Por Sonia Márquez
La Llave a lo Desconocido
Todo comienza un 26 de enero de 2024, cuando me dan el aval para ir a buscar unas credenciales que me aseguraban ingreso automático en lo que se convertiría mi primera y gran travesía; sinceramente, en algún momento, llegué a pensar que no me iba a pasar.
El proceso inició con la notificación, un mensaje que me llegó directamente por medio de una persona que hoy en día le está aportando significativamente a mi vida, lo sentí como una oportunidad que cada vez se iba haciendo realidad. Aquellas credenciales representaban más que un simple pedazo de plástico con un papel; eran la llave que abriría las puertas de una experiencia que nunca lo había vivido y que esta vez se dio por ser parte de la prensa. La fecha, 26 de enero de 2024, quedó grabada en mi memoria como el punto de partida hacia lo desconocido y que terminó gustando.
Pasan los días, yo aún sigo asimilando de las cosas que han estado sucediendo, un orgullo interno diciéndome que lo estaba logrando, que estaba dispuesta para esto y mucho más. Cuando pude colocarme la camisa oficial de prensa, me sentí una de las personas más felices, no veía este momento como una camisa, sino un distintivo, que me abría las puertas de forma inmediata por ser prensa, asistir a eventos y vivir aquellas experiencias que solo lo miraba por televisión o celular, a través en mis redes sociales.
Entre el Caos y la Primicia
Llega el esperado primer día, uno de esos momentos que más se gestionaron: la coronación de la Reina del Carnaval 2024. No sabía si lograría obtener mi boleta y acceder al evento, pero finalmente, contra todo, se consiguió. Una sensación de logro me envolvió cuando pude experimentar la comodidad de no hacer fila, ver a diferentes personas que solo los veía por medio de las redes sociales y disfrutar de una ubicación privilegiada durante todo el evento.
La rueda de prensa, un instante donde todos los periodistas se reúnen, se convierte en un escenario caótico. Mi mente queda momentáneamente en blanco al encontrarme en medio de la rapidez por captar lo que dice la entrevistada, la Reina del Carnaval, a escasos metros de distancia, y la multitud ansiosa por obtener la primicia para sus respectivos medios de comunicación. A pesar del caos, resulta impactante presenciar el esfuerzo colectivo de cada periodista por recopilar información y transmitirla mediante los canales correspondientes.
La proximidad con la reina, apenas a medio metro de distancia. La presión se siente en el aire, mientras todos luchan por captar la esencia del momento y asegurar la primicia. Aunque inicialmente abrumador, es fascinante observar cómo cada periodista despliega sus habilidades y determinación para alimentar la información y llevarla al público.
La Batalla de Flores
Llega el tan ansiado sábado, el día de la Batalla de Flores, un evento que he deseado experimentar desde siempre. Carrozas coloridas, comparsas enérgicas y música vibrante convergen en un solo lugar, creando un espectáculo visual y musical. Con mi compañera, nos sumergimos en la tarea de capturar cada momento con nuestros celulares, compartiendo la magia del evento. Entre risas, bailes y la algarabía de la multitud, nos convertimos en narradoras visuales, buscando transmitir la esencia única de la Batalla de Flores a través de nuestros videos, transmisiones y escritos. Este sueño hecho realidad se convierte en una experiencia compartida, donde cada clic captura la entrega de un momento tan especial y diferente.
Tradiciones que Resisten el Paso del Tiempo
En mi tercer día como prensa, la Gran Parada de Tradición se revela como una fusión única entre lo tradicional y mi nueva perspectiva. De cerca observo detalladamente cada traje que ha resistido el paso del tiempo, capturando con mi cámara la firmeza y el brillo de esta experiencia. Esta inmersión personal en la tradición se convierte en un encuentro con la historia viva, donde mi papel como prensa se entrelaza con la narrativa que desfila ante mí. La Gran Parada demuestra que, más allá de la celebración efímera, la tradición está firmemente en el corazón de la comunidad, y mi labor como ser parte de prensa que busca capturar la magia de un evento que trasciende lo cultural para convertirse en una experiencia.
La originalidad y creatividad en la Gran Parada de Comparsas
En el cuarto día, pude presenciar otro evento emblemático: La Gran Parada de Comparsas. La originalidad y creatividad reinaron, creando una fusión de elementos transmitidos de generación en generación, donde lo popular y lo contemporáneo se enlazaron de manera sorprendente. Este desfile demostró que con su evolución, se resalta la importancia de mantener nuestras raíces incluso mientras se innova. La Gran Parada de Comparsas se levantan como un recordatorio emocionante de la abundancia cultural que se nutre de la tradición, adaptándose y evolucionando con el tiempo.
Cierres con Luto y Sonrisas
Quinto día, todos de lutos, pero con sonrisas, se siente y observa, que se disfrutó, que se logró la satisfacción del pueblo. Las calles se tomaron con un velorio que marca el fin de las festividades carnavalescas, rindiendo homenaje a la tradición de como un hombre se goza el carnaval sin descanso y descaro los 4 días, entre bebidas, bailes, y finalmente, cae rendido en un sueño profundo con cuentas por pagar. Las mujeres, con barriga, representan la exageración humorística de los excesos. Lagrimas ficticias aparecen y se despiden con la promesa de regresar el próximo año con aún más energía y entusiasmo.
Más que un luto, fue la culminación de mi trabajo, entregada con todo el amor y pasión. Mostrando mis capacidades y protegiendo lo enseñado durante todos estos años con base en mis principios periodísticos y como barranquillera. Una satisfacción de haber disfrutado, contribuido y difundido la esencia del carnaval barranquillero se convierte en el origen de mi futuro como periodista comprometida con mi comunidad y mi profesión.
