Desde hace meses tenía ganas de entrevistar a Juan Pablo Compaired. Supe de él por un artículo que el diario Clarín le publicó, por un logro demasiado auténtico: Dejar de fumar usando al arte de coartada. Elaboró una viñeta por cada día en que pasaba sin fumar.
Por Jairo Castañeda
¿Cómo empezó todo? ¿cómo se te desarrolló esta habilidad?
Mi padre fue un viñetista reconocido en su época, un personaje renacentista al que no se le tiene en el lugar en el que debería estar. Su pseudónimo era Kalondi (no hay tanto material de él on-line). Tengo la deuda de rescatar su trabajo, como se mudó muchas veces fue dejando originales por el camino y no es fácil recopilar todo lo que publicó. En mi casa se dibujaba, pero yo, para hacer lo que no hacía mi padre, me dediqué a la música desde los 15 años, al ver que con eso ganaba más que con lo que estudiaba. Soy saxofonista, pasé por varios estilos: Rock, pop, jazz, música clásica, para películas o publicidad. Y hoy vivo de eso. Hice recién una Banda sonora para la serie netflix “Fugitiva” y películas: “las puertitas del señor Lopez”, entre otros.
¿Y con los dibujos?
Siempre dibujé garabatos, no puedo estar quieto. En un momento a mis hijos se les rompe el iPad, cuando me lo devuelven viene lleno de Apps y al ir borrando percibí una que no parece infantil, probé con el dedo y dije “esto es maravilloso, ¡Waoo!”. Esto coincidió con el auge de los debates en redes sociales, peleé con un amigo y decidí publicar manifestándome con un dibujo cuyo mensaje era: “todo el mundo se pelea por las redes sociales”. Y a la gente le gustó. Hacía un dibujito de vez en cuando, y todos empezaron a decir “tenés que hacer un libro”, yo respondí: ¿cómo lo voy a hacer con apenas 20 dibujos? esperá que pase un año y tengo más para elegir. El otro día en radio revelé que la mayoría de dibujos los hacía en el inodoro y publicados inmediatamente. Se sumó más gente que te sigue, con un promedio 200 a 300 compartidas, se viralizaron un montón hasta que Facebook se dio cuenta y dijo: “si no paga, no lo vamos a dejar”. Y ahora si está compartido 4 veces, es un éxito. Una vez sí le pagué a esta red social para un evento que promocionara mi recital y presentación del libro. Evidentemente el negocio de las redes es que te mantengas pagando para subirte el autoestima y que te sientas querido. En Instagram también de repente me empezaron a bajar las interacciones y corres el riesgo de preguntarte: ¿qué estoy haciendo mal?
¿Cómo se llama tu libro?
Tal como se llama la página en facebook <¿Quién es JPC?>. Agregando al tema sobre las redes sociales, hay mucho dibujante cuyo crecimiento no podría ser natural, y pagan por una cuestión de narcisismo o de auto-amor. Estoy desarrollando un par de personajes para molestar, que toquen los huevos sobre las cosas que pasan en la realidad. Si lo hago yo directamente me van a odiar más de lo que ya me odian.
¿En qué tema te gustaría que esos personajes rayaran?
Con el imperio actual de corrección política y pensamiento único, desarrollo de ideas: que si estás en contra sos conservador malo, facho, nazi y derechas. Hoy ser status-quo es ser de izquierda y ser contra-status-quo es ser derecha ¡una cosa absolutamente ridícula! propio de un mundo esquizofrénico. Vivimos en una era de simplificación: si estás en contra de uno, estás a favor del otro, no hay grises. Es triste ese pensamiento binario, de malo o bueno.
Retomemos el cómo saliste de la adicción, la veo como una tesis que señala: “en la rehabilitación hay cabida para el arte”. Después del artículo del Clarín (Léelo acá) ¿qué impacto tuvo esto?
