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Terremoto en Europa por la salida de Inglaterra de la UE

Europa apremia a Reino Unido a que solicite formalmente su salida. Los 6 ministros de Exteriores de los países fundadores reclaman acelerar al máximo los procedimientos para dedicarse a reorganizar la Unión. 

Por Chachareros/Cortesía de El País/Por Claudi Pérez/Luis Doncel

Así han reaccionado las principales cancillerías europeas. “El Reino Unido se ha pegado un tiro en la cabeza”. Incendió la casa para salvar los muebles y se quedó sin casa y sin muebles. Merkel considera el resultado “un punto de inflexión” para Europa.

2 Davi Cameron dimitará en octubre

David Camerón será la primera cabeza en rodar. Renunciará en octubre.

Al día siguiente del terremoto británico, Europa reacciona con un diagnóstico unánime: el divorcio entre Reino Unido y la UE será doloroso, pero cuanto antes se produzca mejor será para todos. Los seis ministros de Exteriores de los países fundadores de la Unión reclamaron ayer acelerar al máximo los procedimientos para dedicarse a la mayor brevedad a reorganizar la casa. Bruselas aprieta de lo lindo en la misma dirección, a la vista de que Londres quiere adaptar el calendario a sus intereses. La canciller Angela Merkel, fiel a su estilo, fue más precavida: “No voy a presionar para una salida inmediata”.

Ningún texto legal puede anticipar la creatividad de la historia. El Tratado de Lisboa establece que todo Estado miembro pueda decidir “retirarse de la Unión”: el 52% de los británicos resolvió el pasado jueves que ha llegado ese momento. Pero la cuestión, ahora, es a partir de cuándo: Europa quiere empezar a pactar cuanto antes el divorcio, pero el Gobierno británico se resiste y se avecina un periodo de incertidumbre negociadora que ha causado ya las primeras tensiones entre Bruselas y Londres. El jefe de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, apremió ayer al premier David Cameron para que el procedimiento “se inicie de inmediato”. Los seis ministros de Exteriores de los países fundadores de la Unión se reunieron en Berlín y lanzaron esa misma idea: Reino Unido debería activar las negociaciones “en unos pocos días”, resumió el francés Jean-Marc Ayrault.

Tratan de pasar el trago amargo

1 slider Funcionarios europeos

Berlín / Bruselas De izquierda a derecha, el ministro belga Didier Reynders, el de Luxemburgo Jean Asselborn, el alemán Frank-Walter Steinmeier, el italiano Paolo Gentiloni, el francés Jean-Marc Ayrault y el holandés Bert Koenders.

Los gobernantes europeos tratan de sobreponerse al susto del referéndum con un maratón de reuniones que se prolongará a lo largo de la próxima semana. La cita de los ministros de Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo suponía ayer la primera ocasión para ofrecer una respuesta conjunta a la cicatriz abierta por el Brexit. Los jefes de la diplomacia europea aprovecharon para mandar un mensaje doble. Al socio que se va, que lo haga cuanto antes; a los que se quedan, quieren hacerle más agradable su estancia ofreciendo comodidades a quienes deseen una integración más lenta: la mil veces repetida Europa de varias velocidades vuelve a aparecer en escena.

“Tenemos que reconocer diferentes niveles de ambición respecto al grado de integración y encontrar caminos más apropiados para afrontar estas diferencias”, asegura el comunicado firmado a seis manos. Esta Europa “flexible” que proponen los ministros ya existe en la práctica, en una Unión en la que algunos miembros no participan en asuntos tan importantes como la moneda única o el espacio Schengen. Los Gobiernos del corazón de Europa insisten en ahondar esa vía: la Unión se encamina hacia un núcleo más integrado y una periferia con los países que resisten a avanzar en algunos ámbitos.

Mientras que los dirigentes comunitarios y los Gobiernos de media Europa luchan por acelerar los plazos —el más directo fue el ministro luxemburgués, Jean Asselborn: “No jueguen al ratón y al gato”, exigió a los británicos—, la canciller Merkel insistió en un mensaje de calma. “El proceso [de separación] no debería durar una eternidad, pero no voy a presionar para acortar los plazos”, dijo en un discurso un tanto contradictorio con el de su propio ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier.

La canciller se agarra así al modus operandi que ya usó en toda la crisis del euro: titubear como táctica, no tomar decisiones hasta que sea imperiosamente necesario. En una de las crisis más importantes a las que se ha enfrentado nunca la UE, Merkel no quiere dar un solo paso en falso. Vuelve a la vieja estrategia que ya ha usado en otros conflictos: dejar pasar el tiempo, observar a sus oponentes y tomar una decisión cuando el panorama esté más despejado. Su política, por ahora, es la de la mano tendida. “Las negociaciones deben desarrollarse en un buen clima. Reino Unido seguirá siendo un socio cercano al que estaremos ligados económicamente”, añadió.

Schäuble, demoledor

Frente al tono conciliador de Merkel, otros miembros de su Gobierno se muestran más agresivos. Es el caso del titular de Finanzas, Wolfgang Schäuble, que según un informe de su Ministerio filtrado a la prensa propone ofrecer a Londres un acuerdo comercial de país asociado, similar al que podría tener Turquía. Este trato no demasiado amable —que se resume en la imposibilidad de acceder al mercado único si no se permite la libre circulación de personas— tendría como objetivo tratar de desincentivar a otros países que se sintieran tentados de dar un paso parecido al de Reino Unido. “Europa necesita imperiosamente que cale el mensaje de que salir del club tiene costes”, apunta a EL PAÍS una alta fuente de las instituciones. “Y eso hay que visualizarlo cuanto antes: las negociaciones no pueden retrasarse, no van a retrasarse hasta el otoño”, añaden.

