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A la Uniautónoma la saquearon

Exfiscal Mario Iguarán Arana pone los puntos sobre las íes. Dice que no hubo el mínimo control para que Silvia Gette Ponce se feriara plata de matrículas de alumnos y el sueldo de directivos y profesores.

Escrito Por: Chachareros

¿Quién tuvo la culpa? Eh ahí la pregunta del millón.

[caption id="attachment_5776" align="alignleft" width="300"]mario7 exfiscal General de la Nación, Mario Iguarán Arana; y Ramsés Vargas Rector de la Universidad Autónoma[/caption]

El exfiscal General de la Nación, Mario Iguarán Arana, quien actúa en calidad de abogado defensor de la Universidad Autónoma del Caribe, no se explica cómo, tanto los controles internos de la institución como el Ministerio de Educación Nacional (MEN) y demás organismos de control de los cuales dispone la Nación, permitieron que se cometiera el más descarado y absurdo saqueo a las arcas de dicho centro académico, tratándose de una Fundación Social sin ánimo de lucro.

Iguarán ofreció una rueda de prensa en el cuarto piso de la Uniautónoma. Se mostró alarmado por todo cuando ilícitamente se realizó allí, bajo el liderazgo con tintes mafiosos de la exrectora Silvia Gette. El exfiscal rastrea la bicoca de un millón de dólares que a nombre de Gette estaban consignados en una cuenta del Hellm Bank en Miami. Un hermano de la encartada sacó el millón de dólares de Miami y lo trasladó a una cuenta privada en un Banco suizo.

Igualmente Iguarán rastrea los bienes inmuebles que Silvia Gette compró a su nombre, con plata de un fondo especial de la Uniautónoma, en Miami, Dubai y Nueva York. En total serían unos 12 apartamentos bellamente amoblados.

Del mismo modo todos los edificios que están alrededor de la Universidad, donde funcionan escuelas de artes escénicas, artes gráficas, cine y televisión, parqueaderos de seis pisos, todos están a nombre de Silvia Gette, como si fuera propiedad particular suya, que a su vez arrienda a precios altos a la propia institución. Esa situación anómala es la que tiene hoy a la Uniautónoma sin flujo de caja para atender sus compromisos sagrados con profesores y personal administrativo.

mario6El desfalco, según expertos contables presentes en la rueda de prensa con Iguarán, podría ascender a los 10 billones de pesos. Además, el fondo de becas adjudicaba estos beneficios a dedo y por amiguismo, según lo señalara la exrectora o la directora del fondo de empleados.

Las compras se hacían a dedo, lo mismo que los contratos y concesiones, que por lo general caían en manos de hermanos, sobrinos u otros parientes cercanos de Gette.

Por todo lo cual Iguarán prepara un amplio portafolio de demandas por asociación para delinquir, abuso de confianza, violación de normas administrativas, civiles, comerciales y penales. Como las actuaciones de los implicados fueron tan descaradas y torpes, existen posibilidades serias de poder recuperar buena parte de lo que se robaron entrando a saco a la Universidad Autónoma como si fuera un botín de guerra.

Sin honor ni causa

Lo extraño, dice Iguarán Arana, es que Gette actuara a sus anchas sin que nadie la detuviera. La respuesta, tímida, que le dio una de las empleadas antiguas de la universidad es que esa señora llegó a acumular todo el poder de la institución. Gritaba. Humillaba. Sancionaba. Destituía. Por todo lo cual era temida y adulada sin pudor. Su poder intimidatorio, su influencia y despotismo trascendía los muros de la universidad y cuando ella llegaba a un sitio público se le hacía calle de honor. Y si algún abusado ignorante del protocolo la trataba de doña Silvia, ahí estaba la voz de la rana de turno corrigiendo: por favor es doctora Silvia Gette, aunque le cueste un poquito más de tiempo.mario8

Pero también ahora se ha venido a descubrir que Silvia Gette Ponce cuando llegó a Colombia, entró como bailarina y sin estudios. No había realizado ni la primaria en uno de los barrios más deprimidos de su Buenos Aires natal. Por lo tanto tampoco realizó educación media, lo que la dejaría sin sustento académico para optar por el título de Derecho que le otorgó la Universidad Simón Bolívar, en un acto de «sapería» de colegaje. Es decir, Gette tampoco es abogada, como no lo sería su abogado Arcadio Martínez.

Iguarán  Arana sostuvo que lo ocurrido allí debe servir de ejemplo hacia el futuro, para que las autoridades del ramo y los organismos de control, sean más severos en la vigilancia de unos dineros que son sagrados para la educación de la juventud, que es el futuro de la región.

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