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Juan Guillermo Cuadrado, de la pobreza a coleccionista de scudettos

La  gran huella que dejó Iván Ramiro Córdoba en el Calcio con el Inter de Milán es el registro que ya iguala Juan Guillermo Cuadrado:5 Scudettos

Por: Francisco Figueroa Turcios

Juan Guillermo Cuadrado, cinco scudettos en Italia

Iván Ramiro Córdoba, ganó cinco ligas consecutivas entre las temporadas 2005-06 y 2009-10  que lo mantuvieron como el colombiano más ganador del Scudetto en el fútbol italiano.  Ahora,  Juan Guillermo Cuadrado lo iguala también con el quinteto ininterrumpido, con 10 años de diferencia, alcanzando los títulos entre las temporadas 2015-16 y 2019-20.

Juan Guillermo Cuadrado,  fue pieza clave para el noveno scudetto consecutivo de la Juventus y quinto en la Serie A para el jugador colombiano. El éxito de Juan Guillermo, es producto de la tenacidad, el sacrifico, duras jornadas de trabajo… y salvarse de violencia en la zona del Uraba antioqueño.

Juan Guillermo Cuadrado y Marcela Bello

Juan Guillermo Cuadrado, aprendió a ser un hombre de éxito a través de su dura infancia marcada por los horrores de la violencia . Fue testigo de cómo mataron a su padre  en  plena disputa  entre la  guerrilla de las Farc y los Grupos de Autodefensa, cuando solo tenía 5 años de edad.

El 29 de Junio de 1992  Juan Guillermo,   escuchaó el zumbido de las balas de las metralletas,  y como siempre corrió hasta la cama, se metió debajo y esperó. El llanto de su madre, Marcela Bello, lo hizo salir del escondite. Caminó hasta la puerta y entonces vio a  su progenitor Guillermo Cuadrado tendido en el piso. A su alrededor las cajas de gaseosas que el repartía en un camión de Hipinto, se regaban en el suelo polvoriento confundiéndose con la sangre.

Marcela Bello, madre de Cuadrado hizo lo imposible para inscribir a su hijo en la escuela Mingo de Necoclí, para pagar la mensualidad que era de ocho mil pesos, ella viajaba entre semana a Apartadó para trabajar lavando y empacando bananos. La muerte de su padre, fue el principal detonante para que Juan Guillermo Cuadrado, se fijara la meta de triunfar en el fútbol para recompensar a su madre por todo el sacrificio que hizo por él..

Agustín Garizabalo y  Nelson Gallegos, dos ángeles

Fracy Garcia entrega el  trofeo de subcampéon del Torneo  Asefal  a Juan Guillermo Cuadro 

La historia del seguimiento que el hizo Agustín Garizabalo a Juan Guillermo Cuadrado tuvo como testigo mudo el estadio Moderno ´Julio Torres´ de Barranquilla en el año 2000.  Garizabalo se le acercó a Deninson Rivas, uno de los técnicos de Manchester de Urabá, equipo infantil que había disputado la final ante Asosucre.  El juego fue por demás muy intenso, con resultado 1-1, lo que obligó al cobro desde el punto penal.

«Aproveché que el Daninson  Rivas se quedó apartado, pensando quizás en cómo se les había escapado ese título de las manos, cuando todo el mundo daba a su equipo como favorito. Aquel campeonato Asefal, tuvo la particularidad, de que, uno de los mejores equipos invitados, el Manchester, había sido adoptados, no sólo por los familiares de los niños participantes, como se acostumbra, sino por todo el pueblo, con el alcalde (Wilson Durán) a la cabeza, quien, seducido por las piruetas de un aprendiz de mago como lo era Juan Guillermo Cuadrado,

Y ese era el motivo de mi aproximación, quería investigar quién era en realidad quien era Juan Guillermo Cuadrado, que había prodigado tanta felicidad ese día y durante todo el torneo. Uno de los métodos que utilizo para orientarme hacia un jugador ofensivo es precisamente dejarme seducir por pilatunas que me causan mucha risa. Cuando se trata de un defensa prefiero inclinarme mejor por su seriedad. Y ese día me había reído de lo lindo con las pillerías del negrito de pelo ensortijado.

