
«No crecí en canchas de lujo… crecí en polvo, hambre y sueños que nadie más veía.» ⚽🔥

Vengo de La Guajira, un rincón olvidado de Colombia donde el sol pega más duro que las oportunidades. Mi familia era humilde, muy humilde. A veces, la comida no alcanzaba, pero las ganas sí. De niño jugaba fútbol descalzo, en terrenos llenos de piedras y espinas. No teníamos balones de marca… hacíamos los nuestros con trapos viejos. ⚽🏜️
Cuando me seleccionaron para representar a Colombia en un torneo indígena, muchos pensaban que yo no tenía el físico. «Es muy flaco», «no aguanta», decían. Pero lo que no veían era el fuego que me quemaba por dentro. En la cancha no jugaba solo por mí… jugaba por mis padres, por mi pueblo, por todos los que nunca habían sido vistos. Cada pase, cada gol, era un grito: «Aquí estamos, y venimos por todo.» 🏹🌍

El camino no fue fácil. Viví el rechazo, la burla, la duda. Muchas veces lloré en silencio después de partidos donde parecía que el sueño estaba demasiado lejos. Pero cada lágrima la transformé en entrenamiento. Cada «no sirves» lo transformé en velocidad, en goles, en hambre. De La Guajira pasé a Barranquilla… de Barranquilla a Portugal… y de ahí al mundo. 🚀⚡
Hoy juego en uno de los clubes más grandes de Europa. Pero nunca olvido que sigo siendo ese niño flaco, de pies polvorientos, que un día decidió no dejar que su historia fuera escrita por la pobreza, sino por su coraje. 🌟⚽
«No importa cuán árido sea el suelo donde naciste… si riegas tus sueños con esfuerzo, un día florecerán más alto de lo que jamás imaginaste.» 🌵🏆
–Luis Díaz