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Acompañar la tragedia en Blas de Lezo

La tragedia que hemos vivido en el barrio Blas de Lezo, de Cartagena, ha sumido a las familias de las víctimas, a la comunidad y a toda la ciudad, en la tristeza y el desaliento.

Por: Padre Rafael Castillo Torres

descargaToda vida que se pierde nos duele mucho. Todo proyecto que fracasa nos sume en la desesperanza.Independientemente de si una crisis tiene que ver con el peligro al que estamos abocados, con el reto que debemos asumir y con la posibilidad que debemos encontrar, hoy nos sentimos sin fuerzas y sin capacidad de reacción.

Para los familiares de los fallecidos será un camino largo y duro. Por lo general los hombres que trabajan en obras de construcción pertenecen a familias muy humildes dispuestas a hacer lo que sea, menos robar, para poner el pan en la mesa de sus casas. El salario que reciben lo entienden como una ayuda y no como un derecho, por ello les importa poco si no firman un contrato laboral y si no les reconocen sus prestaciones sociales. Ojalá este no sea el caso… pero es lo más generalizado.

Frente a esta tragedia Cartagena no se puede engañar ni mirar para otro lado. Quienes perdieron a su padre, a su esposo o a su hijo, se sienten condenados a vivir de la caridad; sienten el peso de no tener alguien que “se rebusque” para llevar la comida; los heridos, golpeados psicológicamente por el impacto de la tragedia, se irán enfermando más al ver cómo no se resuelven sus problemas de salud ni tienen acceso a unos medicamentos. Habrá rabia y desmoralización.

tragedia_en_blas_de_elezoPero, conociendo la sensibilidad de la ciudad y lo que históricamente ha identificado a la gente de “Blacho” creo que es posible hacer crecer, entre nosotros, la solidaridad. Esta situación dolorosa nos hará más humanos Nos enseñará a compartir más lo que tenemos y no necesitamos. Hará posible que estrechemos los lazos y la mutua ayuda dentro de las familias de Cartagena y las familias de las víctimas. Estoy seguro de que creceremos en sensibilidad. Es posible que alguna familia se prive de algo que necesita y sentirá más la pobreza…pero será más humana. El momento es para crecer en el amor fraterno.

Oportuno que, en la preocupación por estas familias, paremos videos y comentarios en las redes sociales, no hagamos juicios, dejemos el margen propio a las autoridades responsables de aclarar los hechos y ocupémonos de estar al lado de los que están sufriendo.

Para quienes creemos en Jesús y procuramos seguirlo en fidelidad, es bueno tener claridad sobre lo que significa construir: “Hacer algo encontrando los elementos adecuados”. Los invito a que, en estos momentos, busquemos a Dios tal vez con el último resto de nuestras fuerzas, aun en medio de la desesperación y el miedo, tal vez en la angustia y el desaliento. Él se dejará encontrar.

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