Juan Guillermo Cuadrado

Deninson Rivas me comentó cómo eran las cosas: De Urabá armaban una selección, a la que ponían a competir en diferentes torneos del país, y la persona que manejaba al chico que a mí me interesaba era Luís Gabriel Ayala, quién prácticamente lo tenía a su cargo, que hablaría con él y con mucho gusto seguíamos en contacto, que como no, me dijo con mucha amabilidad, pero que no me olvidara de que en esa región había muy buenos jugadores, y que, además, también los acompañaba nadie menos que Luís Enrique Salinas, mejor conocido como “El Pantera”, un personaje que había llevado a varios muchachos al fútbol profesional.

Algunos meses después, Nelson Gallego, director de las divisiones menores del Deportivo Cali, viene a Barranquilla a una actividad de veeduría que yo le había organizado. “Es la oportunidad para que vean al pelaíto (Juan Guillermo Cuadrado) – Le digo a la gente de Urabá – ¿Será que es posible traerlo?”. Quien se encargó de esa quimérica empresa fue el propio Deninson, y cuando llega a la cancha del club Johann, en Sabanagrande, y Nelson Gallego lo ve, no pudo menos que lanzar una expresión de asombro o de burla, quién sabe, diciéndome en voz baja que yo estaba loco. Cómo hacía venir a ese bebecito tan escuálido y frágil, en un viaje tan azaroso, de un lugar tan lejano, que por algo le dicen Neco, al infante que ese momento estaría por los 13, porque llegaba de Necoclí, un pueblito remoto a dos horas de Apartadó.

Bueno, el chico de todos modos alcanzó a jugar unos minutos, trazando en la cancha un par de atrevidas gambetas que hicieron divertir a Nelson, quien, ya se sabe, es amante de este tipo de jugadores geniales. Pero, aparte de una que otra broma, molestándolo por su audacia y por su exiguo peso, todo quedó ahí. Volví a ver a ese equipo y a su figura estelar, varios meses después, en el torneo Nacional de Escuelas en Sincelejo.

Juan Guillermo Cuadro

Allí ocurrió una exageración: Juan Guillermo Cuadrado no sólo se llevó el trofeo del mejor jugador del certamen, sino también el de goleador, cosa que no es usual en este tipo de torneos, entregarle dos trofeos al mismo jugador, pero después de una fuerte deliberación, la comisión técnica estuvo de acuerdo por unanimidad.

Corro enseguida a llamar a Nelson Gallego: “Profe, usted no se imagina: acabamos de ver acá en Sincelejo una demostración de lo que es un crack, tenemos que ayudar a ese pelao, profe, no sería justo que se perdiera un chico así”. Gallego me dice que organice las cosas, que sería importante llevarlo a Cali una temporada, trabajarlo y mirar qué se podía hacer. Agregó algo que después me repitió varias veces en el transcurso de nuestra relación profesional, un concepto que siempre me llenaba de mucha confianza y seguridad para realizar mi trabajo: “Yo le creo es a usted”- dijo.

Al año siguiente se juega en Cali la segunda versión de la Copa Afisa, organizada por el Deportivo Cali. Urabá participa con su club Estrellas 2000 de Urabá, y los profesores John Bernardo Ochoa y Carmen Elena Arroyabe se llevan a Juan Guillermo Cuadrado  como refuerzo. Llegan en su rocinante bus a la media noche después de casi dos días de viaje. Yo estaba en Cali, pero me había quedado en Casa Hogar porque no pude hospedarme en el apartamento de Gallego, como otras veces, ya que Nelson atendía a unos excepcionales amigos del fútbol: Mario Agudelo y Bernardo “Cunda” Valencia.

¿Cómo hicieron Luis Ayala y Deninson Rivas para que Juan Guillermo Cuadrado llegara directamente al apartamento de Gallego? Nunca supe. Lo cierto es que el aprendiz de mago se apareció en la puerta y, siendo atendido por Jairo Mosquera, un chico jugador de fútbol que entrenaba esa temporada en Cali, lo convenció de que ya todo estaba pactado, que todo bien con el profe, que vine porque él me dijo.

