Es la primera oficina auxiliar con la que contará el suroccidente soledeño.
Por Chachareros
La Registraduría Nacional del Estado Civil abrió las puertas de una nueva sede en el municipio de Soledad, Atlántico, ubicado en la calle 64B número 10B-03, en el barrio Terranova II.

Inmueble bien dotado en donde funcionará la nueva Registraduría de Soledad. Giovanni Decola es el Registrador allí.
Esta sede es la primera Registraduría auxiliar con la que cuenta el municipio y que beneficiará el suroccidente de Soledad en el que habita el 65 por ciento de la población.
Los barrios que se verán beneficiados son: Soledad 2.000, Las Moras, Manuela Beltrán, Terranova, La Central, Los Cusules, Ciudad Camelot, Villa Carmen, Manantial, La inmaculada, Los Robles, Las Trinitarias, Villa Katanga, Villa Estadio y Ciudadela Metropolitana entre otros.
Con esta nueva sede se busca descongestionar la Registraduría Especial y brindar un mejor servicio a la ciudadanía que requiere realizar sus trámites de identificación. Al frente de la primera Registraduría Auxiliar de Soledad estará el doctor Giovanni Decola Vásquez, muy reconocido en estas lides por cuanto ya fue delegado de la Registraduría y Registrador Especial en Malambo.
Además, es un entusiasta partícipe en cuanto foro se organiza en materia de logística electoral.
Los ciudadanos podrán acudir a esta sede para adelantar sus trámites de inscripción al registro civil de nacimiento, expedición de tarjetas de identidad, cédulas de ciudadanía así como duplicados, renovaciones y rectificaciones de sus documentos de identidad.
Este es un aporte de considerable reconocimiento por parte de la ciudadanía, por cuanto hace rato venían clamando por una sede más próxima a sus barrios, para no tener que acudir al lejano y atascado casco urbano soledeño.
Es de reconocer el esfuerzo que adelanta la Delegación Departamental de la Registraduría en el Atlántico por acercar más al pueblo los servicios que por obligación presta esta entidad. Hay que recordar que en algunas poblaciones lejanas y apartadas del mundo civilizado en Colombia, es una oficina de la Registraduría la una representación allí del Estado.
No es la Registraduría
Y en el caso de las peloteras por las trampas que orquestan ciertos personajes indeseables de la política atlanticense, todo escapa a la Registraduría, pues las presuntas acciones ilícitas se salen de las manos de la Organización Electoral, por cuanto, de manera lamentable, así lo establece la ley, en el sentido de que los escrutinios deben ser adelantados por jueves distritales y municipales y por comisiones departamentales, fuera de la autoridad directa de la Registraduría.
Por ello, los candidatos se asombran que en el preconteo del domingo de las elecciones al final de la jornada, les aparecen todos sus votos, contabilizados y registrados en todos los formularios a su mano, por parte de los miles de cuerpos del jurado. Son tan numerosos. Se les acusa que son perezosos para acudir a las jornadas de adiestramiento, y sin embargo hace su tarea precisa y admirable.
Se trata de ciudadanos del común. Profesionales de la empresa pública y privada. Profesores. Gente honesta, que no se presta para chanchullos. Lo triste es que cuando todo su trabajo honesto llega a las manos de las comisiones escrutadoras, lideradas por Jueces de la República con la ayuda de personal de una empresa externa contratada por la Registraduría para el software y el aporte del personal para digitalizar los resultados, ahí es donde surge la trampa. Lo que no debería ser. Porque es una inmunda vergüenza para Barranquilla y el Atlántico.