El impacto fue muchísimo después, luego en Facebook vi los comentarios sobre el artículo. Todo surgió por una invitación al congreso latinoamericano de medicina respiratoria, el álbum llegó a médicos y al presidente de esa asociación. Me pidieron que viniera a hablar exhibiendo una gigantrografía de mis dibujos. Conversé con especialistas en tabaquismo, psicólogos que estudian la sustitución del tabaco por otras cosas y aseguraron que todo eso era tal cuál le pasaba a sus pacientes.
El álbum, conformado por los 365 dibujos, me ayudó a mí. No sé si a otra persona le interesa seguirlo cada día. El gran impacto fue en el momento, porque sí hubo gente que se enganchó, esperando el dibujo del día siguiente porque le daba la pauta que yo no había fumado, y la persona estaba en el mismo camino. Me escribían por privado: “dejé por una semana y te voy a seguir”. Me daban aliento: “no aflojes, estoy con vos”, me decían. Hacer los dibujos fue como pararte en un grupo de auto-ayuda y decir: Hola mi nombre es Juan Pablo, soy fumador y quiero dejarlo. La exposición social te genera un compromiso y es el mensaje que quiero transmitir con el diario: es difícil hacerlo solo, mucho más fácil es estar acompañado. Además que se los prometí a mis hijos (no es que fuera un anti-tabaco porque toda la gente a la que yo admiraba, fumaba) y para lograr esa promesa tuve que hacer un compromiso social. Ante esa idea no querés defraudar, como un tipo que se propuso algo y no lo logró.
El día 100 puse: ¿Qué hago? ¿paro o sigo? y un médico señaló la estadística de reincidencias: que las posibilidad de volver después del día 100 en una adicción era más alta (10 veces más) que después del año. Me comprometí a llegar a la meta y cuando vienes a ver ya te disciplinaste. Ya ahí es más difícil volver y ahora que veo los recuerdos de Facebook tengo claro hace cuánto dejé el tabaco.
Y pasaste de una adicción a otra adicción: la del dibujo
Y esta es menos nociva. Los que tenemos personalidades adictivas, tendemos a engancharnos a cosas. Si no es el dibujo va a ser la comida, si no es la comida, cualquier otra cosa. Es una adicción rara porque tampoco me muero sino hago un dibujo. El hecho de tener algo en la mano un lápiz es parecido a un cigarro, simbólicamente representa a un falo.
Me vas a dar el nombre de la App con la que empezaste, porque soy un dibujante frustrado.
Se llama “Sketches”. Pero nadie es dibujante frustrado. Yo no dibujaba para no compararme con mi padre luego me di cuenta que era un tonto porque si me divierte hacerlo, lo hago. Yo como músico estaba en un bache creativo muy importante. He sido premiado, he ganado becas y no puedo salir con cualquier cosa. Nada de lo que componía me gustaba, pasaba horas y decía “esto no es lo suficientemente bueno”. En cambio en el dibujo, que es el campo de otra gente, lo que hago lo publico sin filtro: lo que sale, va, no importa si son buenos o malísimos. Eso me ayudó a la parte creativa de la música. Basta de estar buscando esa auto-aprobación de “tengo que ser mejor de lo que yo pienso que soy”. Me ayudó a desprender de esa represión, de ese mandato de tener que hacer algo impresionante. Por eso te estimulo a que hagas el dibujo, nunca te pongas bola, que venga otro y te diga que dibujás mal, no vos.
¿Cuáles son tus influencias? ¿Gente como Caloy, Tute, Crist Reinoso?
Crist era amigo de mi papá. La influencia más fuerte es mi papá ya que lo veía todo el tiempo. Quino también era amigo de mi padre, trabajaban juntos, de hecho yo salgo en una Mafalda, fue mi momento de gloria en la vida. El encargo para la marca de electrodomésticos, de la cuál se desprende Mafalda, se lo dieron a mi papá en la agencia publicitaria y él dijo estar muy ocupado.
