshumanizado.

Cuán importante es la palabra Paz y la lucha por ella, de eso no hay duda, por eso nosotros los colombianos tenemos que aprovechar este momento y no desperdiciarlo, hay que seguir adelante con energía total.

Alepo arde, será el principio del fin.

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Educadora de pre-escolar, con vocación de periodista. Barranquillera y Chacharera, con grandes metas, educando una nueva generación. Móvil 3024019715
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