Bruselas quiere pasar un mensaje: Brexit significa fuera, lo antes posible y sin concesiones para evitar que otros países tengan la misma tentación. Mañana, Merkel discutirá si hace suya esa estrategia con el francés François Hollande y el italiano Matteo Renzi, junto al presidente del Consejo, Donald Tusk. Y el martes, en la cumbre europea y con Cameron en liza, empieza el verdadero baile. Esta vez el final se conoce de antemano: esta historia termina mal. En divorcio. Está por ver si la separación es amigable y rápida o se trata de un largo adiós en el que la vajilla puede acabar volando por los aires.

Dimite Lord Hill, comisario británico en la UE

3 Jonathan Hil, en bruselas

El comisario británico, Jonathan Hill, en Bruselas el pasado mes de febrero. Francois Lenoir/Reuters

«Ya dije que en caso de Brexit no me sentiría cómodo. Confirmo formalmente que he decidido dimitir». Jonathan Hill, el comisario británico de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Mercado de Capitales de la Unión Europea (UE), ha anunciado hoy por carta su dimisión, que llega tras la votación en Reino Unido para abandonar la UE. Hill, que asumió el cargo en noviembre de 2014, ha precisado que trabajará codo con codo con el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, para asegurar «un relevo ordenado». Su cartera la asume el vicepresidente Valdis Dombrovskis. «Acepto su dimisión», ha asegurado el jefe de la Comisión, Jean-Claude Juncker, en una breve misiva en respuesta a la de Hill.

El voto británico empieza a tener consecuencias en la política europea. Ya las tuvo ayer en Reino Unido, con la dimisión en diferido del primer ministro, David Cameron. Hill se va, pero también varios eurodiputados británicos han presentado ya o están a punto de presentar su dimisión.

«Como muchas personas en el Reino Unido, lógicamente estoy muy decepcionado con el resultado del referéndum», afirma Hill, que confiesa que le hubiera gustado que su carrera en Bruselas «acabara de otra manera». «Pero el pueblo británico opinó de forma distinta, y así funciona la democracia», constata.

«Al avanzar hacia una nueva fase, no creo que sea correcto que yo siga como comisario británico como si nada hubiera pasado», explica el político tory (conservador), para confirmar que, en consecuencia, ha comunicado a Juncker su decisión de dimitir. Hill agradece al presidente la oportunidad que le dio de trabajar en servicios financieros y de «ayudar a apoyar el empleo y el crecimiento en Europa».

«Vine a Bruselas siendo alguien que hizo campaña en contra de que el Reino Unido adoptara el euro y que era escéptico sobre la UE», explica en su nota de despedida. «Pero me voy convencido de que, a pesar de las frustraciones, nuestra pertenencia era buena para nuestro lugar en el mundo y para nuestra economía», sostiene.

«Lo que está hecho no puede deshacerse y ahora tenemos que ponernos a trabajar para hacer que nuestra relación con Europa funcione lo mejor posible», concluye. El voto favorable al Brexit o salida de la UE en el referéndum del pasado jueves precipitó también la dimisión del primer ministro, David Cameron, que dijo que otro líder conservador debe dirigir las negociaciones para abandonar el bloque.

Aunque Cameron espera seguir al mando hasta octubre, cuando se elegiría otro líder tory en el congreso del Partido Conservador, los dirigentes europeos le están presionando para que active cuanto antes el Artículo 50 del Tratado de Lisboa, por el que se regularía la salida del país.

Éste señaló que cuando asumió su mandato quiso poner a un comisario británico al frente de los Servicios Financieros, que se encarga entre otras cosas de regulaciones del sector bancario y financiero que afectan también a la City, «como señal de mi confianza en el Reino Unido como miembro de la UE». «A mi pesar, esta situación está ahora cambiando. He intentado convencer a Jonathan Hill para que se quede como comisario. Le considero un verdadero europeo y no solo un comisario británico. No obstante, comprendo su decisión y la respeto», ha recalcado Juncker.

El presidente de la Comisión ha destacado que Dombrovskis, ex primer ministro de Letonia, ya coordina como vicepresidente del Ejecutivo comunitario muchos de los dossier clave del área que maneja Hill con otros comisarios, el Parlamento Europeo y el Consejo, tales como la propuesta para crear un sistema europeo de garantía de depósitos. «Con su experiencia, conocimientos y la buena red de contactos entre miembros del Parlamento Europeo, los ministros de Finanzas y de Economía y los primeros ministros, el vicepresidente Dombrovskis es la persona idónea para garantizar la continuidad en la cartera de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Unión de Mercados de Capitales», recalca Juncker.

Hasta que el Reino Unido no salga definitivamente de la UE tras un largo proceso de negociaciones del divorcio, ese país sigue siendo miembro del club comunitario y se tendrán que aplicar todas las legislaciones comunitarias. En este sentido, Juncker está preparado para abordar rápidamente con el primer ministro británico, David Cameron, posibles nombres de candidatos británicos para designar un comisario de nacionalidad británica y asignarle una posible cartera, ha indicado la Comisión. Sin embargo, otras fuentes consideran que ese puesto puede quedar vacante.

El diplomático belga Didier Seeuws será el responsable del grupo de trabajo del consejo Europeo para negociar la salida de Reino Unido de la UE.

 

 

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