Había otro muy bueno llamado Sansol, Libura, yo me crié leyendo una revista llamada “humor registrado”, otra llamada “satiricón”, el “tía vicenta”, el perich, peanuts, me llegaban a casa. Los dibujos de Mordillo me parecían alucinantes. Me gustaban más aquellos donde el chiste estaba en el dibujo y no tanto en el texto. Ahora el chiste está en el globito, lo que uno le dice al otro. Como Quino de página entera, no Mafalda, tiene unos en donde el dibujo es el que manda. Mi papá decía que Quino era un tipo muy trabajador del detalle, rayita por rayita. Con mi padre hicieron una revista llamada “cuatro patas” finalmente censurada por el gobierno.
Tengo en mi casa el “Todo Mafalda” y también tengo muchos de Fontanarrosa, una mente brillante
Un crack. Bueno ese tipo para mí era superior, tengo un par de originales suyos y me impresiona cómo trabajaba el entintado, era un trabajo chino porque no habían tablets como hoy en día. Soy fanático de sus libros, yo he llorado de la risa con sus historias porque te la va contando mientras te tiene al borde de la silla, sabiendo vos cómo va a terminar, igual divirtiéndote, tremendo. Un tipo muy completo: guionista de Les Luthiers, publicista, hizo de todo.
En una viñeta coincidiste con un tema que trata Alejandro Dolina. Esa en la que un personaje está escapando de los problemas, piensa que mejor probar en la otra puerta y no sabe que son más grandes los que están detrás de la otra puerta.
Con él tengo una relación rara, yo era fanático de chico por el programa de radio. De 1 a 3am me quedaba tarde escuchándolo, me leí sus libros, “el ángel gris”, con él me separan cosas ideológicas. No me parece que haya madurado bien, no estoy de su mismo lado filosófico ni político, lo respeto, ingeniosisimo. Pero alguna de las cosas que dice ahora no me resultan simpáticas.
Las ideas están ahí son de todos, no sé si haya una coincidencia con algo que haya dicho él. Me pasa que veo dibujos de otros y digo “paren de afanar” porque son cosas que yo hice antes, pero uno no puede atribuirse la idea porque la gente llega a esas ideas por distintos caminos. En la del ex-fumador, hay un tío fumando y prende el cigarro con una cerilla, en realidad es una mecha que va a su interior, conectado a una bomba. Un amigo me manda una muy parecida, con un estilo diferente y el personaje mirando para el mismo lado. Juro que no la vi antes.
Lo que decía Dolina, entrevista por Fantino en la TV, es: «cuando el hombre escapa del infierno, en busca de un nuevo Cielo, puede que llegue al mismo viejo infierno renovado con engaños distintos».
La idea de mi dibujo es que uno no sabe nunca por donde se mete y el hecho de cambiar de lugar no es lo que te soluciona el problema. Era bastante auto-biográfico, me fui de Argentina porque todo estaba hecho un lío y hace 2 años me fui de Barcelona por los nacionalistas, no se podía vivir más ahí. Llegué a Madrid y los problemas siguen estando ahí (los nacionalistas), ahora a 600km de distancia, pero están.
Me molesta esta época de aforismos en donde todo se resuelve con frases ingeniosas, que son fáciles de fabricar pero que no tiene mucha entidad. Hace poco hice la viñeta del hombre al que no le funciona el paracaídas, porque me tienen podrido con eso de “siempre te podés reinventar, todo es una oportunidad” y, a veces, no todo lo es. Fracasar es fracasar, si se te rompe la cuerda del paracaídas, te vas a hacer pelota. Asumílo porque ya está. Si vos vivís en Alepo (Siria) y alguien te dice “aprovechá esto para ver el lado positivo”, ¿está loco? me acaban de demoler la casa con una bomba y vos quieres decir que me reinvente, que es una oportunidad para hacerme albañil. Con las frases dolinescas pasa un poco esto, lo que pasa es que no son todas de auto-ayuda, muchas son del lado sufrido-intelectual, algo más crítico. A eso voy, los aforismos no es lo que salva sino los hechos concretos. Cuando se arma la red de ayudas, por el diario del ex-fumador, ahí no hay frases, hay una cosa real. Si la gente te dice “vamos” ahí no hay frases, lo que hay es la actitud. Puede haber frases motivadoras dentro de ese contexto pero si no está el caso real, el hecho concreto, las frases quedan en el aire y no sirven para nada.