Al rato llega Nelson con sus huéspedes y Jairo le cuenta que hay un niñito ahí que vino, que usted y que lo invitó y que tal. Gallego que venía con sus guaros encima, nochecita de conversa y tangos, sin saber con quién estaba tratando, levanta al chico a interrogarlo, que quién es usted señor y Juan Guillermo  llorando, que usted dijo, que yo no dije nada, que usted me conoció en Barranquilla, que yo no me acuerdo, lo dejo aquí por hoy porque es muy tarde, pero mañana busca a donde irse, mijito, qué chimba.

Al día siguiente el debut fue pleno de destellos y el “Cunda” Valencia y Mario Agudelo, quedaron sorprendidos, no esperaban aquel derroche de fútbol. El propio Gallego empezó a recordar que sí, ah, claro, ese es el niñito del que me hablaste, pero qué atrevido, venir a presentarse a mi casa. Jairo Mosquera, el otro muchacho jugador, se entusiasmó tanto con lo que vio que quiso reforzar el equipo de Urabá en ese torneo.

Juan Guillermo Cuadrado y  su progenitora Marcela Bello

Para el segundo partido, llegamos todos emocionados a Pance (sede deportiva del Cali) a ver a Juan Guillermo y su corte, pero se presentó un imprevisto; con su voz ronca y cara de mimo, se acercó haciendo muecas como quien ha roto una lámpara de un piedrazo: – Profe, se me quedó el carnet.

Gallego no se encontraba de la furia, que cómo así. Vea, papá, es que hay que atravesar casi toda la ciudad, mijo, se quedó sin jugar, pues. Mario Agudelo, con toda la ternura de sus longevos años le pide a Nelson que le preste las llaves que él hace el favor de ir a buscarlo. Gallego se resiste al principio, dice que mejor que no juegue para que aprenda. Pero después que Mario le pregunta al chico que en donde dejó guardado el carnet y este le dice que en la segunda gaveta del lado derecho de la cama, Nelson accede a regañadientes y le entrega las llaves a Mario. Lo que vino después nos dejó a todos con la boca abierta: con ese desparpajo irresponsable con que hace las gambetas sobre el borde del área, provocó que Mario volteara para decirle:

Cuando le acercamos  a Juan Guillermo Cuadrado, Nelson Gallego era el Director de las Divisiones Menores del Deportivo Cali. Le dije, -lo recuerdo bien-: “Mira, profe, ese pelaito es como brasilero”. Después del torneo AFISA  se decidió que Juan Guillermo Cuadrado se quedaría por unos meses en la casa de Gallego porque no había espacio en la casahogar del Cali y sabíamos de las limitaciones físicas del muchacho, aunque, tímidamente, entrenara algunas veces en Comfandi con las DM.

Por su escuálida figura, por su comportamiento alocado e irreverente, por la serie de falencias y limitaciones que cargaba a cuestas, Juan Guillermo Cuadrado, no necesitaba un club que le exigiera rendimiento; necesitaba un papá, un tutor que terminara de criarlo y pulirlo, y le ayudara a sacar el genio de su lámpara maravillosa. Bien lo supo Nelson Gallego. Y justo coincide que a los tres meses sale Gallego del Cali y decide el entrenador antioqueño embarcarse en esa colosal empresa: le pidió a la mamá de Juan Guillermo, Marcela Bello, que se lo dejara para hacerle el trabajo que correspondía.  Y allí empieza todo. Prácticamente, gran parte de los que es hoy  juan Guillermo Cuadrado, se lo debe a este maestro que le apuntó a un incierto baloto, y tuvo la suerte de ganárselo» Recuerda Agustín Garizabalo como fue el periplo para pulir un diamante en bruto en una verdadera joya del fútbol, como lo es Juan Guilermo Cuadrado en el fútbol italiano.

 

Sobre el autor

Comunicador y Periodista. Editor deportivo de Lachachara.co, tiene experiencia en radio, prensa y televisión. Se ha desempeñado en medios como Diario del Caribe, Satel TV (Telecaribe), RCN, Caracol radio, Emisora Atlántico, Revista Junior. Fue Director deportivo de la Escuela de fútbol Pibe Valderrama y dirigió la estrategia de mercadeo y deportes de Coolechera. Para contactarlo: Email: figueroaturcios@yahoo.es
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