
EL COMENTARIO DE ELIAS por Jorge Guebely
Amo a los poetas de mi tierra, transgresores de la ruina social. Condenados, transitan diariamente las galerías de un laberinto gris, transportados por una nostalgia de patria original.
Deambulan con almas libertarias. No soportan tanta fuerza bruta, tantas muertes, tantos disfraces, tantos artilugios, tanta banalidad… En la cima del cansancio, descubren orificios para fluir poemas, escapan de la máscara para adherir al rostro. Expulsados del flujo profano, se reconcilian fugazmente con el universo.
Lo devela Rubén Darío, sus habitantes nocturnos, durmientes del parque y La Toma, reviven interiormente: “… cuando te cansas / de vivirla (ciudad) por tus avaros afanes.”
Luz Dary Torre metaforiza la caída en el fondo de su ecuación humana: “… para liberar lo más profundo de mí misma / y hallar la promesa del oscuro y profundo / la radiante certeza de la luz.” De vida, agregaría yo.
Yesid Morales se funde con el paisaje tropical: “Seduce la luna con su forma circular y blanca / Sugiere un poema sin palabras.”, para mitigar la ausencia del amor ido, se percibe sólido inmerso en el Todo Ana patricia Collazos revela la muerte humana de una niña, de la niñez, ley de una sociedad deshumanizada: “… y sigue sufriendo / – y te siguen matando – / sin que el mundo lo sepa.”
José Onías Cuéllar dialoga con la energía intrínseca del universo, motor inmóvil según Aristóteles, origen la vida: “Las nubes se despidieron de mí / el sol me habló al oído, / me dijo que te escribiera.”
Julio César Medina canta a su jardín interior pleno de flores, estando enferma la de la libertad: “Muy presuroso corté las ramas / que aprisionaban su libertad / ahora vive / iluminada / en un jardín de fraternidad.”
Guillermo Martínez canta a los árboles urbanos que: “… fueron abandonados por el bosque.”
Luis Ernesto Luna declara poéticamente: “Aquí no hay esperanzas. / Se piensa en escorpiones, / se camina a la noria, / – silencio es el dolor –“ Ángel Sierra Basto denuncia la gris existencia poblada de horas como pulpos: “Como los pulpos que venció Girard / bajo la roca de “Quien-duerme-muere.”
José Eustasio Rivera, enamorado del eterno absoluto, declara: “… cuando en la paz sin límites al Cosmos interpelo, / lo que los astros callan mi corazón lo sabe;” “La vida está en otra parte”, afirmó, Rimbaud. Sugirió también “No cantar más que lo que está más allá de las ruinas.” Las ruinas humanas del cuerpo social y su alma en ruinas, aclaro yo.