Te entiendo porque mi ciudad tiene 2 millones de personas y 10 millones de coaches
Yo soy coach de verdad, la gente a veces no sabe que es en serio. Me di cuenta que es una trampa después. Mi terapeuta me indicó que yo podía ser un buen coach, por la creatividad, me recomendó un curso y lo hice. Al principio lo fui creyendo, cuando empecé a escarbar ufff lo que encontré ¡sáquenme de acá mañana!
Cuéntame ese caso de cuando te cancelaron una publicación a lo que llamaste «la dictadura de la corrección política y digital», ¿Qué opinas de eso?
Lo que te decía antes, la estupidización mundial es tremenda. Te lleva esto a que no hay grises, no hay lugar para el humor. En ese caso me censuraron un bolero llamado “muérete” (Escúchala dando click) en la que el personaje le desea la muerte a su ex, pero no que la va a provocar él sino una muerte fortuita. Que se le caiga un piano encima o que la pise un coche, el personaje es un hombre y empezaron con lo de la violencia de género, hace años lo pasaban por la radio y no pasaba nada, ahora te denuncian y no tenés posibilidad de replica, no hay una ventanilla en donde uno se pueda quejar, hay un email y no te contestan. Hay una perdida de libertad importante con esto de qué es lo que se puede decir y lo que no. Si no podés decir algo diferente, se pierde el debate y empieza a existir una especie de pensamiento único. Ni siquiera establecer duda sobre lo que te plantean como una verdad absoluta, no sé quien instala las agendas poltíco-culturales pero no parecen de una forma natural sino manipulada.
Dime alguna crítica que hayas recibido y en su momento supiste reaccionar ante ella
En general cuando me critican tardo mucho tiempo en reaccionar, soy de esos que se va pensando “uyy debería haber dicho tal cosa”. En el último tiempo he dejado de hacer viñetas con burlas al feminismo, me considero que tengo un humor misógino, hay material allí para rascar; sin justificar ningún tipo de opresión. Allí no hay respuesta que des que vaya a satisfacer, por ejemplo, hubo un chiste con la Virgen María: algo así que ella no había dado su consentimiento, entonces por un lado me atacaron las feministas porque “el consentimiento no pasa por allí” y luego las católicas que cómo me meto con la Virgen. Y quizá no se leyeron la Biblia, si vos lees a San Mateo o San Lucas, que son los que hablan de este tema, en uno da un consentimiento porque es un hecho consumado y en otro dice “soy esclava del señor”. Vos le planteas esto a un católico y se ponen más musulmanes que los musulmanes. Cuando le tocas alguna fibra, se te vienen al humo de a 20. Con los géneros y las religiosos pasa esto y me da un poco de miedo porque atacan por privado, considerando lo Charlie Hebdo.
¿Aceptarías participar de un proyecto en donde muchas personas quieran, a través del dibujo, superar sus adicciones?
No sé de qué manera podría colaborar pero si puedo hacerlo, sí, en la medida en que yo tenga tiempo. Está buenísimo cuando te vienen con una propuesta para que ayudes porque muchas veces uno quiere y no sabe en qué medida yo podría ser útil. Aunque lo del dibujo lo veo como algo muy personal, esa fue mi manera, no sé si esta sea la manera para otro. Lo que sí creo es que la persona debe encontrar una actividad que pueda hacer regularmente, que de alguna manera ocupe su espacio mental y le genere disciplina, constancia, seguro va a ayudar. Es muy difícil ayudar desde el punto de vista de decirle qué es lo que tiene que hacer, pero si se armara un grupo en el que las personas están comprometidas a publicar cada día algo, el hecho del seguimiento para que digan: ¿hey donde está Juansito que hoy no publico nada?
Algunos apartes de la entrevista:
Algunas viñetas de su diario ex-fumador: