
Este sábado, cuatro días después de las elecciones, la nación norteamericana sigue en vilo por saber quién ocupará la silla presidencial a partir del próximo 21 de enero. En una alocución transmitida la noche del viernes, Joe Biden aseguró que ganará la carrera, mientras el presidente Donald Trump inició la recolección de fondos para financiar las demandas judiciales contra el conteo de votos en varios estados de la Unión.
Lexander Loaiza Figueroa @Lexloaiza
Este sábado Estados Unidos y el mundo despertaron con la inquietud por saber quién será el próximo presidente de la nación norteamericana, en lo que ya son las elecciones presidenciales más polémicas, reñidas y sorpresivas en los 240 años de historia electoral de este país.
A primera hora se supo que en Georgia el candidato demócrata Joe Biden había conseguido ampliar la estrecha ventaja con la que cerró el viernes en su voto a voto contra el presidente Donald Trump. Sin embargo, ningún analista se ha querido apresurar a emitir proyecciones sobre cuál será el resultado final. La misma situación se presentaba durante la mañana en los estados de Alaska, Arizona, Nevada y Carolina del Norte.
Joe Biden tiene hasta ahora 264 votos electorales en su bolsillo, lo que significa que un resultado favorable en cualquiera de los estados podría significar su pase a la Casa Blanca. En una situación más comprometida se encuentra el presidente Donald Trump, quien hasta el momento tiene asegurados 214 votos electorales. El republicano requiere el triunfo en al menos tres o cuatro de los estados en disputa para obtener los 56 votos electorales que le hacen falta para un segundo período de cuatro años.

Joe Biden aseguró el viernes que ganará las elecciones. Está a solo seis votos electorales de lograrlo.
Es por ello que su maquinaria legal ha comenzado a moverse para frenar el conteo y exigir reconteo de votos, con denuncias de fraude por las formas en que diversos estados han asumido el escrutinio de sufragios, particularmente los que se emitieron por correo.
En este sentido, Trump se anotó una pequeña pero importante victoria en medio de su campaña para impugnar los resultados, al lograr que el Tribunal Federal de Pensilvania ordenara separar los votos tardíos del conteo definitivo, los cuales en su mayoría le daban el apoyo a Biden.

Los activistas que apoyan a Trump respaldaron las denuncias de fraude del presidente.
Esto solo ha agregado más incertidumbre al polémico proceso post elecciones, ya que esta decisión impide proclamar un vencedor en este estado. Si las autoridades electorales hubiesen logrado proclamar a Biden tal y como lo señalan los resultados conocidos antes de la decisión judicial, el demócrata hubiese obtenido la victoria oficial en estas elecciones sin necesidad de esperar el resultado en los otros estados en disputa.
La incertidumbre en Pensilvania se evidencia por lo estrecho del margen de diferencia entre ambos candidatos. Mientras Biden tiene el 48,4% del voto popular, Trump le sigue con 48,3%, es decir a sólo una décima de diferencia.

Para Trump el conteo de votos que han llegado por correo ha estado plagado de irregularidades.
Para Trump estos resultados son discutibles. Ha dicho a través de Twitter que las autoridades han impedido el trabajo de los observadores electorales “de forma cruel y agresiva” y habló de bloqueos de puertas y ventanas cerradas. También denunció que los “votos ilegales” están cambiando el resultado en “muchos estados”. Habló de “docenas de miles de votos ilegales”.
Biden se mostró seguro
“Ustedes saben que vamos a demostrar de nuevo lo que hemos demostrado durante 244 años en este país…la democracia funciona”, dijo Biden la noche del viernes garantizando a los electores que el voto de cada uno se contará.
En Pensilvania, durante la mañana de este sábado el conteo de votos le estaba dando al demócrata una ventaja de 29 mil votos sobre Trump. También lidera en Georgia con 7.200 votos y en Nevada con unos 23 mil votos. En este estado el proceso de escrutinio había avanzado hasta el 87% del total, por lo que un cambio de la balanza no se podía descartar matemáticamente hablando. Esto ha acrecentado la prudencia de las autoridades electorales para dar una proyección con un ganador determinado.

«Cada voto cuenta» ha sido la frase que han difundido los militantes de Biden que bien podrían utilizar ambas campañas.
Biden ha marcado distancia de la estrategia retórica de Donald Trump y ha mantenido un discurso calmado y conciliador. Aprovechó sus dones de hábil negociador para decir en su discurso del viernes que “no hay tiempo que perder” y aunque no se proclamó directamente como ganador, se autodenominó el presidente de “todos los estadounidenses”.
Hizo un llamado a la unión y llamó la atención por lo que llamó un país polarizado que tiene ante sí importantes y urgentes retos por resolver como el coronavirus, el deterioro de la economía, la injusticia racial y la crisis climática.
Nuevos frentes para Trump
En medio de crecientes rumores que hablan de colaboradores cercanos que están comenzando a dejarlo solo en la Casa Blanca, Donald Trump empezaba este sábado aferrado a la Oficina Oval y con nuevos frentes de lucha abiertos, que ponen en peligro sus intenciones de extender su mandato.
En medio de sus denuncias sobre un presunto fraude electoral, se añadió ahora la lucha contra la censura de algunos medios de comunicación tradicionales y redes sociales. Durante el viernes, las tres principales cadenas de televisión estadounidenses, CNBC, CBS y ABC, decidieron cortar la transmisión de la alocución del mandatario al considerar que sus declaraciones estaban “desinformando” y promoviendo la violencia en las calles.

Los militantes de Biden han respaldado a su candidato en las calles esperando los resultados finales en los estados clave.
Las cadenas televisivas decidieron cortar cuando el mandatario informaba sobre sus denuncias de fraude “Esto es un fraude al pueblo estadounidense, es una vergüenza para nuestro país”, aseguraba Trump cuando fue sacado del aire. Las cadenas argumentaron que el presidente estaba mintiendo y que por eso no seguirían transmitiendo.
Esto ha abierto un debate sobre el papel de los medios de comunicación en su función de transmitir las declaraciones de los políticos y su potestad de decidir cuándo, cómo y dónde cortar de manera unilateral una transmisión.
También durante el jueves y viernes, Twitter anunció que había bloqueado al menos diez trinos del presidente por considerar que su contenido era “engañoso” y contribuía a la desinformación de la gente. Los mensajes estaban vinculados también a las denuncias de fraude que ha venido esgrimiendo el mandatario desde hace varios meses y que se han acentuado a partir de los resultados adversos en algunos estados clave.
Las relaciones de Donald Trump con los medios de comunicación no han sido las mejores desde que asumió la presidencia. Los enfrentamientos y críticas contra los contenidos, anclas de programas y políticas editoriales han sido de un nivel inédito para un presidente de un país que esgrime a la libertad de expresión como uno de los principales activos de su democracia.