El nombre original de la canción es I Know what I know y hace parte del álbum Graceland.
Por Rainiero Patiño Martínez
Casi 30 años tiene de estar dando brincos, saltando de fiesta en fiesta, arrebatando caderas en el medio de improvisadas celebraciones, levantando polvorines en ‘piques’ de bailarines endiablados. Los sapitos (o El sapito) uno de los grandes éxitos musicales picoteros del caribe colombiano cumplirá este año tres décadas de haber salido al ruedo y Paul Simon, el autor de semejante ‘despeluque’ con sabor a África lo celebró con una gira de conciertos por grandes ciudades del mundo y la elaboración de un video documental.
El ‘poder’ de picós tradicionales como El Coreano, El Concorde y El Sibanicú, entre otros, inundaba las esquinas de los barrios. Corría el año 1986 y Simon nacido en Newark, Estados Unidos, se había convertido en un músico venido a menos después de varios éxitos con el dúo Simon & Garfunkel. Luego de escuchar en un viejo casete un par de canciones de la agrupación africana los Boyoyo Boys, a Simon se le ocurrió la idea de mezclar letra y arreglos de la música popular norteamericana con la del continente negro.
La historia es que, inquieto por lo llamativo de los sonidos, Simon decide visitar al presidente de Warner Music en esos días, Lenny Waronker. «Me puso el casete y preguntó si Warner tenía a alguien en Sudáfrica que lo pudiera ayudar a llegar a estos músicos. Le dije que no necesitaba viajar, que podíamos hacer todo eso en Nueva York. Paul me miró extrañado y me dijo: No, no, no… Me voy a Sudáfrica», dice el ejecutivo en el documental The story of Graceland, según una reseña del diario El País de Montevideo.
De ese modo el inquieto Paul graba en Johannesburgo con la colaboración de grandes figuras sudafricanas como Miriam Makeba el álbum Graceland, del cual hace parte I know what I know nombre original de Los Sapitos. Retando el bloqueo al que la comunidad internacional tenía sometida a Sudáfrica debido a los problemas de racismo generado por el Apartheid, la grabación sacó a estos músicos del anonimato, los convirtió en grandes estrellas y puso a Simon a encabezar las grandes ligas musicales del mundo.
Picoteros expertos dicen que Los Sapitos llegó a las verbenas de la costa norte colombiana un par de años después. De inmediato y gracias al pegajoso corito (“ohh, ohh, ohh, ohh”), que suena como canto de pequeños anfibios, se convirtió en un éxito popular del goce de bailadores. Las parejas y los solitarios la danzaban a lo largo y ancho de la pista, incluso con pequeños saltos que simulaban el movimiento del animal. Del álbum Gracelan también hacen parte otros éxitos mundiales, como “You Can Call Me Al” que también suena en los picós y en las discotecas del mundo.
Aunque nada tiene que ver el nombre dado a la canción con la historia que cuenta la letra de la misma, aunque Simon jamás habría imaginado que ese experimento musical se iba a convertir en un éxito de bailadores arrebatados, del que se vendieron más de 14 millones de copias y por el cual recibió dos premios Grammy, Los Sapitos es y será uno de los himnos verbeneros de todos los tiempos, por eso grandes y chicos lo reconocen. Con solo oír su corito, la pista salta de alegría.
Aquí el video clásico de la canción, con letra incluida:
